La Voz Judía


La Voz Judía
Jerusalem no es negociable
Por Menahem Porsuh

Israel recibió la destacada e impresionante visita del Presidente de los EE.UU., George W. Bush. Durante su corta visita a Jerusalem, donde existe la preocupación de que se repita el gran error de Gush Katif con Jerusalem, entregándoles a los árabes los barrios cercanos a la ciudad, fue arreglado un gran encuentro con la participación de decenas de miles de personas. A mi se me solicitó hablar en Inglés para entregarle un mensaje al Presidente Bush, y el siguiente es mi mensaje:
“Al honorable Presidente de los EE.UU., Sr. George W. Bush, me gustaría decirle que queremos darle la bienvenida a nuestra tiera, Eretz Israel, en su visita a la ciudad sagrada de Jerusalem. “Nosotros sentimos gran admiración por lo que Ud. hizo hasta la fecha y sentimos que es un amigo de Israel. Esta convocatoria que hemos hecho es para que pueda apreciar lo que ha conseguido a través de su amistad, y es mucho lo que ha conseguido. Nosotros apreciamos a amigos como Ud. y todos los norteamericanos que están interesados en ayudarnos.
“Queridos amigos: Ierushalaim es el alma del pueblo judío. No existen palabras para explicar, para describir lo que Ierushalaim significa para nosotros. Del mismo modo que es difícil describir lo que el alma significa para el cuerpo, es difícil describir lo que Ierushalaim significa para nosotros. Sr. Presidente, conociendo su actitud hacia nuestros problemas, nos gustaría decirle que aquellos que le sugirieron la posibilidad de tocar Ierushalaim han cometido un error, un grave error. No existe nadie que tenga en sus manos el poder de quitarnos la posesión de Ierushalaim.
“Ierushalaim está profundamente inscripta en nuestros corazones y en nuestros espíritus. Yo no comprendo cómo se pudo llegar al extremo de que sintamos que realmente existe algún plan para quitarnos una parte de Ierushalaim. ¿Quién tiene ese poder? ¿Quién es capaz de hacerlo? Los líderes del Gobierno de Israel saben que no podrán obtener en Israel una mayoría favorable a entregar ni una parte de Ierushalaim, D”s no permita. ¿Quién tiene el poder? ¿Quiénes son los que les hacen perder el rumbo?
“Quiero dirigirme a Ud., Sr. Presidente, con nuestro mayor respeto hacia su persona, sabiendo cómo ha actuado hasta el presente, sintiéndolo un amigo de Israel; deseamos pedirle:
“Por favor, por favor dígale a la gente aquí presente que Ud. no tiene en mente quitar una parte de Ierushalaim. La idea de entregar barrios que circundan a Jerusalem a manos de los palestinos es un error. Recientemente se cometió un gran error evacuando gente que vivía en Gush Katif y en la Franja de Gaza, lo cual produjo un gran incremento del terrorismo. Si, D”s no permita, D”s no permita, se les entrega a los palestinos barrios que bordean Ierushalaim, nosotros ya no podremos vivir aquí, como sucedió cerca de Gaza, cerca de Gush Katif. Sr. Presidente, Ierushalaim no es negociable. Nadie tiene el derecho de sugerir que entreguemos cualquier parte de Ierushalaim, y al respecto voy a decir algo más: nadie del pueblo judío tiene el derecho de entregar ninguna parte de nuestra Tierra Sagrada.
“Lejá u lezareja etén et haaretz hazot”. “A ti y a tu descendencia les daré esta tierra”. Esto está en nuestra Biblia, el documento histórico más grande del pueblo judío, de que Israel nos pertenece: Eretz Israel, Eretz Hakodesh.
“Sr. Presidente, nosotros sentimos gran admiración por su esfuerzo en venir acá y en realizar gestiones aquí en Ierushalaim. Esto nos da un gran aliento. Por favor, sea práctico y haga una declaración de que no intenta tocar Ierushalaim ni provocar que Ierushalaim sea como Gush Katif, D”s no permita, D”s no permita.
“Sr. Presidente, no hay ningún documento que pueda ser mejor que el documento histórico que deseo entregarle esta noche. Es nuestra sagrada Biblia. Esto es lo que queremos entregarle: este documento que promete que la Tierra Sagrada será nuestra para siempre. Nadie tiene el poder de cambiar esto. Esta es la sagrada Torá, el Tanaj, y en este encuentro le hacemos entrega al Presidente Bush de la misma. Queremos hablarle de amigo a amigo y pedirle, rogarle: apenas concluya su visita aquí, por favor prometa no tocar Ierushalaim ni quitarle ninguna parte de Eretz Israel al pueblo judío.
“La Declaración Balfour para Palestina incluía a Eretz Israel con las fronteras de la Guerra de los Seis Días, así como Transjordania, lo cual sería una solución para todo el pueblo palestino. Dentro de las fronteras de la Guerra de los Seis Días Israel no tiene más que 27.000 kilómetros cuadrados y Jordania tiene 94.000 kilómetros cuadrados. No hay nadie capaz de pensar por un minuto en la posibilidad de quitarnos a Eretz Israel.
“Nunca olvidaré cuando estuve presente en un encuentro con el Sr. Ben Gurión, el primer Primer Ministro de Israel, quien regresaba de una convención en Baltimore. En ese momento él dijo que por lo general, cuando le hablaban en el pasado de la idea de un Estado Judío en la Tierra Sagrada, le decían cómo podría haber suficiente lugar en un espacio tan pequeño para todos los judíos, que en aquellos tiempos eran 14 millones. Ahora, después del Holocausto, que nos quitó a seis millones de judíos, nadie podría afirmar que no hay suficiente espacio para los judíos en Eretz Israel.
“Sr. Presidente, yo tuve el gran placer de estar una vez en St. Louis, Missouri, con el Presidente Truman, y de estar sentado a su lado durante dos horas conversando. Y él me dijo: ‘Cuando me informaron acerca del establecimiento del estado Judío, no lo discutí con nadie de mi pueblo, pero sentí que era una oportunidad histórica para mí de hacer una declaración que fuera siempre recordada, que los EE.UU. estaban reconociendo al Estado Judío’.
“Del mismo modo, Sr. Presidente, Ud. tiene la oportunidad histórica de frenar el derramamiento de sangre existente en la Tierra Sagrada y decir que el pueblo judío, luego de haber sufrido por el Holocausto, merece tener su propio territorio. Ellos no debieran estar en la situación en que estaban durante el Holocausto, cuando había judíos en barcos que iban de un lugar a otro porque ningún país quería recibirlos. En nuestra situación, Sr. Presidente, Ud. tiene la oportunidad de hacer una declaración y de ser eternamente recordado por ello.
“Por medio del terrorismo nadie conseguirá nada. La democracia debe gobernar el mundo, y en el mundo democrático debemos entender que nosotros, el pueblo judío, tenemos la obligación de hacer cumplir lo que la sagrada Biblia dice: ‘Para ti y para tu descendencia yo daré esta tierra’. Estamos a la espera de su declaración, Sr. Presidente.
“Pertenezco a la séptima generación de una familia nacida en Eretz Israel, y gracias a D”s, D”s me ha bendecido con una larga vida, y he agregado otras cuatro generaciones, lo cual significa que somos once generaciones en Eretz Israel. Conozco los EE.UU. porque he visitado su país en 69 oportunidades. Créame, después de Gush Katif, tampoco en los EE.UU. el pueblo aceptará la sugestión de entregar una parte de Eretz Israel, de tocar la Sagrada Ciudad de Jerusalem.
“Este es un pedido no sólo de quienes estamos en Israel, sino de la gente de todas partes del mundo. La mayoría de los Judíos no entregarían ninguna porción, ni de Jerusalem ni del resto de Eretz Israel”.
En todas las situaciones difíciles Israel tiene fe en que D”s nos ayudará. En nuestros oídos suenan las exclamaciones de los judíos mientras eran llevados a los crematorios “Shmá Israel Hashem Elokeinu Hashem Ejad”. Del mismo modo, en esta convocatoria, nosotros exclamamos juntos: “Shmá Israel…”.
Que D”s nos ayude a ser capacer de ver este año la verdadera redención del pueblo judío y que el Mahíaj venga prontamente en nuestros días.

* * * El “Shmá Israel” dicho por las decenas de miles de asistentes al acto fue muy impresionante.

 

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