Ada Spitzer, vicepresidenta de Marketing y de las Relaciones y Desarrollo Comunitario, dialogó en su llegada a Argentina con Comunidades y contó todo sobre el décimo aniversario de Taglit Birthrigth, los objetivos próximos y la actualidad del proyecto en nuestro país.
- ¿Cuál es el trabajo a realizar en este viaje?
Yo recorro todo el mundo observando las comunidades, viendo como Taglit trabaja y como están los jóvenes. Además, me fijo como está cada una de las comunidades con el tema de recaudación de fondos.
- ¿Cómo ve el accionar de Birthright en Argentina?
La comunidad argentina es una de las más grandes fuera de los EE.UU. y vemos una importancia especialmente en el proyecto, con el objetivo de detener el proceso de asimilación. No es para hacer aliá, sino que es preocuparse por el futuro de la comunidad acá. El hecho que hasta ahora hayamos llevado más de 9.000 jóvenes, y llegaremos a los 10.000 este año, demuestra que esto va a permitir y cuidar el futuro de la comunidad.
- Con la crisis económica reciente, ¿le cuesta más a Taglit conseguir recursos económicos?
La mayoría de los donantes contribuyeron con lo que habían prometido. Taglit es una de las organizaciones, que a pesar de todo, movilizó más recursos, pero como el objetivo nuestro es traer cada vez más jóvenes, el desafío es conseguir más dinero.
- ¿Cuál es el compromiso de la comunidad judía argentina con Birthright?
El presupuesto está formado de tres partes: Israel aporta el 23 %; donantes, filántropos y privados mayoritariamente de EE.UU.aportan el 55 %, las comunidades aportan el 22 % restante. Lo que la comunidad tiene que hacer es pagar 1/3 del costo de cada participante. Si en Argentina es de U$ 3.000, tenemos que juntar U$ 1.000. La responsabilidad de la comunidad es juntar U$S 1.000.000 para que participen los 1.000 jóvenes que queremos por año. Aunque ahora no estamos en esa cifra llevamos los 1.000 jóvenes y se completó con aportes del gobierno, pero tomamos la responsabilidad de llegar al millón.
- ¿Y cómo se captan los jóvenes que están fuera del círculo comunitario ¿ .
Justamente, porque hace muchos años que estamos trabajando, el número de no institucionalizados ha ido creciendo. Hoy cada vez se está llegando más porque todos los que son no pertenecientes a comunidades tienen amigos no pertenecientes, entonces se amplían los círculos de cercanía a la comunidad. No hay ninguna organización judía en el mundo que pueda llevar tanta gente que no pertenece a comunidades como lo puede hacer Birthright. Por eso hoy todas las instituciones judías quieren acercarse a nosotros porque tenemos el mayor número de no institucionalizados.
- ¿Cuáles son los proyectos de Taglit para corto, mediano y largo plazo?
Cada año nacen en el mundo 100.000 bebes judíos .Queremos llevar a Israel por año 51.000l, para poder tener a la mayoría de los judíos que nacen en el mundo de visita en Israel. Para establecer una norma que todo joven judío hasta 26 años llegue a Israel en un viaje grupal y educativo, por lo menos una vez en la vida. Eso moviliza el objetivo de nuestras donaciones para poder llevar 51.000, que equivalen aproximadamente a 120 millones de dólares.
- ¿Hoy en día cuántos jóvenes llegan a Israel?
Este año van a llegar alrededor de 30 mil, en el 60º de Israel llevamos 45 mil. No estamos muy lejos del objetivo y pensamos que estamos cerca de llegar, sabemos que gente hay, listas de espera hay, es solamente un tema de dinero. El presupuesto de cada año ronda en los 80 y 100 millones de dólares, entonces si las partes elevan el presupuesto y se completa la recaudación en las comunidades, se va a poder llegar a esa cifra.
- ¿Cuál es el impacto de largo plazo de Taglit?
Se hizo una investigación en el largo tiempo, porque puede pensarse que solamente es un viaje de disfrute. Evaluamos dos grupos, uno de gente que fue al programa y otro que no. La primera observación fue que del grupo que fue a Israel se casaron con judíos un 70 por ciento más que el otro grupo, y se revisó esto con grupos de hace 5 y 8 años atrás. Ese es uno de los objetivos que tiene que ver con detener la asimilación. En la segunda comparación, observamos que el grupo que viajó quedó en un 50 % más vinculado a Israel, y entendió que la relación entre Israel y la diáspora es muy importante. Solamente con evaluar estas dos respuestas encontramos un camino para paliar el problema de la asimilación . Esto es fundamental porque el programa está hecho principalmente para los no institucionalizados, que si no hubiesen viajado a Israel con Taglit en una o dos generaciones los hubiésemos perdido.
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