En su visita a la Argentina, el doctor Eli Schussheim, presidente de Efrat, charló en exclusiva con Comunidades acerca de la fundación que preside y de los objetivos de la misma que ya lleva más de 30 mil bebes salvados en Israel, por mujeres que se arrepintieron antes de abortar. En Israel ya hay 150 abortos por día. Una tragedia evitable.
En 1977, luego de más de una década dedicada a la medicina, tras la decisión del Parlamento de Israel de legalizar el aborto, el doctor Schussheim decidió cambiar de rama, dejar la cirugía para crear Efrat, una fundación que asesora y ayuda a mujeres quienes tienen pensado interrumpir su embarazo.
El nombre surge por Miriam, la hermana de Aarón y Moisés, ya que luego que el faraón decretó que todo niño varón judío debía ser ahogado y la pena de muerte a quien infrinja sus órdenes, Miriam intervino salvando niños judíos de una muerte segura. Por lo que se le concedió un nombre adicional, Efrat -de la misma raíz gramatical hebrea que pru urevú, `sed fructíferos y multiplicaros´- en reconocimiento por sus esfuerzos.
¿Cómo decidieron el camino que tenía que tomar la fundación?
Empezamos a investigar y vimos que en EE.UU. existían dos grupos: Pro Choice (pro elección), que dejan que la mujer decida lo que ella quiere hacer con su cuerpo, que puede cortarse el pelo como hacerse un aborto; y otro que es Pro Life (pro vida), que dice que el cuerpo de la mujer es autónomo y que va a seguir siendo así en el momento que de a luz. Ellos discuten, hacen manifestaciones y no solucionan el problema.
¿Y Efrat en qué lugar estaría?
Muchos podrían pensar que nosotros somos una organización Pro Life, pero no, somos Pro Choice: le damos a la mujer que elija, pero que decida después que tiene conocimiento del tema. En el momento que ella toma conocimiento del tema le vamos a solucionar problemas por los cuales ella decidía hacerse el aborto. Ella elige teniendo en cuenta que el derecho más elevado de la mujer es que ella decida cuando tiene conocimiento .
¿Cómo empieza el proceso cuando una mujer va a Efrat?
En primer lugar, no encaramos el tema ideológicamente, sino que el embarazo es estado médico y yo le tengo que dar el consejo que la ciencia y la experiencia me han enseñado. Tratamos más de 30 mil casos de mujeres que aunque tenían todas las causas, no se hicieron el aborto. No hay un solo caso de arrepentimiento, sino que la mujer está feliz, dichosa y contenta de no haberlo hecho y, por otra parte, sabemos que la que lo hizo se arrepiente. Ella tiene derecho a decidir, yo le puedo explicar las dos posibilidades, pero le garantizo y le firmo que si no se lo hace no se va a arrepentir. No soy profeta; hasta hoy ninguna mujer se arrepintió, y se que ningún médico puede garantizar que el aborto va a ser exitoso. Si ella lo quiere hacer, no estamos en contra, lo que recomiendo es que vaya al médico que se lo va a hacer y que le firme que no va a tener problemas. El 95% de los casos se arrepienten, y eso es una cicatriz psicológica en la mujer para toda la vida.
¿Por qué se dan la mayoría de los casos que llegan con la idea de abortar?
Por dificultad económica, por lo que nosotros le solucionamos el problema: le damos todo lo que el bebe necesita por un año, un cochecito, una camita, lo que necesite. Aparte, le enviamos una voluntaria, que son más de 3.000 en todo Israel.
¿Quiénes son esas voluntarias?
Son mujeres que se iban a hacer el aborto, vinieron a Efrat, no lo hicieron, y hoy están tan contentas y tan felices que están dispuestas a convencer que no conviene el aborto. Van a las casas de las mujeres con sus hijos y le muestran lo felices que están hoy en día y que no se arrepienten. La voluntaria la ayuda en cualquier problema ya sea médico, psicológico o legal. Siempre le digo a la mujer que todos los motivos por los que ella piensa hacerse el aborto están perfectos, pero yo no le veo importancia porque veo el resultado final. Primero viene llorando por todos sus problemas, y a los 7 meses la veo feliz y contenta. Este es un sistema único y nos interesa que se utilice en todo el mundo. Queremos que la mujer sepa, reflexione y decida después que tiene conocimiento.
Cuando el doctor Schussheim decidió comenzar con la fundación, existían alrededor de 60 mil casos de aborto anuales, la mayoría innecesarios, según nos contó, ya que la vida de la madre no corría peligro. Hoy, aunque la población de Israel aumentó en gran número, la cantidad de casos bajó a 50 mil, lo que muestra el éxito de Efrat.
La fundación ya lleva 30 mil vidas salvadas.
Esas son solamente por asistencia económica. Hay decenas de miles que han sido salvadas por las charlas, conferencias, anuncios por la radio. A pesar que la población de Israel aumentó, los casos de aborto no se han incrementado.
¿Cuál es su sentimiento personal cuando piensa que ya se salvaron 30 mil vidas?
Me siento la persona más feliz del mundo por todos los chiquitos que nacen, por este método inédito que es como la vacunación del aborto. Pero me molesta que cada día en Israel se pierden 150 vidas y gran parte podrían salvarse si el pueblo conocería más. Esto no se habla, no se escribe, no se publica. No saben que se puede evitar, y si supieran de nosotros tendíamos más socios y se podrían preservar más vidas. Quisiéramos tener más recursos económicos para salvar más bebes y que se supiera en el resto del mundo para que empiecen a tratar esta epidemia de una manera lógica. Hay que educar y enseñar, no mostrando fetos muertos, sino como se va desarrollando un embrión y eso a la madre le despierta el instinto maternal. Hay que darle conocimiento de lo que es el embrión y el feto, como va creciendo, la parte positiva, no la negativa.
¿Con mayor educación y ayuda económica se podrían salvar más vidas?
Por supuesto. Nadie tiene esta experiencia en la medicina, ya que nadie te puede asegurar cien por ciento un tratamiento, y nosotros si tenemos el éxito cien por ciento en estos casos y lo podemos garantizar. De una manera económica, simple y sin quitarle los derechos a la mujer. Por el contrario, sabiendo tiene mayor derecho para poder decidir, y aseguramos que esa mujer va a ser feliz y contenta por su decisión, por lo que ella quiso y nunca se arrepiente de haber tenido a su hijo.
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