El pasado 3-6-15 se realizó, por primera vez en Argentina, Chile y Uruguay, una marcha denominada “Ni una menos”, en protesta contra la violencia de género. En nuestro país reunió aproximadamente a 300 mil personas.
El slogan fue una adaptación de la frase “ni una muerta más”, escrito en un poema de Susana Chavez en protesta a los feminicidios en Ciudad Juárez. En 2011, la poetiza fue asesinada luchando por los derechos de las mujeres.
El 3-06-16 se realizó nuevamente la marcha con el objetivo de visibilizar la grave problemática de la violencia hacia las mujeres, en especial el asesinato y el feminicidio.
En 2014 se realizó la primera estadística sobre la violencia de género en Capital Federal. Los datos mostraban que cada 31 horas, muere una mujer. Sobre 1.000 casos de mujeres mayores de 18 años; 6 de cada 10, dicen haber sido víctimas de violencia psicológica en su vida; 2 denuncian haber sido víctimas de violencia física; y una, asegura tener un noviazgo violento. Se entiende por violencia, ya sea física, psicológica, humillación, menosprecio, insultos, amenazas, celos excesivos, acusaciones de infidelidad.
La legisladora Graciela Ocaña, presentó un proyecto para incluir vagones exclusivos para mujeres en el Subte para combatir los abusos de género en horarios picos. La iniciativa ya existe en Brasil, México, Japón, Egipto, Malasia, Israel. En Israel, la separación entre hombres y mujeres en transporte público se debe a una cuestión religiosa ya que hay quienes se cuidan de no sentarse juntos por recato sexual
El matrimonio judío comienza con la firma de la Ketubá (documento legal) en el cual el novio se compromete a ser un buen y fiel esposo. El primer párrafo establece que el esposo se ha comprometido diciendo: "Trabajaré para ti, te respetaré y te sustentaré".
Nuestros sabios instauraron la importancia de respetarse entre conyugues como un valor fundamental. Para que el matrimonio funcione, se necesita respetar y valorar a la otra persona, como un individuo independiente, con su propia identidad. Se debe reconocer que sus necesidades y perspectivas traen una nueva dimensión a la relación en cada individuo. Para que la relación se desarrolle y prospere, se debe aprender a respetar, valorar y mantener la individualidad de la otra persona.
Si dos personas no se aman, ningún contrato es lo suficientemente fuerte como para mantenerlos unidos. El éxito de cualquier empresa depende del valor que le demos. Gran parte de los problemas que hoy viven muchos matrimonios, comenzaron por no saber valorar la empresa que ambos -marido y mujer- constituyen.
Para entender un poco más este delicado tema entrevistamos al rabino Isaac Daniel Levi. Es experto en asesoría matrimonial, orientación prematrimonial y crecimiento espiritual; asesora a solteros, novios, matrimonios, familias y organizaciones; dicta conferencias en seminarios, comunidades e instituciones.
Tiene una formación de 20 años de estudios talmúdicos, 10 años en estudios de matrimonios, donde estudio counseling en matrimonio y parejas. A su vez, trabajo como rabino en Israel, España, Venezuela y Argentina.
1) ¿ Hay violencia familiar en los matrimonios religiosos judíos ¿
Claro. La religión judía no se encuentra fuera de estos problemas que atañen a la sociedad mundial. Consultan muchas familias y uno trata de ayudar.
La violencia en el matrimonio, sobre todo la violencia en la mujeres, no reconoce estado religioso, socioeconómico, o cultural. Cualquier conyugue, puede ser víctima de violencia matrimonial.
Toda persona nace con ciertas tendencias a desarrollar. Las cualidades, no son ni buenas ni malas, sino la forma en que la persona las desarrolla. El libro Orjot Tzadikim (camino de los justos), dedica cada tratado acerca de cómo las cualidades, deben ser utilizadas y cómo trabajar las fuerzas del alma
2) ¿Existe “romper la burbuja” en el ámbito religioso?
Es cierto que la corriente ortodoxa judía convive en un gran mundo que es difícil penetrar. Es cierto que existen los problemas, y cada vez hay más mujeres que se animan a hablar. Lamentablemente, la tendencia de la comunidad es tapar el problema. Muchas veces se debe “tocar fondo”, llegar a la desesperación, para animarse y recurrir a este espacio, donde trabajamos de diferentes maneras. Atención personalizada, asesoría matrimonial, clases de superación personal, entre otras cosas.
3) ¿Cómo llegan a este lugar?
El boca a boca es lo que nos permite tener mayor conexión con la gente. Si bien tenemos folletos, página de internet y Facebook; la mayor cantidad de parejas que se acercan, es a través de un rabino que les recomienda que me consulten.
Creo que debería existir un estudio destinado a estas áreas. Por esta razón se está formando un centro llamado Orot para capacitar a rabinos, maestros y maestras, que carezcan de herramientas en dichos temas.
4) ¿Cómo prevenir la violencia? ¿Se puede “curar”?
En primer lugar debemos diagnosticar el estado de violencia. Es difícil ya que muchas parejas hacen la “vista gorda”; se creen ajenos al tema y ni siquiera se involucran y muchas veces se conocen situaciones, que también pueden estar catalogadas como violencia matrimonial.
Como método de prevención intentamos brindar información a adolescentes y universitarios. Es el mejor periodo para informar ya que es la edad de poner tener relaciones de cualquier índole con el sexo opuesto. Es importante detectar la violencia para luego prevenir y recurrir urgente a ayuda profesional donde se trabajen posibles factores como la ira, el enojo, el stress, entre otros, que pueden derivar en dicha violencia. Obviamente todo este trabajo debe ser acompañado por “musar” (estudio judío de ética), para poder lidiar contra las malas cualidades que la persona tiene.
5) ¿Cuáles son los problemas más frecuentes en las parejas? ¿Cómo convivir con las diferencias?
Falta de diálogo; no escucharse ; falta aprender a discutir ; deben aprender que el otro es diferente. No existe la incompatibilidad. Depende de cada pareja, ver cómo llevar adelante la “empresa matrimonial”. Acá trabajamos con dos condiciones: La primera ser buenos alumnos; es decir, aprender nuevos paradigmas en lo matrimonial. La segunda, hacer caso a la prescripción.
6) ¿Cómo es el trabajo en sesión?
Trabajamos con resúmenes, seguimientos, motivos de consultas, supervisión completa de sus actos, enseñarle al paciente a ceder, a controlarse. A este espacio, puede recurrir solo o en pareja. Es una terapia paga, pero no dejamos a la deriva a una pareja con problemas.
Contamos con: Atención personalizada a parejas en crisis con y sin riesgo de ruptura. Asesoría matrimonial intensiva, con asesoría y talleres. Programa “Sheba”, diseñado para parejas del interior y del extranjero. Escuela para padres, donde se aprenden herramientas y técnicas para hacer funcionar una excelente relación matrimonial familiar y clases de superación personal, que son cursos para el crecimiento espiritual y personal del individuo.
7) ¿Qué pasa si las cosas no se solucionan?
En caso que el tratamiento no sea satisfactorio, entenderemos, sin tomarlo como un fracaso, que la terapia no ha dado resultado y en caso de no tener mayores alternativas, recomendaremos que lleven a cabo el Guet (divorcio).
8) ¿Cómo poder forzar al hombre que no desea entregar el guet?
Es difícil . Sin duda es una forma de violencia ya que no le permite a la mujer cortar con ese lazo que los une religiosamente. Salvo Israel o Marruecos, donde el Bet Din (Tribunal Judío), tiene la fuerza necesaria para castigar al marido, incluso con multas económicas o castigos (el más extremo cárcel), en el resto de los países, la pena máxima por no entregar el acta de divorcio a su mujer, puede ser “excomulgado” del templo.
El Shalom Bait (paz en el hogar) pocas veces se da accidentalmente. Se necesita un plan de paz ya que es inevitable que surjan diferencias de opinión, en ambas partes del matrimonio y tanto hombres como mujeres, deben estar preparados con estrategias que minimizarán o evitarán los conflictos.
El matrimonio es difícil de construir y fácil de derrumbar. Una de las cosas más importantes para triunfar, es saber escuchar al otro, estudiar con frecuencia la Torá, y a nuestros Sabios, quienes nos enseñan los caminos a seguir y cómo comportarnos con nuestros conyugues.
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