Venezuela se tiñó de rojo y no por los colores del chavismo sino por la sangre derramada de jóvenes estudiantes que protestaban contra la inseguridad y fueron, y son, absolutamente reprimidos por el inepto e inmaduro heredero forzado de un Hugo Chavez que quizo eternizarse en el poder pero solo logro eternizar recuerdos y relatos en un amplísimo sector de clase baja de un riquísimo país petrolero. Venezuela es el quinto productor mundial de petróleo y cuyas reservas superan a las de Arabia Saudita.
El chavismo tiene una particular visión de lo que es la democracia. Es ganar, aún con sospechas de fraude como lo fue la última elección de 2013; es gobernar subordinando y sometiendo a todo sector opositor, en especial al periodismo independiente ya casi extinguido en el actual modelo.
Sin embargo las redes sociales, también semibloqueadas, sirvieron para difundir imágenes de la represión de matones en motocicleta de un regimen que siempre hizo un paradigma de los derechos humanos y la defensa de los desposeídos.
El gobierno, al igual que todo regimen dictatorial, paso a ser algo así como una democracia autoritaria y Maduro, sucesor forzado de Chavez, no solo avivó con su tosudez ideológica el fuego de la represión sino que generó las causas que llevaron a la misma.
Claro que siempre es más fácil buscar conspiradores en la CIA, en los banqueros, en los oligopolios, en la derecha norteamericana y otros.
Años de gobierno del ex golpista bolivariano devenido en democrata luego de generar un golpè de estado en 1992, crearon las condiciones de las detonaciones de hoy. Chavez puso la mecha y Maduro la encendió.
El uso de los ingresos petroleros generó en Chavez una democracia petrolera que junto al carisma del líder permitió formar un eje bolivariano que entre otras cosas le abrió las puertas a Irán en Latinoamerica. Es un eje neo-marxista y nacionalista en una extraña conjunción ideológica en donde no falta la religión en su versión populista. Este modelo supo ganar la simpatía de otros de Latinoamerica entre ellos algo timidamente de nuestra Argentina. También de Irán y Siria.
La descelerización del crecimiento económico, el fuerte incremento de la pobreza, la inflación desbordada, la pérdida de dólares, el endeudamiento externo, la inseguridad creciente ( 25.000 muertos al año), escacez de productos de consumo masivo, dependencia de importaciones en materia alimentaria, corrupción, generaron el cocktel explosivo que le estalla a Maduro en las manos.
Hay quienes dicen que Argentina en su contexto económico actual puede seguir el camino de Venezuela. Más allá de similitudes y simpatías y el intercambio económico y financiero entre los gobiernos, esto no es posible. El kirchnerismo, aún con su clara vena autoritaria, no se sostiene en el poder de masas ni en un ejército otrora protagónico. Si se apoya en la intimidación del que piensa distinto y en la falta de diálogo con otros sectores no afines y un " relato " envolvente y de poca credibilidad. Lo que si llama la atención de Argentina y otros países progresistas de la región es su ominoso silencio ante la represión y violación de los derechos humanos en el país caribeño cuando no un respaldo a veces directo y otros velado.¿ Dónde están los artistas, los intelectuales de Carta Abierta, Madres de Plaza de Mayo y hasta políticos de la oposición de izquierda para protestar por lo que esta pasando. Silencio de radio. Esto es así debido a que hay una generación post dictadura militar que cree que el facismo solo proviene de la derecha.
No hace falta ningún golpe cívico-militar en Venezuela. Hace falta diálogo del gobierno con la oposición y poner en marcha los mecanismos constitucionales para una elección legitimada no solo por los votos sino por los hechos. De no lograrse esto, con otros matices, y ante el silencio de la OEA , la ONU y el Alba, los fantasmas de Egipto, Siria y Ucrania, podrán encontrar residencia en una sociedad que no lo merece.
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