La partida del presidente Bush de la Casa Blanca y la llegada de Barack Obama al poder en EE.UU. implica cambios a corto y mediano plazo; cambios de extraordinaria importancia tanto a nivel local, regional e internacional.
Algunos de los graves errores cometidos por Bush en la lucha contra el terror generaron una percepción de que EE.UU. estaría contra todos los que no giren al ritmo frenético del cowboy de Texas. Con la asunción de Obama disminuirá el sentimiento antinorteamericano, habrá un acercamiento al mundo musulmán moderado a la vez que blindará la seguridad de Israel ante la agresividad iraní aunque vaya a saber que precio deberá pagar el estado judío por esto.
La llegada de Obama al poder lentificará la caída de la principal economía del mundo pero no podrá frenar la competitividad de Rusia, China e India como bloques de poder emergentes que quiebran el escenario de unilateralismo signado por Bush. De aquí al 2025, según un importante informe norteamericano, habrá un nuevo orden mundial con viejas y nuevas potencias emergentes a las que se sumarán entidades no estatales como los lobbys y grupos de opinión.
Probablemente los EE.UU. encontrarán nuevos aliados en la lucha contra el terrorismo islámico que aumentará la intensidad de sus golpes pero disminuirá su frecuencia ante la falta de respaldo de buena parte del mundo islámico al mismo.
Desde lo económico, ante el crecimiento de mercados emergentes en Asia, América ( Brasil, Chile ), la globalización será identificada cada vez menos con lo antinorteamericano y las ideas y costumbres foráneas causarán menos rechazo en otras culturas.
En los próximos años el mundo quedará dividido en tres grandes bloques : América del Norte, Europa y Asia mientras que habrá actores secundarios en otras regiones ( Brasil, Australia, Sudáfrica ). Las ocho economías más grandes del mundo serán en este orden EE.UU., China, India, Japón, Alemania, Rusia , Francia, Gran Bretaña.
En América Latina subsistirá un antinorteamericanismo más morigerado liderado por Venezuela y Ecuador pero no se profundizarán los regímenes antinorteamericanos a pesar de la presión iraní. El desmantelamiento de Guantanamo, el comienzo de una retirada planificada y responsable de Irak, las políticas activas y no sólo declamadas para reducir el calentamiento global, modificación en las fuentes energéticas ( muy positivo para reducir la dependencia del petróleo árabe y venezolano) son cuestiones clave que el nuevo presidente no podrá eludir.
Esta claro que aún los enemigos del modelo norteamericano de vida basado en la libertad, la justicia, los derechos humanos y la lucha contra el terror en todas sus formas, no bajarán los brazos pero esta actitud ayudará a extirpar su demagogia y a hacer más visibles sus gobiernos pseudo-democráticos o sus viciosos intentos de reelección a perpetuidad.
Se va Bush; viene Obama,¿ cómo justificarán ahora el antinorteamericanismo ?
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