Atilio Molteni, quien hace pocas semanas dejó su cargo como embajador de la Argentina en al llegar a la edad máxima establecida para ese cargo, habló en exclusiva con Comunidades sobre su experiencia por más de siete años en la sede diplomática de Tel Aviv, la relación que existe entre los dos países, la vida de los argentinos que realizan aliá y el conflicto de Medio Oriente.
- ¿Cuáles fueron los momentos más importantes durante su gestión?
Han sido siete años intensos. Cuando llegué en febrero de 2003 estaba en pleno auge la segunda intifada y el gobierno de Ariel Sharon enfrentaba una situación de un terrorismo muy agresivo que poco a poco, por diversas medidas que adoptó, se fue venciendo. Israel pudo controlar esa realidad de permanentes acciones violentas. También tuvo lugar el plan de desconexión que llevó adelante el gobierno israelí con relación a la Franja de Gaza, decisión que tomó por ese entonces el primer ministro buscando dar a los habitantes el control absoluto de esa franja de territorio, y a su vez, desalojó siete u ocho grandes asentamientos: en total ocho mil colonos israelíes abandonaron Gaza. Lamentablemente, ese plan se frustró, ya que luego tuvieron lugar las elecciones palestinas que fueron ganadas por Hamas y eso trajo una situación de renovada tensión. Posteriormente, Hamas desalojó al gobierno de Mahmoud Abbas y tomó el control de la Franja de Gaza, lo cual daría con el tiempo una serie de ataques al territorio israelí próximo a Gaza, y a fines del año 2008 la operación “Plomo Fundido”, en la cual Israel trató de limitar la acción contra su territorio. Otro gran acontecimiento fue la elección que se dio luego de la enfermedad repentina de Sharon, la cual fue ganada Ehud Olmert, que era parte también del partido Kadima, y que precisamente fue un gobierno que trató de proseguir algunos de los conceptos fundamentales de la centroderecha israelí. Concluido el periodo de Olmert, se realizó la elección que ganó Netanyahu que está actualmente en el poder en Israel. Durante siete años mi diálogo como embajador tuvo que ver con tres gobiernos sucesivos y donde siempre la importancia de Israel radica no solo en los grandes lazos de amistad entre los dos países, sino también en la gran comunidad argentino-israelí que en este momento supera las 80 mil personas, que tiene una situación importante dentro de la estructura del país, y la relación que implica para Argentina tener la comunidad judía más importante de América Latina con lazos muy cercanos que dan fuerza a los vínculos comerciales y amistosos entre las dos naciones.
- ¿Cuáles fueron los puntos salientes de su gestión, los momentos más importantes dentro de las relaciones políticas, comerciales y firma de tratados entre Argentina e Israel?
Lo más importante fue el acuerdo que negoció el Mercosur con Israel por el cual se ha suscripto un convenio que está en vigencia con los otros miembros del Mercosur, y que actualmente está siendo analizado por el Congreso argentino, que va a ser a mi juicio, una vez que entre en vigencia, un gran paso adelante porque es el primer convenio extrazona que firma el Mercosur y va a ampliar positivamente las relaciones comerciales con Israel. Desde el punto de vista de los acuerdos ese fue el más importante logrado. Ahora, en cuanto a los lazos comerciales y políticos, el punto de mayor importancia creo que fue la visita que en noviembre de 2009 hizo al país el presidente Shimon Peres, donde se pudo apreciar la calidez y los vínculos fuertes que existen entre ambas naciones.
- Justamente, ¿cómo es la relación entre estados?
Es fuerte y tiene que ver con la historia que une a los dos países: hay que pensar que Argentina ha recibido a una gran comunidad judía, y a su vez, desde que nuestro país reconoce a Israel; siempre ha habido una relación muy estrecha. Argentina siempre ha seguido los diferentes conflictos como propios, hay un interés constante en todo lo que sucede en Israel, por lo que se puede decir que son vínculos fuertes. Desde luego, hay campo para afianzarlos más, pero siempre la política argentina ha tenido en cuenta la situación y la problemática israelí, y hay que pensar que Medio Oriente es hoy en día una zona de conflicto, porque existe la situación de Irak, los problemas en Afganistán, y a su vez el peligro que consiste el interés de Irán de ampliar su predominio en el área, y no sólo el predominio político, sino los intentos de llegar a tener una capacidad nuclear, y eso desde luego plantea para la comunidad internacional y para Israel en especial problemas muy serios. Es decir, Israel está en una zona que más que nunca tiene aspectos sumamente conflictivos, y por supuesto a la Argentina la interesa la evolución pacífica de la región.
- ¿Había conocido Israel antes de ser embajador allí?
Como diplomático lo visité en una misión en el año 1989, y estuve en la región en un período a partir del año 1991 ya que tuve que ver con problemas que afectaban al Medio Oriente porque fui ministro de nuestra embajada en Washington, y durante el año 2001 también trabajé para ONU en Asia Central en un tema relativo al talibán en Afganistán, y años antes había sido embajador en Turquía. Es decir, me especialicé en la región.
- ¿Cómo fue adaptarse a Israel y la región?
Israel es un país que tiene comunidades de distintos orígenes .Uno puede decir que además de la relación original de los judíos con el área, a través de los años la población israelí se fue nutriendo con corrientes inmigratorias judías que provenían de distintos países, por ejemplo el norte de África, hay un grupo muy importante de Rusia y Ucrania, y dentro de los provenientes latinoamericanos está Argentina que ha tenido siempre una representación humana bastante significativa. Israel no es en sí mismo un país que sea para un extranjero de difícil adaptación, yo diría que es una sociedad abierta que se caracteriza por su gobierno democrático y por tener una gran libertad de prensa y una justicia muy independiente. Tiene una serie de características que son muy buenas, y desde luego tiene el conflicto que esperemos que en estos días avance, que se puedan establecer dos estados viviendo en paz y seguridad, que es el propósito de estas conversaciones directas que se han abierto hace poco tiempo.
- ¿Cómo observó a los inmigrantes argentinos durante sus siete años de gestión? ¿En qué áreas influyen más?
Hay un grupo de argentinos-israelíes muy calificados, hay varios ejemplos notables de grandes profesionales de origen argentino. La inmigración que se va de Argentina con motivo de la crisis de los años 2001 y 2002, sale de una situación complicada y va a Israel en un momento muy difícil que felizmente fue rápidamente ha superado: hoy hay un contexto económico excelente. Hubo un grupo de argentinos que hizo aliá en un momento dificultoso, y mucha de esa gente tenía más allá de la edad media promedio y había una mala preparación para enfrentar la realidad de una inmigración, que siempre es una situación traumática, ya que no es fácil emigrar. De todos los distintos grupos, durante el período que me tocó estar allí como embajador, puedo decir que ese grupo humano fue el que tuvo problemas, pero se debía a una situación coyuntural que Israel luego superó.
Usted vivió situaciones de conflictos y conversaciones en busca de diferentes tratados, ¿cuál es su visión del nuevo proceso de paz?
Hay una serie de temas que son los que han sido tradicionales en esta negociación: fronteras, refugiados, los asentamientos y las cuestiones de seguridad propias de Israel. Ahora hay una nueva exigencia israelí que es que los palestinos reconozcan al Estado de Israel como un estado judío. Hay que pensar que Israel tiene casi 8 millones de habitantes donde la mayor parte es judía, pero hay un millón y medio de israelíes de origen árabe, es decir, eso en sí mismo es un tema de discusión que los palestinos hasta ahora se han negado a aceptar como condición para una negociación, y por supuesto hay temas complicados como la pretensión palestina que se reconozca el derecho de retorno de los refugiados, lo cual no es aceptable desde el punto de vista israelí, porque eso rompería el carácter de la mayoría israelí que quiere mantener en su territorio. Esperemos que estas negociaciones funcionen y que ambas partes puedan encontrar alguna formula para la continuación de las conversaciones, y se pueda buscar una solución. Hay mucho por ver, pero también existe el interés de las partes y de Estados Unidos para que esto avance.
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