A más de 7 meses de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta de los argentinos, y con un conflicto de gran importancia durante más de 4 meses, la colectividad judía opina acerca de los aspectos positivos y negativos en su gestión.
Durante los últimos meses, algunas cuestiones muy importantes han afectado a todos los argentinos en mayor o menor medida : la crisis con el campo, el problema con los medios de prensa, los enfrentamientos verbales entre el gobierno y diferentes sectores y la política de derechos humanos. En este marco, la comunidad judía no quedó excluida de estos tópicos, y en esta nota, intentamos buscar la opinión de todos los estamentos de la misma.
Primero y principal, hay que destacar que la mayoría de los entrevistados tenían tanto críticas como elogios a la hora de hacer un balance de la gestión de la actual presidenta. “Las medidas de redistribución de las riquezas son coherentes pero no fueron de la mano con una implementación que sea factible de ser llevada a cabo. La suba de las retenciones me parecía una buena medida, pero como las quisieron imponer con autoritarismo y soberbia, no sólo no se pudieron llevar a cabo, y por lo tanto no se pudo redistribuir nada, sino que además generó conflictos colaterales que afectaron a todos. Me parece que es un gobierno que hace agua en cuanto a negociación y consenso”, nos contó Ana una asistente social de 27 años.
Mientras que Guido, un periodista de 25, nos aseguró que “encuentro aspectos positivos como también negativos. Creo que el accionar no se plasma en un punto intermedio, sino que toca diversos extremos. A nivel general, hasta determinado punto existió una conformidad en la población que hoy ya no alcanza, y requiere de más. Hubo cambios, pero los problemas básicos siguen siendo tema de conversación: educación, comida, transporte, salud, vivienda y calidad de vida en general. Además, me preocupa el protagonismo que buscan, y por el cual no quiebran el brazo, como por ejemplo el tema de la difusión oficial que hoy, sin problema alguno, manifiesta una lucha oficial contra medios de comunicación que expresan, en su función, no estar de acuerdo con sus ideales. Hay muchas dudas y preocupaciones que hoy se han instalado nuevamente en la calle, en el hablar cotidiano, con avisos de precaución para accionar a futuro. Es función del gobierno actuar para que esto no suceda”.
Sin lugar a dudas, uno de los temas que más se habló en la mesa de los argentinos en los últimos cuatro meses fue el conflicto con el campo. Obviamente, esto no pasó desapercibido en el ámbito comunitario.
Aldo Donzis, presidente de la DAIA, no quiso volcar una opinión precisa con respecto al conflicto en sí, pero al hablarnos acerca de su evaluación de la gestión de la presidenta, nos comentó que era una tarea difícil ya que “la mayor cantidad del tiempo vivimos en la sociedad argentina un conflicto complejo. Fueron cuatro meses muy intensos, de angustia de todos los sectores, y entiendo que se está tomando en consideración todo esto que ha ocurrido para poder tomar el camino necesario, para que esta nueva situación pacífica que ya la veníamos extrañando después de cuatro meses pueda seguir consolidándose”.
Quien también habló con Comunidades fue el periodista Jorge Elias, que analizó en detalle la opinión de la sociedad sobre la presidenta luego de la derogación de la conflictiva Resolución 125: “Evidentemente quedó seriamente dañada, sobre todo porque se cumplieron las profecías: aquellos que no sabían si el cambio de gobierno iba a ser una transición o una reelección ;finalmente se convirtió en una reelección y en el conflicto en particular la aparición del ex presidente Kirchner fue nociva para la imagen presidencial. Ha sido muy negativo todo esto para ella”. Además nos aclaró que “hay otro punto en particular: si uno ve el vaso medio lleno con el final de la crisis, el voto en el Senado, la vuelta a la institucionalidad, la participación en el ámbito donde tenía que discutirse de entrada que es el Congreso, esto pienso que le creó una nueva oportunidad a la presidenta para asumir el mando tal como quedó establecido en el momento que se postula. Tiene que despojarse de ciertos personajes que no le hacen bien a la imagen de ella y del país, e inaugurar su gobierno, con siete meses de demora, pero inaugurarlo al fin”.
Por su parte, Boris Kalniki, presidente de Bnei Brith Argentina, también habló sobre el conflicto y nos dijo que Cristina Kirchner es la representante de todos los argentinos elegida en elecciones libres y que respeta el interés que ella marca siempre en la democracia, “pero tiene que ser no sólo en lo formal, sino también en el aspecto práctico. Esto significa que tiene que escuchar y me parece que el tema con el campo fue una medida autoritaria”.
Está claro que el conflicto agropecuario se llevó todas las miradas, sin embargo, uno de los puntos en el que más está satisfecha la comunidad judía con la presidenta es en el trabajo, la seriedad y la convicción que está puesta en esclarecer el atentado a la AMIA: “Ella ha sido muy cuidadosa y ha manifestado su interés, preocupación y le estamos muy agradecidos”, aseguró Boris Kalniki.
Mientras que Aldo Donzis nos contó que la DAIA tiene una muy buena relación con el gobierno nacional, fluida, permanente, de mucho respeto, y que tienen “respuestas inmediatas a todos los requerimientos, en particular en aquellas situaciones que son de alta sensibilidad para nosotros como es el tema de la causa AMIA”. Particularmente, marcó dos momentos precisos: cuando el ex presidente Néstor Kirchner estuvo en la Asamblea General de las Naciones Unidas y manifestó que con los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA se había violado la soberanía argentina, ya que “esta mención hace que se convierta en una causa de Estado”; y destacó cuando la justicia argentina se manifestó “de una manera muy contundente con pruebas suficientes que Irán fue el responsable del atentado (a la AMIA) y ha señalado a Hezbollah como grupo terrorista que lo produjo”.
Sin embargo, esta relación tiene algunas trabas. Jorge Elias nos marcó una doble visión en este aspecto: “La relación errática. Hubo gestos muy positivos, sobre todo cuando la presidenta, en su momento senadora, estuvo en Israel y con respecto a la posición Argentina en ONU frente a Irán; pero también está el otro extremo, que es la excelente relación de Argentina con Venezuela, que es justamente la puerta de entrada de Irán en América Latina. Veo un doble mensaje siempre por muchos temas, por ejemplo, por un lado yo estoy sosteniendo a Chávez y por otro critico a Irán”.
Otro de los puntos negativos que marca la comunidad en la gestión de la presidenta es contar con Luis D´Elia como cara visible en muchos aspectos. “Me parece que se rodea de gente que tiene muy mala imagen y eso la perjudica” nos comentó Adrián un estudiante de psicología del barrio de Belgrano.
Obviamente, las autoridades comunitarias tampoco están muy satisfechas: “Cuando él era funcionario del gobierno fue a la Embajada de Irán a ofrecer su apoyo y le costó el cargo como funcionario del gobierno. Yo particularmente manifesté que para ser funcionario por lo menos tiene que respetar las instituciones de la democracia. Mientras la justicia argentina señalaba a Irán como responsable, él iba por el camino contrario. D´Elia ha cometido todo lo que no tenía que hacer y no ha perdido ninguna oportunidad: ha hecho discriminación pública enorme contra todos los sectores, etnias, posiciones sociales, colores y posiciones económicas. Partió a la sociedad totalmente, y fue el vocero del gobierno con la responsabilidad de hacer lo que no se hace en ningún país y es dividir a la sociedad. Esas divisiones son las que una vez resuelto los problemas quedan. Que él haya participado en el palco social, incluso sin tener ningún cargo como funcionario, pero siendo un vocero tácito del gobierno y habiendo participado en los palcos oficiales es lo que al gobierno en realidad le hizo flaco favor, no sólo con la comunidad judía, sino a la sociedad argentina”.
También se indagó a los entrevistados la manera de manifestarse de la presidenta, y la gran mayoría no estaba de acuerdo ya que “sus discursos son poco conciliadores”. Un claro ejemplo, es el de Sebastián, un vendedor de Santa Fe que nos aseguró que “Cristina en muchas cosas tiene razón pero las expresa de mala manera”.
Por último, Jorge Elias nos contó que no cree tanto en los cambios políticos, sino que “es más bien una cuestión de actitud, de cambio de rumbo y estrategia. Dejar el partido y el movimiento de lado. En Argentina se confunde gobierno y Estado, pero también se confunde gobierno y partido, y es parte de la cultura peronista que el que tiene lo votos manda y el partido es el que maneja el gobierno y esto no debe ser así. Ella cuando se dirige a la gente se dirige a los argentinos y argentinas y tiene que tener un discurso superador, que no divida, que no siga profundizando heridas, que unifique”.
Está más que claro que cada uno de los integrantes de la comunidad judía, de la sociedad argentina tiene diferentes puntos de vista, diversos análisis acerca del gobierno actual. Sin embargo, una gran mayoría de los entrevistados, estén o no de acuerdo con la forma de hacer política o de expresarse de la presidenta, manifestaron su interés para que de acá en más a Cristina Fernández de Kirchner le vaya lo mejor posible, para que a la Argentina le vaya bien.
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