La fiesta de las Matzot, tiene muchísimos significados, bastos contenidos y numerosas Halajot por poner en practica para que recordemos por nosotros mismos por un lado y enseñemos a las futuras generaciones por el otro, sobre lo que nos sucedió en Egipto y todo lo que acompaña a la salida a la libertad de nuestro pueblo el cual se formo allí mismo.
Una rápida mirada por el libro de Genesis, nos va a mostrar que hubo varias personas que tuvieron el mérito de tener contacto con Dios, recibir su revelación, sus promesas y El también les indico a varias de ellas que camino tomar y que predicar en el camino de la vida.
Pero tal como explica el Cuzari de Rabi Iehuda Ha Levi, estas eran revelaciones que se hacían a personas particulares y no a un pueblo entero; es más parte de estas revelaciones hablaban de una futuro pueblo, pero en el momento de la revelación dicho pueblo aun no existía.
Como ejemplos podemos ver algunas de las revelaciones que tuvieron nuestros Patriarcas en las cuales se les promete generalmente la posesión de la tierra en la cual se encontraban y una descendencia fructífera
En Génesis 15 vemos que Dios lo bendice a Abraham de la siguiente manera :
“Le sacó hacia afuera y dijo: Mira ahora hacia el cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas. Dijo a él: Así será tu descendencia. Y él tuvo fé en Hashem y se lo consideró a él como mérito. Le dijo: Yo soy Hashem que te saqué de Ur Casdim para darte esta tierra en posesión”
. En el capitulo 18 encontramos el siguiente texto :
“Pues Abraham, ser habrá de ser un pueblo grande y poderoso y serán bendecidos por su causa todos los pueblos de la tierra”
En el capitulo 26 veremos la revelación que tuvo Itzjak :
“Peregrina en esta comarca y Yo estaré contigo y te bendeciré; pues a tí y a tu descendencia daré todas las comarcas - éstas - y confirmaré el juramento que había jurado a Abraham, tu padre.. Acrecentaré tu descendencia cual estrellas de los cielos”
En el capitulo 28 podemos observar la bendición recibida por Yahacov :
“La tierra sobre la que tú estás acostado, a tí te la habré de dar y a tu descendencia. Y será tu descendencia cual polvo de la tierra e irrumpirás hacia el occidente y el oriente y hacia el norte y el sur”.
Durante la vida de los Patriarcas la bendición de ser un pueblo grande y de poseer la tierra en la cual habitaban, va como un hilo conductor en las bendiciones que reciben del Creador, pero para que ello suceda había que esperar aun varias generaciones y algunos cientos de años, hasta que se forme el pueblo de Israel en las condiciones optimas que Dios considero necesarias.
¿Por qué Dios decidió que nuestro pueblo se forme en Egipto, lejos de la tierra que él mismo les prometió a los Patriarcas? .Una respuesta exacta a esta pregunta no podremos dar, porque no conocemos sus pensamientos o decisiones que van más halla de la comprensión humana, pero tal vez esto nos tendría que dar una lección muy grande de humildad y nos debería indicar un camino a actuar.
A nosotros, el pueblo de Israel que nos formamos en Egipto, una tierra extranjera, que fuimos esclavos, que fuimos maltratados, que se aprovecharon de nosotros, que nos negaron nuestra libertad y que nos privaban de poder prácticamente pensar, (Paroh consideraba que el pedido de ir a servir a Dios en el desierto provenía de que los hijos de Israel tenían demasiado tiempo libre entonces pensaban demasiado, su solución fue endurecer el trabajo de nuestros antepasados para que no tengan ni tiempo de pensar), estas situaciones no nos pueden ser ajenas nunca más en nuestra historia, por ser que las vivimos no tenemos que olvidarlas por nunca jamás y siempre que tengamos la posibilidad debemos luchar para que situaciones así no se repitan. Y debemos ser los primeros en luchar contra injusticias.
La Torá en repetidas Mitzvot cita como la razón de las mismas, “porque extranjeros fueron en la tierra de Egipto”, por lo tanto como viviste estas situaciones desagradables, no debes olvidarte del débil, del necesitado y entre ellos, el huérfano, la viuda y por sobre todo el extranjero, quienes son olvidados muchas veces por ser que no tienen quien se preocupe por ellos o quien pueda darles sustento.
Volviendo a las bendiciones que recibieron los patriarcas, podemos ver que la primera vez que a los descendientes de Abraham, Itzjak e Iahacov, se los llama pueblo figura en Shemot capitulo 1 en las palabras de Paroh:
“Empero los hijos de Israel fructificaron y proliferaron, se multiplicaron Y se fortalecieron mucho, mucho. Y se llenó la tierra de ellos…El dijo a su pueblo: ¡He aquí que el pueblo, los hijos de Israel, es numeroso, y más fuerte que nosotros! Vamos, actuemos con astucia respecto a él, no sea que se acreciente”
De las descripción que aquí figura aprendemos que la promesa de que los descendientes de los Patriarcas se conviertan en un pueblo numeroso se hizo realidad en la tierra de Egipto, pero ahí aun faltaba una parte muy importante de las promesas recibidas, la tierra que Dios les había designado a ellos y sus descendientes.
La salida de Egipto fue el primer paso hacia ser un pueblo libre en nuestra tierra , la entrega de la Torá en el desierto fue el segundo paso para ser un pueblo que vive de acuerdo a su propia cultura basada en los valores que Dios les entrego, y la entrada y la conquista de Eretz Israel fue el tercer paso, la finalización y la concretización de las bendiciones que el Creador les otorgó a nuestros antepasados .
Para finalizar recordemos que la Hagadá nos dice que en cada generación uno debe verse a si mismo como si uno hubiera salido de Egipto y cabe recordar que cuando nuestros antepasados abandonaron Egipto, recibieron y aceptaron la Torá y junto a ella fueron hacia Eretz Israel.
Que tengamos el mérito de poder actuar como nuestros antepasados cuando salieron de Egipto, Le Shana Ha Ba Birushalaim!!!
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