El 2014, como sucede cada cuatro años, está sumergido de eventos deportivos de gran importancia. Se disputaron los mundiales de hockey masculino y femenino , la copa mundial de básquet, a disputarse en España a finales de agosto, y el más comentado: el Campeonato Mundial de fútbol.
Casi todo el mundo estuvo pendiente desde mediados de junio, de este evento deportivo. Mientras se llevaba a cabo la inauguración, tres jóvenes israelíes, fueron secuestrados por terroristas palestinos del Hamás.
Los tres jovenes fueron secuestrados cuando salían del centro de estudios judaicos con destino a sus casas. Decidieron hacer “dedo”, en vez de tomar el autobús, y tuvieron la mala fortuna, de ser interceptados por terroristas, que circulaban en un auto con patente israelí y aparentemente, disfrazados de religiosos. Desde ese mismo dia, tres familias judías estuvieron esperando a sus hijos de regreso. El 30-6 se conoció la noticia que los chicos estaban muertos.
La operación de busqueda se llamó “Volved hermanos” y comenzó a la mañana siguiente con la incursión de los soldados en todas las viviendas. Durante todos los días de búsqueda, si bien no hallaban respuestas del paradero de los jóvenes, la movilización de los soldados, permitió capturar armamento y túneles subterráneos de contrabando, como así también varios palestinos cómplices o culpables de muchas tragedias contra Israel (varios de ellos, liberados en el intercambio de Guilad Shalit).
Es importante remarcar que el secuestro de judíos no es una técnica reciente del terrorismo palestino y lamentablemente, sigue creciendo con el correr de los años. Desde enero del año 2013, el ejericto logró frustrar 64 secuestros por parte de palestinos. El último secuestro logrado por terroristas, fue el del soldado Guilad Shalit, quien estuvo cautivo 5 años y fue liberado a cambio de 1027 terroristas.
Las intenciones siempre son las mismas: raptar judíos, pedir a cambio la liberación de prisioneros, o el asesinato. En 1989, los soldados Avis Sasportas, e Ilan Saadon. En 1992, Nisim Toledano. Tomer Hazan, en 1994, y en el 2000, Vadim Nurzhitz e Iosi Avrahami. Todos ellos, fueron secuestrados y luego asesinados.
Estos tres jóvenes, durante 18 días no aparecieron. El pueblo judío se mostró consternado y la noticia del asesinato fue una “daga” en el pueblo judío. Los rezos y las plegarias por la salud de ellos y de los soldados que estaban en su búsqueda fueron inmensos. La sociedad israelí, estaba vinculada en un 100% y su deseo, como el de cualquier judío del mundo, era el regreso inminente de los jóvenes sanos y salvos con sus familias.
“El pueblo judío “, dice el periodista David Mandel, “demostró una vez más que su fuerza radica en su solidaridad. Durante 18 días, fue una sola familia. El dolor y la angustia de las tres familias, fueron compartidos por todos los habitantes de Israel y el pueblo judío en general”.
Hamás, es una organización islámica extremista creada, como su constitución lo expresa, con el fin de destruir Israel. El estado hebreo trazó una cerca de seguridad, para evitar que los terroristas se infiltren en su territorio, y a su vez, construyó la “Cúpula de Acero”, que logra identificar y destruir, en su mayor parte, a los cohetes que Hamás y otras organizaciones terroristas, disparan desde Gaza .Desde la década de los 80, las estadísticas indican que, Israel ha entregado 7.500 presos árabes, juzgados y condenados por actos de terrorismo, como ser asesinatos o masacres, a cambio de 12 secuestrados devueltos con vida, y 6 cuerpos de israelíes muertos.
En la Torá (Biblia), existe un precepto llamado Pidión Shbuim, que significa el “rescate de cautivos”. El Tratado de Sanhedrin 37 A, explica este precepto, diciendo que salvar una vida, es como salvar a toda la humanidad. Y a su vez, el Tratado de los Principios, dice que “no importa el valor que se debe pagar para el rescate de un prisionero”.
Existe también una discusión rabínica, que se expresa en contra del intercambio de secuestrados, ya que su intercambio, puede ser desmedido. En definitiva, liberar a terroristas, no solo aumenta el número de criminales sueltos, cuyo sueño es matar el máximo de judíos, sino que da aliciente a las organizaciones extremistas, para repetir un método que les ha dado éxito.
El rabino Yejiel Weitzman, en su libro “el exilio Ismaelita”, explica un salmo del rey David (120:5-7), en alusión al conflicto con los árabes. Dice el rey David: ¡Ay de mí!, pues he vivido con Meshej; he habitado entre las tiendas de Kedar (el hijo de Ismael del cual el profeta árabe Mahoma desciende). Mi alma ha habitado por largo tiempo con aquellos que odian la paz. Yo soy para la paz, pero cuando hablo, ellos están para la guerra”.
Explica el rabino Weitzman, que así sucede con el pueblo de Ismael. Cuando el pueblo judío se dirige a ellos en nombre de la paz, o sea firmando acuerdos de paz, ellos están para la guerra. Es decir, ellos contestan con el enfrentamiento bélico.
Para entender un poco más la situación actual, decidimos entrevistar a dos personas que viven en Israel. En primer lugar, al escritor y filósofo Gustavo Perednik, y en segundo lugar a Adrian Laufer, quien hizo alía hace cuatro años.
¿Cómo se encuentra la sociedad israelí?
G.P: La sociedad ha dado muestras de una unidad y solidaridad extraordinarias, que emocionan. Con mi propia familia, hemos participado en rezos colectivas por los chicos, y campañas de aliento a los soldados movilizados. Israel es todo corazón, y en circunstancias como éstas se nota claramente.
A.L: La noticia fue muy chocante para todos los sectores incluyendo al sector árabe en gran medida, y desde todos lados se continúo el apoyo por la búsqueda de los secuestrados y el apoyo a las familias.
¿Qué resolución debería tomar el gobierno?
G.P: La que ha tomado. Agotó los esfuerzos en la búsqueda y a su vez, debilitar al grupo terrorista perpetrador, además de la exigencia a la comunidad internacional para que condene el secuestro sin vacilaciones.
A.L: Estoy satisfecho con la resolución que ya tomó, la operación "Shubu Ajim" , en la que los soldados revisaron casa por casa, en el área de Judea y Samaria, buscándolos hasta en las cisternas de agua e interrogando a todo sospechoso. Si bien el resultado fue encontrar sin vida a los jóvenes, además se hallaron varias otras sorpresas de las que el ejército se está haciendo cargo para aumentar la seguridad y evitar nuevos atentados .
¬¿Era correcto poner en riesgo a soldados para buscar a los chicos secuestrados?
G.P: La pregunta es extraña. ¿Para qué está un ejército si no es para defender a los ciudadanos de su país?. Sería inaceptable que jóvenes israelíes sean secuestrados y su país los abandonara ¿no?
A.L: Es una operación de defensa y los soldados arriesgan su vida así como otros soldados que están cuidando los límites del país. Si los terroristas pueden libremente secuestrar a tres personas cuando se les da la gana y no hay ninguna respuesta, entonces el ejército, no está cumpliendo su objetivo. Orgullosamente puedo decir que no faltan soldados que están dispuestos a enrolarse en esta operación.
¿Cambio algo en la sociedad el hecho que los asesinados sean religiosos sionistas y a favor de los asentamientos?
G.P: Hay grupúsculos de ultraizquierda que siempre se identifican con nuestros enemigos y lo han hecho también en esta ocasión. Para la abrumadora mayoría de la población israelí no tiene importancia dónde vive un secuestrado ni a qué sector pertenece.
A.L: No me parece que cambie en absoluto, ni para un lado ni para el otro. La respuesta no es muy distinta a la del secuestro de Guilad Shalit. Todos entienden que más allá de las posturas políticas, nadie tiene derecho a secuestrar ni tocar a un ciudadano.
El secuestro, se llevó a cabo en un territorio que es considerado ocupado según los palestinos y la ONU, pero está dominado, desde la guerra de los Seis Días, en 1967, por Israel (Zona C según los tratados de Oslo). El partido político Habayit Hayehudi, es el de mayor identificación con la población religiosa y a favor de los asentamientos. En las últimas elecciones, ha ganado espacio en el parlamento, logrando 12 escaños, logrando el cuarto puesto y formando gobierno .
El final fue tragico
G.P: Al pueblo de Israel lo embarga un sentimiento de unidad y solidaridad.
Podemos preguntarnos qué tipo de religión es esa, que exalta el asesinato de chicos secuestrados y desarmados. Qué lucha es aquella que se regodea en secuestrar jóvenes judíos y matarlos a sangre fría. Que lástima que los líderes de esa religión y de esa lucha permanecen en un silencio complice.
A.L: Fue muy duro para todo el pueblo judío, enterarnos de la noticia. Una mezcla de sentimientos, tristezas, incertidumbre por una rápida respuesta y ansiedad sobre lo que se viene. La operación sigue en pie, sólo que ahora concentrada en encontrar a los secuestradores.
Espero que el gobierno actué, que tome la iniciativa de eliminar todo rastro del terrorismo, tanto en Judea y Samaria, como en la franja de Gaza, para evitar futuros inconvenientes. Al mismo tiempo, espero que se traten a los terroristas como tales, y no como prisioneros de visita, tal que los que cometan crímenes, tengan en claro las consecuencias.
Debemos comprender que el conflicto entre judíos y árabes, por más que nos pese, seguirá latente. Mientras ellos crean que la solución al conflicto es la lucha, el proceso de paz se dificulta.
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