La experiencia de León Hochman en su viaje a un país cuyo presidente alienta a la destrucción de Israel y niega constantemente el Holocausto.
Acabo de regresar de un viaje en un tour, que me llevó por varios países, entre ellos en Iran, el Caucaso (Armenia, Georgia y Azebaijan) y Asia Central (Turkmenistan, Uzbekistan, Tajikistan, Kyrgystan y Kazakhstan).
El tour lo organizó una empresa que está en Seattle, USA .La empresa se llama MIR y se especializa en hacer tours a países como Irán, el Cáucaso, Asia Central, Rusia con la travesía de Siberia, Mongolia etc. La mayoría de esos países tienen un grado de desarrollo bastante precario hasta el punto que hay que cepillarse los dientes con agua embotellada, por lo que yo fui solo sin la familia, prima más el espíritu aventurero que la comodidad.
Ir a Irán no está prohibido para los ciudadanos de EE.UU. En el tour éramos 20 personas, 19 de USA y yo de Colombia. Entre los 19 de USA había un Teniente Coronel retirado.
Todos necesitamos visa para entrar a Irán y se tramita en la embajada de Pakistán en Washington. Al llegar a Teherán a las 19 personas de USA les tomaron las huellas digitales de los 10 dedos antes de dejarlos ingresar, mientras que yo pasé sin problemas.
El primer día de Rosh Hashaná estaba en Isfahan (Iran) y fui a la Sinagoga Keter David, ortodoxa sefaradí. Me llamó la atención que no había ningún tipo de seguridad a la entrada, por lo que pude ingresar sin ningún problema. Había unas 70 personas y tuve la oportunidad de conversar con varios de ellos entre hombres y mujeres. Yo no podía dar crédito a lo que mis oídos estaban escuchando cuando les pedí que me comenten un poco sobre cómo viven los judíos en Irán.
Me dijeron que en Irán hay unos 20.000 judíos y en Isfahan unos 700; tienen completa libertad de culto, viven como cualquier iraní no judío, ejercen libremente el comercio, sus hijos van a las escuelas y universidades ;solamente tienen dos restricciones: No pueden trabajar en las dependenciasdel gobierno ni van al ejército. La mayoría de las parejas tienen un solo hijo y se casan entre judíos. Como se puede entender, yo estaba sometido al horario del tour, por lo que la ida a la sinagoga fue una escapada que me pegué, en un tiempo que nos dieron. Antes de volver a salir todo el grupo para ir a cenar, por lo que no me pude quedar demasiado tiempo, y no alcancé a averiguar qué otras actividades tienen aparte del rezo en el shil.
Al día siguiente, para poder corroborar todo lo que me contaron en la sinagoga, le pregunté a nuestro guía local, que era un iraní no judío, y sin decirle que yo soy judío, sobre el problema de Irán con Israel y con los judíos, él me respondió que son dos cosas totalmente diferentes ya que con los judíos ellos no tienen problemas, que ellos respetan a las tres religiones del Libro: Los judíos tienen la Toráh, los cristianos tienen la Biblia y los musulmanes tienen el Corán. También me dijo que en el parlamento iraní hay un miembro judío y dos cristianos. Pero que con Israel sí tienen problemas ya que ellos sostienen que Israel es un país que fue creado a la fuerza por los EE.UU. en una tierra que no es la suya y empezó a contarme todo el rollo que ya conocemos de los palestinos. También me dijo que Israel para ellos es una gran amenaza ya que Israel tiene 450 bombas atómicas (qué lástima que no creen que son 1000 bombas), yo le dije que ellos (Irán) ya están montando las plantas nucleares para fabricarlas pero me dijo que eso es mentira, que lo que quieren es fabricar energía nuclear para su país. La semana que estuve en Irán, justo era la última semana del Ramadán y el último día del Ramadán salen todos a las calles, en grandes manifestaciones, a pedir por la destrucción del Estado de Israel. Yo no sé cómo hacen para poder trazar tan claramente la línea entre ser anti-sionistas y no ser anti-semitas. El anterior relato lo hago sin querer formar ningún tipo de polémica, simplemente cuento lo que vi y lo que escuché.
Fuente: Hashavúa
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