Si esto sucediese en otro país ya se hubiese gritado " antisemitismo " pero esto sucede a plena luz del día en la primera ciudad hebrea moderna. En Tel- Aviv hay una feria que vende al público objetos de uno de los períodos más oscuros del pueblo judío. ¿Quién compra?
"Escucha bien la oferta. Si vos compras esta medalla nazi ", y palpa un redondel plateado con la cruz szvástica, " te dejo la estampilla con el rostro de Hitler a mitad de precio ". Es un medio día lleno de luz en el mercado de antiguedades de plaza Dizengoff. Junto a piezas de cerámica y porcelana y discos antiguos, de repente uno se siente intimidado por un retrato con la foto de Hitler. Hay sobres con estampillas nazis y hay postales con estampillas nazis pegadas . Eran parte de lo que los soldados germanos enviaban en los años 40 a sus familiares. También hay monedas, medallas,documentos, cartas, protocolos. Todo el material es auténtico y pertenece a la época del Tercer Reich. Todo el material se expone en la feria a cambio de unos cuantos shekalim. Me cuesta adentrarme en la cabeza de los vendedores que decidieron hacer dinero con el trauma más grave que sufrió nuestro pueblo. Uno de ellos me lo explica, algo confundido. " Yo vendo antiguedades con valor histórico y no me importa todo lo que gira alrededor ". La conciencia no parece conmoverlo.
Luego de recorrer los stands entiendo que los objetos más caros y escasos no estan abiertamente exhibidos. Algunos están ocultos, quizas por la policía, quizas por el cargo de conciencia.
Me dirijo a uno de los vendedores y le pregunto si tiene objetos de los SS. Como si hubiese escuchado un código, me mira a los ojos, me evalua y me muestra artículos de varios cientos de shekalim. Tiene, por ejemplo, una caja de municiones que los soldados de la SS apoyaban en las motocicletas. Cuesta unos 2500 shekalim ( u$s 850 dólares ). En otro puesto el vendedor mira a su alrededor con sospecha y me invita a acercarme. Del fondo de una mochila saca un dorado reloj de mesa de un oficial nazi. " Cuesta 3800 shekalim ( cerca de u$s 1.000 ) y me cuenta que se lo proveyó un proveedor que desde hace tiempo da vueltas por aldeas alemanas golpeando puerta por puerta e interesandose en comprar este tipo de objetos. " Solo en ese tipo de lugares se pueden conseguir estos tesoros. En las grandes ciudades ya no los hay".
Y justamente en una gran ciudad de Israel se lo encuentra a la venta...
No lo veo mal. Es para coleccionistas...( sic)
¿Estaría también dispuesto a vender lentes, zapatos y objetos personales de judíos asesinados en la Shoa ?
No. Eso es distinto. Se asombraría al saber que la mayoría de los compradores son segunda generación de sobrevivientes. Son compradores compulsivos de estos objetos. Para mi es un ejemplo clásico de una víctima que se identifica con su agresor.
El vendedor continua hablando del síndrome de Estocolmo, de empatía con los poderosos como causa de la obsesión.
Una de las compradoras que escucha nuestro diálogo y se interesa en los "souvenirs " nazis, da otro explicación, que podría arrojar algo de luz a algo tan oscuro. " Son cosas muy valiosas porque justamente en esta época en que crece la negación del Holocausto, es importante que la gente tenga en su casa testimonios de este horror".
¿Y que opinas vos ?. Escribinos tu respuesta a periodicocomunidades@gmail.com
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