Polonia (JTA) - En enero de 1994, un turista estadounidense bajó de un taxi en una fría lluvia, y entró en la librería de judía de Jarden en el otro extremo de la plaza en el barrio judío de Cracovia. En el mostrador estaban extendidas unas copias de The New York Times ante el librero Zdzislaw.
"El hombre estaba señalando a las fotos de los sitios que estaban en" La lista de Schindler "y exigió saber dónde estaban", recuerda Zdzislaw. "Pero lo que no entiendo es que la película aún no se había estrenado en Europa. Nosotros mismos no sabíamos donde muchos de estos lugares estaban."
El debut de la película de Spielberg en diciembre de 1993 provocó una avalancha impresionante de turistas a Cracovia que aún continúa. Muchos vienen en peregrinación para rendir homenaje a Oskar Schindler.La guerra convirtió al informante nazi que salvó a más de 1.000 judios.
Diecisiete años después de la película que llevó a la fama a la fábrica, la instalación se abrió como museo el pasado 11-06.
El Museo Histórico de la Ciudad de Cracovia ha transformado el lugar en lo que llama una" fábrica de la memoria ". En la ciudad es la primera exposición permanente de la ocupación nazi de Cracovia.
"El mundo ya sabe acerca de Schindler", dice Marta Smietana, una portavoz del museo. "Ahora nosotros podemos mostrar lo que Cracovia era cuando los judios fueron a trabajar a la fábrica. La renovación costó 4,3 millones dólares y tardó tres años en completarse.
"En Cracovia nazi Ocupación: 1939-1945" se ve la la vida durante la guerra para los polacos y los judios, concentrando al menos parte de su narrativa sobre la ruptura de las relaciones polaco-judías en el marco de la ocupación nazi.
El proyecto no estuvo exento de polémica. Algunos estaban disgustados con Schindler . "Desde la renovación, la fábrica parece haber perdido algo de su carácter", dijo Zdzislaw. "Creo que lo que este hizo durante la ocupación alemana complica a Schindler y otros."
Otros argumentaron que Schindler fue uno de los muchos héroes del Holocausto en Polonia, y un museo dedicado exclusivamente a un hombre hecho famoso por una película de Hollywood sería distorsionar la historia.
"Si uno se concentra en una persona, ¿qué pasa con todos los otros héroes?" preguntó Jonathan Ornstein, director del centro comunitario judío en Cracovia.
"Cuando se habla de gente que salvó a judios en suelo polaco, él no es el único. Tomemos, por ejemplo, los maestros y los trabajadores polacos del orfanato que salvó 2.000 judios. Hay muchos, pero el mundo no sabe acerca de ellos. "
La Fábrica de Emalia, donde fabrican artesanías de hojalata Schindler, se sienta en un tramo de una carretera amplia de flexión entre las plantas y talleres en la zona industrial de Cracovia.
Después de la guerra, las fuerzas soviéticas l nacionalizaron la fábrica y la convirtieron en una planta de equipos de telecomunicaciones. Pero, finalmente, la instalación fue abandonada y cayó en la quiebra.La Municipalidad la compró en el 2005 .
Los turistas por casi dos décadas han estado vagando por la calle Lipowa para ver la fábrica. En el nuevo museo, exposiciones modernas tienen por objeto llevar a los visitantes en el tiempo en fotos tamaño mural, voces en off, pantallas digitales y pantallas táctiles multimedia . El museo también cuenta con una sala de conferencias, una muestra escultórica y paneles que destacan los dilemas éticos que enfrentaron los ciudadanos durante la guerra.
Algunos visitantes pueden sorprenderse al ver la esvásticas en unas baldosas . La empresa que produce los cuadros se negó a hacerlo sin antes recibir la garantía del gobierno que no estaría cometiendo un delito si seguía adelante con el orden, ya que los símbolos nazis están prohibidos en Polonia.
"Usamos el símbolo de la esvástica ya que dice mucho de la ocupación", dijo Smietana. "Al principio te parece algo banal pero entonces empiezas a entender lo peligroso que es." La exposición tiene la intención de provocar, como en el caso de las baldosas, pero para muchos la "fábrica de la memoria" tratará sobre la memoria de Schindler. "Hace un par de meses, una mujer israelí vino a mí y quería saber si era cierto que su abuelo vendió la fábrica de Schindler", dijo Zuzanna Mistal, directo- ra del proyecto del nuevo museo. "Fui capaz de decirle que sí. Fue una sensación hermosa, y era la primera vez comprendí lo importante que es mi trabajo."
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