El prestigioso sello alemán Winter&Winter ha lanzado al mercado el cd musical The Linetzky Family, “Diaspora in Buenos Aires” (en venta en disquerías Zivals) un trabajo que recopila registros de la orquesta de música Klezmer, formada por abuelo, hijos y nietos en reuniones familiares, grabados por el reconocido pianista y compositor argentino Andrés Linetzky durante más de veinte años y mezcladas con músicas realizadas en la actualidad..
Lo inusual de esta propuesta artística lo convierte en un trabajo que excede lo musical y lo posiciona como un testimonio de la cultura judía y de la fuerza del arte como motor de vida y de unión. “Diaspora en Buenos Aires” sugiere, a través de la belleza de sus 24 tracks, un recorrido por la música klezmer, sus orígenes y derivaciones, y el emotivo derrotero de una familia de inmigrantes que sintetiza la nostalgia, la esperanza y el arte que rodearon al contradictorio siglo XX.
José Linetzky arribó a Buenos Aires desde Rusia en 1929 con sólo trece años de edad, trayendo la música Klezmer que interpretaba en Beltz, su ciudad natal. Nunca imaginó que casi 50 años después, transmitiría esa música a sus nietos y que con ellos formarían una orquesta de música Klezmer. La Linetzky Klezmer Orquesta llegó a estar formada por José, Leonardo (su hijo) y sus cinco nietos, es decir por siete integrantes de la familia.
Dice Andrés Linetzky: “Recuerdo el primer día que me senté con mi Zeide (abuelo) en el piano y él, desde su violín, comenzó a tocar “La cumparsita”: ése fue el inicio de una relación musical que duraría toda mi vida. Desde ese momento, en el que yo tenía ocho años y él setenta, me enseñó melodías y ritmos de su Rusia natal, música que muchos denominan Klezmer y que tiene influencias judías y de Europa Oriental. A medida que fueron pasando los años se sumaron a ese dúo cada uno de mis hermanos, e incluso mi padre, quien había dejado de tocar la flauta profesionalmente.
Desde el comienzo de esta incipiente orquesta yo sabía que se trataba de algo especial. Fue por eso que empecé a grabar cada encuentro, cada concierto, inclusive cada historia que mi abuelo contaba de Belz, su ciudad natal. Como debía pasar, un día mi abuelo murió. Tuve la suerte de compartir con él 30 años de mi vida. Una persona única por su riqueza interior. Mi vida siguió, como mi carrera. Así fue que con mi grupo Vale Tango tuvimos la posibilidad de empezar a grabar para el sello alemán Winter&Winter. .Con todo ese material, creó, a mi entender, una obra de arte: mezcló las grabaciones viejas con las actuales, sonidos de mi familia, ruidos de los almuerzos. Realmente estoy deslumbrado por la obra que realizó a partir de nuestra música. En este CD está plasmada, para mi gran emoción, la esencia de mi familia y todos los años de nuestra historia musical”
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