La historia del pueblo judìo tiene lados oscuros .Si solo mencionamos la Segunda Guerra Mundial y la Shoà , vemos que junto a historias de sufrimiento sin lìmites, abnegaciòn y heroìsmo, tambièn podemos ubicar grupos de judìos en su mayorìa obligados por los nazis, sirvieron como sonderkommandos (grupos especiales) que ayudaban a los criminales en la cremaciòn de las vìctimas de los gaseamientos en los campos de exterminio, asì como en la busqueda y clasificaciòn de sus pertenencias( busqueda de dientes de oro, joyas y otros valores ocultos en diversas partes del cuerpo).
Tambièn estaban los Judenrat o Consejos Judìos, la policìa judìa(servil a los alemanes) que eran utilizados para secuenciar el plan de exterminio, donde la idea era lograr convertir en còmplices a muchos judìos de su propio exterminio y el de sus hermanos de sangre. A punta de pistola, golpes, amenazas de todo tipo, o la ilusoria promesa de poder alargar la existencia no mas sea algunos meses, semanas o dìas, muchos se plegaron a los fines de facilitar y simplificar la tarea de los genocidas teutònes.
Hoy como ayer las cosas han cambiado pero solo un poco. Todavìa nos sirven las analogìas, ya que los enemigos del pueblo judìo han mutado y disfrazado sus mètodos, pero los objetivos siguen siendo los mismos. Hoy a diferencia de ayer las cosas no son tan explìcitas o directas pero los golpes asestados a una comunidad judìa no son otra cosa que antisemitismo puro al 100%, que viene en envase modificado. Hoy el antisemitismo viene por el lado del anti-israelìsmo o en ròtulo de todo lo que sea pro-palestino.Que no son otros que aquellos que emboscan y asesinan judìos por cientos sea en Tierra Santa como en el resto del orbe .Son los mismos que plantaron dos bombas en Buenos Aires, por rara casualidad, solo sobre dos objetivos siendo uno judìo y el otro israelì(es decir judìo). Y como si fuera poco es lo que muestran nuestros actuales gobernantes pues al fin de cuentas asì termina cuando apoyan la creaciòn de un Estado Palestino, que de concretarse (D'os libre), es la daga con la cual anhelan destruir a Israel por etapas o en comodas cuotas.
Para aquellos que se ilusionaron con Oslo, la Hoja de Ruta, y la desgraciada fòrmula de tierras por paz, hoy pueden disfrutar o sufrir y tener que escapar de las lluvias de misiles de todas clases que caen sobre el sur y centro de Israel y que son lanzados de la Gaza evacuada y resignada. Cuesta imaginar el infierno en el cual se encontrarìa Israel si aquellos que tienen responsabilidad de dirigir el estado evacuaran y resignaran la Cisjordania, teniendo como ejemplo lo que sufre Israel desde la Franja.
Para concluir estas breves lineas, ante la asunciòn de nuevas autoridades en DAIA, no cabe duda que la comunidad necesita de estos distinguidos dirigentes judìos que sepan tomar nota que estan tratando con un gobierno nacional que se ha vuelto hostìl al Estado de Israel. Ha blanqueado la relaciòn con Iràn, y siempre ha votado en contra de Israel en todos los foros a los que CFK ha asistido. Aquellos judìos genuflexos al poder K han sufrido un amargo despertar, muy similar a los pobres integrantes de los Judenrat, y todos aquellos que se ilusionaron en comprar voluntades o simpatìas hacia la comunidad o la causa judía. Puede que algunos hayan soñado o se ilusionaron o pensaron por lo menos poder "tratar" o arribar a una especie de acuerdo bàsico con aquellos que sea por antisemitismo directo o por un manifiesto antisionismo que igualmente si uno lo analiza constituye una màscara que disfraza todos los prejuicios del antisemitismo històrico y clàsico, y al final ambos encastran a la perfecciòn. Es por este intrincado camino donde el olvillo dificultarà a la DAIA de hoy denunciar los casos de antisemitismo, dado que muchos de sus perpetradores esgrimen el paraguas del conflicto àrabe-israelì a los fines de poder escapar al ròtulo de discriminaciòn y odio racial.
Asistimos en cierto sentido a un holocausto nacional K (decenas de muertos por la inseguridad y debacle econòmico social), y los nuevos dirigentes comunitarios deben apuntar bien el làpiz y la brùjula, a los fines de no perder el norte. En definitiva los necesitamos y mucho en esta hora de peligro, necesitamos de buenos dirigentes judìos, prudentes y valientes. Honestos y leales. Pero no necesitamos de aduladores y por supuesto de ninguna nueva versiòn aunque sea mejorada de los tristes y famosos sonderkommandos que solo sirvieron y sirven para enterrar a su propio pueblo.
Natalio Daitch
Capital Federal.
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