Durante el último milenio, la gente luchó para encontrar o producir suficientes alimentos para sobrevivir; en la actualidad, determinadas personas evitan comer, que es una manera de dejarse morir.
Como el cáncer pulmonar que era casi inexistente hace más de un siglo, antes de que el tabaco y el fumar se hicieran tan popular; en las últimas décadas los medios de comunicación hicieron de la delgadez una moda, un símbolo de la mujer bella y atrayente; esta imagen que las mujeres desean alcanzar las han llevado, a algunas de ellas, a la anorexia y otros trastornos alimenticios cuyas consecuencias en la actualidad son fatales para el 20 % de la población mundial, más que cualquier otro desorden psiquiátrico.
La anorexia nerviosa ("la pérdida del apetito por motivos nerviosos") fue primero identificada y descrita en 1870, pero se hizo común, en especial, en las adolescentes y mujeres jóvenes hace aproximadamente cuatro décadas. Recientemente, una minoría de jóvenes varones han penetrado en el mundo nebuloso de esta enfermedad. Hasta que se la llega a reconocer, ella puede ser engañosa, pues el primer síntoma es una falta de apetito, que a la vez es ignorado. La imagen errónea que tienen las personas al observar su cuerpo, es una imagen alterada y engañosa y como consecuencia temen engordar más de lo que piensan que están.
La anorexia era uno de los temas de psiquiatría tratados en la reciente Conferencia internacional sobre Desórdenes Alimenticios y Obesidad en Maaleh Hahamisha, un centro de conferencias en las afueras de Jerusalén. Participaron varios expertos extranjeros y más de 200 participantes.
Estudios sobre el tema demuestra que las jóvenes mujeres israelíes y adolescentes tienen erróneamente una imagen muy pobre de su cuerpo, alegando siempre un sobrepeso que en realidad no existe. Un estudio reciente conducido por la Dr. Liat Koren y la Dr. Rachel Magnesi de la Universidad de Ariel sostienen que un 26% de las que sufren anorexia ven en ello "un camino para encontrar trabajo, amigos y aceptación social" comparado con mujeres mayores, y solamente un 28% de ellas están conscientes sobre el peligro que ello ocasiona.
En el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Bienestar Social y Ciencias de la Salud de la Universidad de Haifa se realizó una investigación que demuestra que más de la mitad de la mujeres judías tienen un peso normal. A pesar de ello, un 17% hasta la edad de 65 años que tiene peso normal no está conforme con sus peso; solamente las mujeres de más de 65 años no tienen quejas sobre su cuerpo y su peso. Las mujeres entre los 45 y 54 años cuyo peso es normal están aún más descontentas con su peso que las mujeres entre los 21 a 34 años.
Entre los habitantes árabes más de la mitad de las mujeres que contestaron el sondeo tienen sobrepeso. Pero solamente las mujeres de más de 44 años no están contentas con su peso, el porcentaje de descontento es mucho menor que en las mujeres judías de la misma edad.
A pesar de ello, las adolescentes árabes tienden a inclinarse hacia la imagen de la mujer occidental: a la mujer delgada, así lo determina la investigación llevada a cabo en la Universidad de Haifa.
Israel no se halla indiferente a esta enfermedad: Con el presupuesto del Seguro Social conjuntamente con donaciones privadas y asistencia médica del Hospital Rambam se ha establecido una primera residencia para ayudar a las mujeres entre los 18 y 32 años que están en camino de rehabilitarse. Este establecimiento estará situado en el norte del país y otorgará ayuda a los adolescentes que han rebajado mucho de peso y desean volver a su estado normal. "Si el tratamiento da resultado. Expresa la Prof. Yael Latzer del Departamento de Asistencia Social de la Universidad de Haifa, - quién presionó por realzar esta obra de bien; se pensará en abrir otros casas de salud.
Según la Dra. Latzer estas residencias o casas de salud si bien ayudan a enfrentar la primera crisis de anorexia, a pesar de ello, no es suficiente una hospitalización de un día, pues muchas de las enfermas al volver a su casa no tienen la fuerza de salir de la enfermedad por sí solas . Existe en la actualidad un consenso que un lugar especial de rehabilitación es necesario para enfermas anoréxicas
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