Interpretar los eventos del Medio Oriente no es tarea sencilla. Cantidades de comentaristas, analistas, estrategas, oficiales de gobierno, diplomáticos, periodistas y escritores procuran hacerlo a diario…y usualmente erran. Pero en pocos ámbitos como en el mundo de la academia (al igual que sucede con la prensa) existe una verdadera cultura del equívoco sistemático. Su divorcio de la realidad suele ser tan fenomenal que, en términos generales, se ha acuñado una descripción especial: los profesores, se nos dice no sin alto desacierto, habitan en torres de marfil.
Poco después de los eventos del 11 de septiembre, Martin Kramer publicó un libro que lleva por nombre el título de esta nota (en inglés, "Ivory Towers on Sand: The Failure of Middle Eastern Studies in America") en el que documenta como durante las últimas dos décadas, los académicos en Estados Unidos especializados en temas mesoorientales, han sido esencialmente "fábricas de errores". Cegados por sus prejuicios y esclavizados por las modas de sus disciplinas, explica el autor, estos académicos han fracasado en anticipar o explicar cualquiera de los principales desarrollos del Medio Oriente de los últimos veinte años.
Desde la revolución iraní hasta el surgimiento del Hizbullah, desde la primer Guerra del Golfo hasta el 11 de septiembre, desde las intifadas palestinas hasta el fenómeno Al-Qaida, el conformismo intelectual de los distinguidos profesores les ha impedido interpretar correctamente la realidad. "¿Qué tan buenas eran sus premisas si no pudieron anticipar la explosión palestina, la que puso a los norteamericanos en peligro a lo largo del Medio Oriente? ¿Qué tan buenos eran sus modelos, si no pudieron prevenir el estallido de rabia que sacó a los norteamericanos de El Líbano e Irán, donde su presencia había sido tan establecida y cómoda? La empresa de los estudios del Medio Oriente no le ha evitado a los Estados Unidos ni siquiera una sola sorpresa desagradable" escribió Kramer.
En el área del terrorismo fundamentalista islámico, el fracaso ha sido especialmente abismal. Preocupados por hallar Martin Luthers musulmanes, los profesores (con la loable excepción de Bernard Lewis) fueron incapaces de producir un solo análisis serio de Osama bin Laden durante las últimas décadas. Entre las varias citas que Kramer provee, hay dos importantes profesores que merecen ser destacados. John L. Esposito escribió en 1998 -el mismo año en que bin Laden anunció públicamente su Jihad contra Estados Unidos-: "Enfocarse en Osama bin Laden corre el riesgo de catapultar a la escena central a una de las varias fuentes del terror, distorsionando así tanto las fuentes diversas internacionales (estatal y no estatal, no musulmana y musulmana) del terrorismo como la significancia de un único individuo". Análogamente escribió Fawaz Gerges -exactamente seis meses antes del 11/9/01-: "¿En qué medida los ´expertos´ terroristas perpetúan indirectamente el miedo irracional sobre e
Kramer señala que 20 años de negación han producido banalidades sobre la ignorancia y tendenciosidad norteamericanas, y fantasías sobre los islamistas como democratizadores y reformistas.
El libro ha generado mayúscula conmoción, en gran medida debido a las impecables credenciales del autor, lo que hizo que el libro no pudiera ser ignorado. Kramer posee un doctorado de Princeton University, ha sido director de un centro académico de la Universidad de Tel-Aviv, ha dictado clases en varias de las más prestigiosas universidades estadounidenses, es editor del prestigioso journal The Middle East Quarterly, y autor de numerosos libros y artículos sobre el Islam.
Que muchos profesores han estado efectuando "activismo político, no ciencia política" no escapó la atención del Dr. Kramer, quien también incluye en su magnífico libro citas de académicos de descendencia árabe y musulmana en abierta -y absurda- apología de la OLP. Así, Hisham Sharabi afirmó que "la distinción de la OLP no yace en su ´terrorismo´ sino en el tipo de democracia que practica", en tanto que el difunto Edward Said opinó que "Fatah tácitamente promueve una democracia real en idea política y estilo".
¿Ud. cree que después del 11 de septiembre un realismo más sobrio aterrizó en los campus universitarios y que el romanticismo pernicioso que denuncia Kramer se está evaporando? Que va. Lea a continuación a Gayatri Chakravorty Spivak, profesora de Columbia University, en la que es, a mi juicio, la mas increíble aseveración alguna vez pronunciada sobre el terrorismo suicida islámico: "El terrorismo suicida, y los aviones del 11/9, fueron bombas vivientes, es un auto-aniquilamiento deliberado, una confrontación entre uno consigo mismo, el fin extremo del auto-erotismo, matarse como otro, en el proceso matar a otros…La resistencia suicida es un mensaje inscripto en el cuerpo cuando ningún otro medio lo puede hacer llegar. Es tanto ejecución como duelo…".
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