¨El Rab Zushe, respetable Moré y Jasid estaba punto de morir y sus discípulos , lo miraban preocupados como él se lamentaba de su muerte. Sorprendidos, le preguntaron porqué temía desparecer de este mundo físico , si lo mejor esta en el otro mundo. Y él respondió: Cuando sea mi hora , compareceré ante Hashem y él me dirá : Querido Zushe , yo te di vida en este mundo físico no para que seas Abram Abinu, ni Moshe Ravenu ,ni David a Melej . Zusche , ¿ porqué no fuiste Zushe?....
Sentía que había dejado de ser yo. Que la vida transcurría pero no me atravesaba . Que el viento movía las copas de los árboles , pero yo no me entusiasmaba por lo que hacía ...que hasta ese entonces, era el sentido de mi vida.
Llovía y no me mojaba. Mis pulmones se negaban a aspirar el aroma del césped recién cortado y mis ojos a contemplar los parpadeos multicolores de las flores que se extendían alrededor.
Mi alegría había desaparecido. Todo era esfuerzo , queja, malabarismos para cumplir con todos. Con todos ....menos conmigo .Mucho sostener y poco darme. Mucho compromiso con el afuera y muy poco hacia mi.
Sentía como poco , a poco... mi piel se despellejaba, caía una a una en gajos y ningún brote nuevo florecía. Me sentía estéril, sin colores , con silencios internos que no estaban llenos de música sino de vacío. Esa no era yo.
Era cáscara. Pellejo sin semilla, hojas secas .Y yo sabía que era semillas.
Y de repente ella apareció fresca ante mi. Risueña, sonriente como yo la había conocido siempre. Me miro y su voz destelló paciencia y transparencia : Hola . ¨Aquí estoy , otra vez ¨-me dijo, insinuante.
Yo estaba sorprendida de su presencia y tan feliz. Nos abrazamos como en los viejos tiempos y me sentí querida, valorada ,reconocida. Había aparecido mi vieja amiga, mi compañera de aventuras, mi confidente...
No sé porque me había separado de ella . Tal vez por necesitar sentirme aprobada y amada por otros . Por buscar reconocimiento , calmar mi angustia de soledad intentando sentirme segura , cuidada... Y me equivoqué. Sin ella no iba a poder lograrlo nunca.
Estaba tan emocionada con nuestro encuentro. Ella se exponía igual que cuando la dejé de ver. Su risa genuina, su caminar libre, liviano, ligero de equipaje, sus ojos bien abiertos , que canturreaban poesía. Ahora entendía mi vacio, la desmotivación, la desvitalidad . Me faltaba mi musa inspiradora.
Re-encontrarnos. Parecía que el tiempo no había pasado, que todo entre ella y yo se había mantenido intacto, había tanto para contarle. Respiraba tranquilidad porque percibía que todo lo que había sucedido en este tiempo no alteraba nuestro vinculo . Mi cuerpo se relajaba , armonioso ,envolviéndome en una enorme y abarcativa paz. Intentaba prometerme , mientras charlábamos, no abandonarla nunca. Pero no me tenía ,mucha confianza. Mi necesidad de sentirme querida , aceptada, reconocida era tan fuerte que no sabía quién iba a ganar en esta batalla de ser fiel a mi o a los demás . No sabía el futuro , ni si iba a poder conmigo , con esa voracidad intensa de sentirme amada . Entendía que todavía tenía tanto para aprender para vivir en integridad y a pesar de todo, le sonreí y agradecí a la vida este nuevo encuentro con mi aliada incondicional.
Con esta amiga del alma , la que juntas habíamos escalado montañas y hecho cumbre. Que juntas nadamos con delfines. Surfeamos olas gigantescas y nos escabullimos dentro de cavernas submarinas. Juntas enfrentamos corsarios, navegamos cielo y tierra. Nos disfrazamos de mendigos. Fuimos reinas y esclavas. Nos divertimos tanto... juntas. Reímos a viva voz y lloramos hasta quedarnos sin lagrimas, ayunamos de amor años , hasta intuimos que estábamos por agonizar y a último momento al sabernos unidas .... resucitamos. Fuimos larvas, crisálidas y mariposas. Cabritos y leonas. Miel y hiel . Inseparables. Grandes amigas, grandes confidentes de aventuras. Compañeras insustituibles . Jinetes de ballenas. Surcamos cielos infinitos, alturas inimaginables. Atravesamos otras dimensiones. Siempre juntas. Teniéndonos una a la otra. Por eso, no lograba responderme porque la había ignorado todo este tiempo, porque había acallado sus gritos de auxilio, porque la había opacado , silenciado... amputado de mi. Cual había sido la verdadera razón de haber sido tan cruel con ella. Si solo quería mi bien.
Esta amistad entrañable se había congelado y hoy dependía solo de mi... darle calor y permitir volverla a la vida. Y así era . Emergía plena , venía a mi encuentro con su franqueza y quería fundirse otra vez en mi.
Ella , la que creía muerta ,estaba ahí ,frente a mi... como siempre. Sonriéndome, cantando a la vida . Feliz. Plena . Abierta a lo que suceda. Segura de sí. Confiada. Con su bolso lleno de semillas para repartir. Tomé conciencia de la esterilidad que había sentido todo este tiempo . Me di cuenta de lo ilusoriamente que había estado acompañada todas estas estaciones . La había extrañado tanto. Me había hecho tanta falta. Ahora entendía mi desasosiego , mi desesperación y mi ansiedad. Entendí mis insomnios, mi nerviosismo, mi pesimismo, mi poco disfrute de lo que era realmente maravilloso y un milagro de la vida. Sin ella ,yo no era. Sin ella todo se diluía.
Mi amiga de toda la vida. mi compañera de juego , de exploración existencial sonreía complacida de verme . Se la escuchaba contenta con su vida. Haciendo, pensando, sintiendo en congruencia . Me cuestioné otra vez más los motivos de mi alejamiento . Tanto tiempo. Porque no contesté sus llamados. Porque no me hice el tiempo suficiente para verla, para charlar horas como lo hacíamos antes., silencie sus gritos ,amputé su galope, acallé su mirada esperanzada .
¿ Qué me pasó? ¿ Qué me fagocitó? ¿ Qué me chupó y no me dejó hacerlo? .
Tal vez creí que alejándome de ella , iba a conseguir mejor compañía. Que renunciando a nuestra amistad iba a lograr mejores. Me equivoqué . Sin ella, nunca podría. Quién no la quiere ,no me quiere. Quién no la respeta , no me respeta. Quién no la cuida , tampoco a mi.
Pensé que había emigrado o se había mudado muy lejos de casa . Pero resulta que no. Siempre había estado cerca . Era yo la que no la buscaba. Ella había estado siempre próxima a mi , aún cuando no la podía tocar.
Escucharla producía una música celestial en mis latidos y lentamente volvía a ser yo. Sentía correr la sangre en mis venas , salían gajitos de mis uñas y toda yo me extendía...
Entendí al mirarla , que nadie podía suplantarla . Era única , insustituible, indispensable. Lo que me otorgaba identidad. Porque ella, tan plena , disponible , tan fiel a sí misma, tan libre y dueña de sí ... era ¨yo¨ que me había escondido hace tanto tiempo ...de ¨mi¨.
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