Pocas cosas nos resultan tan frustrantes como las injusticias. Una enfermedad repentina en un ser amado; un hombre honesto que ayuda al prójimo pero fracasa en sus negocios comerciales. Los ejemplos abundad. ¿ No hay Di-s, no hay premio ?. Una pregunta que resuena en muchos no creyentes
El Talmud - libro de leyes judías - expone que la persona, debe agradecer a D-s por lo malo de la misma manera que lo bueno. El rabino Iaacob Halevi Filber, explica que, en el mundo, viven personas que sufren y otras felices; y que el cuestionamiento, surge cuando observamos que a una persona malvada le va bien, a una justa, mal y no sabemos el motivo. Para entender un poco todo este planteo, consultamos al rabino Uriel Said, a quien entrevistaremos .luego, intentaremos llegar a alguna conclusión en este milenario debate filosófico y existencial
1) ¿Cree que al bueno le va mal y al malo bien?
Las preguntas de fondo serían: ¿cómo es que D-s maneja y conduce Su Creación? y ¿con qué parámetros determina qué clase de destino y realidad obtendrá cada uno?
2) ¿Cuál es la fuente bíblica? ¿Cómo se comprende el mandato Divino?
En el libro de Éxodo (Cap. 33: 13,18), la Torá, relata que Moisés, le pide a D-s que le muestre Su esencia y Sus caminos. Los Sabios, en el Talmud (Berajot 7a), explican que, el pedido de Moisés, era saber “por qué al tzadik (justo y noble, según la Voluntad Divina) le va mal y al rasha (malvado), bien”. D-s le contesta: “no me vera el hombre y vivirá".
La idea que aquí subyace, es que el ser humano, posee una vida finita en tiempo y espacio; lo que nos hace sumamente limitados para comprender los camino de D-s, quien en su condición de “Creador”, es quien fijó los límites de la finitud, tiempo y espacio, y por ende no está subordinado a ellos. Por este motivo, “no me vera el hombre”, quiere decir, que no podrá comprender “mis caminos” plenamente, “y vivirá”, significa “mientras viva y permanezca sujeto a las coordenadas tiempo y espacio que rigen nuestra vida”. La realidad Divina, trasciende todas nuestras limitaciones y por ende, no tenemos acceso al entendimiento de Su comportamiento. Aquí, se dirime gran parte del conflicto en cuestión: desde el momento que entendemos que Su realidad, nos es completamente inconcebible, preguntas del tipo: “¿por qué me hiciste tal cosa?”, “¿por qué a mí?”, entre otras, se acotan. Sin embargo, las leyes de causa y efecto rigen a rajatabla: el que obra bien, obtendrá el bien. En este punto, radica el otro aspecto del asunto: “el verdadero bien”. Dicho “bien”, que tanto anhelamos por haber sido buenas personas, y obrado según la Voluntad Divina, no se define según nuestros parámetros físicos y temporales, a partir de los cuales entendemos bienestar a conceptos igualmente finitos, como ser: dinero, éxito, salud, etc.
Se determina en base a criterios Divinos, fuera del espacio y tiempo, en el plano abstracto, espiritual y eterno. Es un bienestar total, real, que no es vulnerable ni está sujeto a los cambios y la erosión inherentes a lo finito. La idea en cuestión, es de difícil asimilación, justamente, por estar nuestra existencia aparentemente limitada a la realidad física y temporal en la que vivimos, y nos cuesta concebir la realidad, fuera de estos parámetros.
3) ¿Cómo debemos entender las cosas que nos pasan?
El judaísmo, aunque no tengamos acceso a la comprensión cabal del motivo de lo que nos sucede, nos exhorta a reflexionar acerca de lo que nos pasa a diario. No hacer caso omiso a las diferentes problemáticas que nos tocan vivir, como a no “dormirnos en los laureles” en las alegrías, y pensar que es "natural" tener éxito.
Cada situación vivida, buena o mala, dulce o amarga, debe ser un llamado a la reflexión y autoanálisis: ¿qué quiere D-s de mi?, ¿cuál es mi rol en este momento?, ¿cómo se supone que debería reaccionar?
Ninguno de nosotros, quiere que los problemas nos toquen el timbre, pero la realidad es que nos visitan sin ser invitados y en reiteradas oportunidades. El punto es, no intentar cambiar la situación existente, ya que nos excede en la gran mayoría de los casos, sino modificar y mejorar nuestra actitud hacia ella. En lugar de verlos como problemas, enfrentarlos como desafíos, que en definitiva, eso es lo que son.
D-s nos presenta diferentes situaciones, buenas o no, para que podamos sacar a la luz fuerzas ocultas y diversas capacidades espirituales interiores, que no somos consientes de su existencia.
Un ejemplo, puede ser, un bebe que está aprendiendo a caminar con un andador y la mamá, para incentivarlo a hacerlo por sus propios medios, se lo va sacando y alejando. Para el niño, cada vez que se lo quitan, es como una tragedia y piensa: "¿y ahora qué hago? ¿Por qué a mí? ¿Por qué me hace esto?". Pero en definitiva, no es más que un trampolín para lograr un nivel superior.
4) ¿Cómo podemos alcanzar dicha percepción?
Necesitamos salir un poco de la rutina, dedicar más tiempo a la reflexión e introspección. Tratar de buscar un poco más de profundidad en nuestra vida. Vivimos en una sociedad sumamente consumista y materialista, donde la lucha diaria por subsistir y "escalar" a toda costa, derriba toda aspiración a mirar hacia adentro, lo que somos y queremos ser. Debemos pensar en nuestros valores y en los que les queremos transmitir a nuestros hijos. La concepción de que sino obtengo tal o cual cosa (titulo, negocio, posición social) "no soy nada", es devastadora. Existe un mundo dentro de cada uno por explorar y desarrollar, más allá del rol que se ocupe en la sociedad. Desconectarnos unos minutos por día, apagar el celular, pensar en nosotros mismos, dedicar un tiempo al estudio y análisis de la Torá, destinar un espacio para la plegaria y conexión con D-s, planteándole nuestras expectativas y confiando en Sus designios, son acciones fundamentales para conectarnos con otra realidad más profunda, pasar de lo terrenal y efímero a lo eterno y espiritual. Mientras permanezcamos sumergidos en una concepción de la realidad exclusivamente material y finita, esperando inconscientemente logros y "recompensas" de iguales características, tenderemos a la decepción constante (estrés, ansiedad, desesperación), al ver que en la práctica las expectativas no se dan.
Generar una percepción más profunda de la vida, a partir de la plena confianza en D-s y atisbando más allá de lo material y temporal, nos ayudara a desarrollar una estructura interior solida, fuerte, llena de energía, fe y convicción.
Una conclusión posible
Los reyes más importantes de Israel - David y Salomón-, escribieron acerca del tema en cuestión. El primero, en su libro de Salmos: “confía en D-s, fortalece y energiza tu corazón, y confía en D-s". El segundo, en Proverbios: "Confía en D-s con todo tu corazón y en tu entendimiento no te apoyes".
El rey David, dio a entender a priori que, no podemos comprenderlo todo y que existe un propósito en todo lo que ocurre; mientras que su hijo, el rey Salomón, explicó que, debemos tener fe en Di-s y no basarnos en nuestro entendimiento, dado que, al sacar conclusiones sobre si algo que nos ocurre, es justo o no, podemos equivocarnos.
Entonces… ¡confiemos en Di-s!, que todo lo que sucede es para bien, ya que no quiere nuestro mal.
¿ y ud. que opina ?. Escribanos a periodicocomunidades@gmail.com
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