Analistas militares consideran que la batalla final contra Irán y su delirio atómico, ya ha comenzado. La acción militar de Israel contra Gaza no sería más que su primer episodio, destinado a eliminar el saliente del flanco sur. Este saliente era (ya no lo es) capaz de batir, con misiles de largo alcance, a las estaciones de radar emplazadas en el desierto del Neguev (tanto israelíes como norteamericanas), bases aéreas, posiciones de tiro de misiles antibalísticos, instalaciones nucleares israelíes (en Dimona), y también a los barcos de la Sexta Flota de los EE. UU que navegan por el Mediterráneo.
El preciso y metódico ataque israelí logró demoler la capacidad estratégica de los terroristas de Hamas y Jihad Islámica.
Operación Hamud Hanan: Guerra sobre Gaza
" Y desde una columna de nube El les hablaba…. El párrafo bíblico, que se repite en el Kabalat Shabat, hace referencia a la columna de nube desde la cual D’s hablaba a los hijos de Israel cuando transitaban por el desierto en camino a su destino, la Tierra de Israel. Hamud Hanan (Columna de Nube, según la traducción más literal) es el nombre elegido por las Fuerzas de Defensa de Israel para designar a la última operación militar dirigida contra los terroristas palestinos de Gaza en el pasado mes de noviembre. Nubes, pero de humo, es lo que uno podía encontrar en los medios masivos de comunicación cuando informaban sobre Gaza. Una vez más, lo mismo de siempre: imágenes de niños árabes muertos o heridos (a veces fotografías tomadas en otros conflictos, en especial en la guerra civil siria, recicladas para exhibirlas como fruto de la acción israelí), casas destruidas (a menudo escondites de misiles), y una amplia panoplia de recursos propagandísticos destinados a despertar la emoción y los sentimientos de la audiencia… en contra de Israel. Sin embargo, por debajo de la respuesta ritual de los medios, cargada de información tan sensiblera como irrelevante, podía encontrarse, cada tanto y en medios especializados, el verdadero trasfondo de la guerra.
Problemas de stock.
La media de misiles y cohetes de todo tipo disparados contra Israel fue de unos 300 por día; sumado a la media de misiles destruidos en tierra por los israelíes (unos 700 por día), da un total de 1000 proyectiles descartados diariamente. Si el inventario terrorista era de 10000 unidades, la guerra debía concluir en 10 días, a más tardar, por agotamiento de stock. No sorprende entonces que haya terminado en 8 días, sin importar cuantas negociaciones se hayan llevado a cabo.
Hamud Hanan comenzó oficialmente el 14-11, cuando fue ultimado el líder terrorista Ahmed Jabari –nexo entre Irán y Hamas- lo que dio lugar a las acciones siguientes. Sin embargo, analistas occidentales consideran que el verdadero inicio fue 2 semanas antes, el 30-10, cuando aviones “no identificados” bombardearon la fábrica de armamentos de Yarmuk, ubicada en las cercanías de Khartum, capital de Sudán. Esta fábrica ocultaba una planta de ensamble y almacenamiento de misiles balísticos iraníes de largo alcance. Una verdadera reserva para el caso de guerra con Israel. El bombardeo, de singular violencia, demolió la instalación. Si bien el hecho pasó casi desapercibido, causó una gran conmoción en Teherán: Sudán e Irán se encuentran a distancias parecidas desde Israel.
La oleada de cohetes en los días previos a Hamud Hanan fue una represalia anunciada. Pero los estrategas de Hamas (y de Irán) no previeron lo que vendría después.
Los ataques israelíes al inicio del operativo fueron de una efectividad inusitada: casi todo el arsenal balístico de largo alcance fue destruido en las primeras horas de batalla. La eliminación de Jabari desbarató la cadena de comando de Hamas; obligados a evacuar a sus cuadros de mando, los terroristas dispararon centenares de cohetes contra el sur de Israel con precisión más que pobre y efectos reales marginales. También lanzaron algunos misiles Fajr-5 iraníes –los que les quedaban- contra Jerusalem y Tel Aviv. Otro error: no sólo no causaron daños, sino que consolidaron el frente interno israelí, habitualmente díscolo y contestatario.
Se cree que la invasión terrestre a Gaza estaba prevista para el sábado 17-11, por la mañana, y que un llamado de Barack Obama a Binyamin Netanyahu la detuvo cuando las avanzadas israelíes ya se habían puesto en marcha. Es posible que esta versión sea cierta, pero sólo en parte. Lo más probable es que los propios generales israelíes la hayan cancelado, por juzgarla innecesaria. Aunque los palestinos de Gaza parecieron haber recuperado la iniciativa luego del 18-11, la magnitud del daño inflingido fue tan grande que no justificaba una profundización de la ofensiva.
Cabos sueltos.
Israel movilizó unos 75.000 efectivos para la campaña sobre Gaza. Una cifra sensiblemente superior los 10000 hombres convocados para la operación Plomo Fundido de 2008, en la que sí hubo invasión terrestre. Además, los hospitales liberaron camas en previsión de la llegada de un gran número heridos en combate. Claramente, los altos mandos israelíes no estaban pensando sólo en Gaza cuando dispusieron estas complejas –y costosas- medidas.
Tampoco resultan lógicos ciertos movimientos de la marina norteamericana.: el 20-11, mientras arreciaban los bombardeos, el Pentágono ordenó a 3 barcos de guerra, que se hallaban a punto de cruzar el Estrecho de Gibraltar en dirección al Atlántico (es decir, volviendo a casa), que dieran un giro en “U” y volvieran al Mediterráneo Oriental. Todos ellos eran buques de asalto anfibio, con helicópteros, lanchones y dotación completa de infantes de marina. El motivo oficial era “preparar la evacuación de ciudadanos norteamericanos de Israel”.
Era absurdo. Las evacuaciones armadas se efectúan en zonas de catástrofe, o bien en estados fallidos. Pero en Israel, si un ciudadano norteamericano o de cualquier otro país desea irse, sólo tiene que dirigirse al aeropuerto y tomar el primer avión de línea disponible. Menos de 48 horas después, el gobierno ruso anunció que prepararía “la evacuación de ciudadanos rusos de la Franja de Gaza”.
Tan absurdo como lo anterior, la cantidad de rusos residentes en Gaza pueden contarse con los dedos. Para ellos, el Ministerio de Defensa en Moscú ordenó el envío nada menos que del crucero Moskwa, el destructor Smetlivy, los buques de asalto anfibio Novocherkassk y Saratov, más otros dos barcos de apoyo. Sin embargo, las dos flotillas “de evacuación” se encontraron frente a frente… en las costas de Siria. Para entonces, la situación en dicho país se había agravado a tal punto, que Gaza, vista desde la óptica de las grandes potencias, había perdido relevancia.
|
|
|
|
|
|
|
|
