Comunidades


Periódico Judío Independiente
La gran cruzada chavista
Por Agustín Ulanovsky, Representante Universitario para América Latina de CAMERA y Revista de Medio Oriente
En el 2009, Chávez finalmente lo hizo. Su voracidad por conseguir la reelección indefinida culminó por destruir el histórico legado de democracia y libertad que caracterizó durante décadas a Venezuela. Hundida en un sistema autoritario, subsumidos sus intereses estratégicos a la cúpula del PSUV y espectadora de una cruel represión ante el mínimo atisbo de oposición, Venezuela es el más digno sucesor de la Cuba de Fidel.

Lejos del ejemplo que diera Venezuela durante la trágica década de los 70, cuando fuera uno de los pocos países latinoamericanos que resistió las tentaciones golpistas, Chávez ha traicionado la herencia de confianza, progreso y libertad que caracterizaba al pueblo venezolano. El país caribeño se halla sometido a los caprichosos de su Presidente, sufre escandalosas maniobras de corrupción y padece alianzas con los regímenes más despóticos del planeta. Chávez concentra todos los resortes del Estado y rechaza cualquier crítica interna o externa, al punto que las persecuciones a los opositores políticos y las clausuras de los medios de comunicación que osan criticarlo son parte de la realidad cotidiana venezolana.

Inspirado en la dictadura de los Castro (Cuba) y secundado por Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador), Chávez ha venido exportando su modelo de “Revolución Bolivariana”, en la que se destacan la fuerte concentración del poder del Estado en la figura presidencial, la virulenta retórica contra Estados Unidos e Israel y el total avasallamiento del sistema democrático. Su influencia en la región fue alimentando por dos armas irresistibles: la compra de voluntades merced a los extraordinarios ingresos petroleros y una política con claro perfil demagógico. Ello le ha permitido a Chávez construir un liderazgo autoritario y funcional a los intereses del séquito que lo rodea.

Conocedor del vasto sentimiento antinorteamericano que domina a gran parte de América Latina, Chávez ha encontrado en la crítica a Estados Unidos un campo más que fértil para sus ególatras planes. Al presentarse como la contracara del “Imperio”, Chávez no sólo acrecienta su imagen mesiánica y extiende su influencia por toda la región, sino que le permite victimizarse y culpar a los Estados Unidos por los nefastos resultados de sus políticas que llevaron a gran parte de los venezolanos a una pésima calidad de vida, con cortes en la prestación de los servicios básicos y una gran inflación.

Los golpes demagógicos de Chávez se han concentrado principalmente en Estados Unidos, a la cual acusa de “masacrar a los pueblos de Latinoamérica” y de “desestabilizar a los gobiernos democráticos”, cuanto menos. Todo aquel que en el mundo agite una bandera contra el poderoso país del norte tendrá en Chávez a un generoso amigo, dispuesto a financiar petróleo a precio subsidiado y brindar créditos irresistibles. Paralelamente, la política exterior venezolana es coherente con la visión de su líder: mientras el Embajador y los agregados militares norteamericanos fueron expulsados de Caracas, Venezuela mantiene estrechas relaciones diplomáticas con todo aquel que se enfrente a Estados Unidos, como Nguyen Minh Triet, Robert Mugabe, Fidel Castro, Evo Morales y Mahmud Ahmanidejad.

Chávez no se limita a cargar contra Estados Unidos sino que incluyó en su “cruzada antiimperialista” al Estado de Israel, abandonando así el histórico vínculo de fraternidad que unía a Venezuela y a Israel. Cabe recordar que el país sudamericano votó a favor de la creación de Israel y que se mantuvieron siempre estrechos vínculos basados en la amistad y el mutuo respeto. No obstante, desde la última guerra del Líbano, el Estado judío ha debido cargar con una larga lista de ofensas y provocaciones del presidente venezolano que llevaron a la ruptura de las relaciones diplomáticas y la expulsión de los respectivos Embajadores.
“Genocida”, “lacayo”, “brazo asesino de Estados Unidos”, “tonto”, “homicida” y “cobarde” son parte de la colección de insultos que Chávez profirió en los últimos años a Israel que se acentuaron durante el último conflicto en Gaza, cuando Chávez dirigió una batería de agresiones contra el Estado israelí, que incluyeron la ruptura de las relaciones diplomáticas y la expulsión del Embajador Shlomo Cohen. El propio mandatario y su Canciller Nicolás Maduro compararon lo ocurrido en Gaza con el Holocausto e instaron a la comunidad judía local a “repudiar el Holocausto palestino”. “El pueblo judío ha sido condenado en el espíritu de las naciones y de este espíritu se levantará un poder que aniquilará al imperialismo y a sus secuaces” es una profecía que Chávez dio hace poco y que no debería pasar por alto, máxime cuando su aliado iraní Ahmanidejad se presta a fabricar una bomba atómica y cumplir con su promesa de “borrar a Israel del mapa”.

El vínculo personal entre Ahmanidejad y Chávez fue creciendo con el tiempo y hoy son “hermanos, amigos y aliados ante la amenaza imperialista”. Se visitan asiduamente, tanto en Teherán como en Caracas, intercambian elogios y se suelen defender públicamente. Hilando fino se advierte que el principal y quizás verdadero punto de convergencia que une a los mandatarios es el afán compartido de construir una estructura de poder alternativa, libre de la “dominada por el Imperio”. En consecuencia, Chávez, a fin de cuentas un mandatario populista y autoproclamado revolucionario que dirige un país firmemente secular, acepta hacer causa común con un régimen reaccionario y teocrático ubicado a miles de kilómetros de su Venezuela.

La relación entre Irán y Venezuela se ha consolidado tanto que recientemente fue inaugurado un tramo aéreo que conecta a Caracas con Teherán, previa escala en Damasco. Conforme a numerosos informes de inteligencia, esa es la puerta de entrada al continente elegida por el grupo terrorista chiita Hezbollah y la Guardia Revolucionaria iraní para expandir la Jihad en América Latina. Huelga recordar que Hezbollah fue quien perpetró los atentados contra la Embajada de Israel (1992) y la AMIA (1994), que acabaron con más de 100 vidas inocentes. Dados los fluidos contactos que Chávez tiene con los grupos guerrilleros de las FARC, la propia historia de colaboración del grupo guerrillero colombiano con otros grupos armados y la alianza entre Venezuela e Irán, no es descabellado imaginar una alianza entre los combatientes de FARC y Hezbollah en el entrenamiento de grupos armados.

Más allá de Irán, Chávez extendió sus vínculos con el resto de los países árabes y musulmanes a partir de su pertenencia a la OPEP (organización que nuclea a los exportadores de petróleo). Tejió fuertes alianzas con Siria, Argelia, Libia y otros regímenes de la región y no duda en fustigar al Estado israelí cada vez que visita la región. Recientemente, en Damasco, advirtió que “Israel es una nación genocida que aniquila a otros pueblos, un estado asesino y enemigo de la paz'” y justificó el nacimiento de Israel como la forma que encontró el “imperio” para “dividir, impedir la unidad del mundo árabe y asegurar su presencia en la región”.

Finalmente, lo más repudiable de la retórica antiisraelí de Chávez y de la creciente relación de Venezuela con Irán es que la comunidad judía venezolana ha venido sufriendo crecientes muestras de antisemitismo que van desde grafitis y cruces esvásticas hasta la profanación de una sinagoga. Chávez ha intentado mostrar una faceta conciliadora al rechazar públicamente cualquier muestra de agresión, al mantener reuniones con dirigentes de la colectividad judía mundial y latinoamericana y al condenar al antisemitismo en una declaración conjunta con los presidentes Lula Da Silva y Fernández de Kirchner. No obstante, es inevitable concluir que los indiscriminados ataques que Chávez dirigió contra Israel expusieron a los más de 12 mil venezolanos judíos y los dejaron ante un grave estado de indefensión.

Chávez seguirá tensando la situación pues son las herramientas que le han permitido mantener el gobierno por más de 11 años y extender su influencia por toda la región. No obstante, Chávez debería repasar la historia de Napoleón y entender que todo aquel que sueña con la suma de todo el poder siempre termina encontrando su Waterloo, más temprano que tarde.


Número 480
Página Principal
Nros. Anteriores
Imprimir Nota

Comunidades
Periódico Judío Independiente

www.comunidades.delacole.com
E-mail: periodicocomunidades@gmail.com

Editores y Directores
Dr. Alberto J. Rotenberg - Prof. Natalio Steiner

Domicilio Postal
Casilla de correo Nro. 49 - (1872) Sarandí - Prov. de Bs. As

Teléfonos
4864-8738 (por la tarde)

Representantes en el Interior
Villa Angela (Chaco): Jacobo Garber - Moisés Ville (Santa Fe): Pedro Balhorn. Tel.: (03409) 42-0189.
Rosario: Saúl Bloj. Tel.: (0341) 433-1254. - Concordia: Batia Enguelberg. Tel.: (0345) 421-9822

Difundimos gratuitamente todas las actividades comunitarias.
Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de los artículos de este periódico sin mencionar su origen.
La notas firmadas no representan necesariamente el modo de pensar de los Directores.

Registro Propiedad Intelectual
Nro. 206.708