Deseo poner en conocimiento de la comunidad ciertos desafortunados episodios ocurridos en mi viaje a Eretz Israel con el programa Taglit - Birth Right. Durante nuestra visita al museo de la Shoah, Yad Vashem, sufrí un estado de shock emocional (comúnmente llamado ataque de pánico) causado por el contenido de lo expuesto allí. El impacto se vio agravado por ciertas características desagradables del trato hacia nosotros por parte de los coordinadores del viaje, supuestamente “en pos de nuestra seguridad”. Esto me llevó a un alejamiento repentino del grupo debido al miedo irracional que me provocaba continuar en el sitio, sin poder advertir a nadie, debido a mi situación. Nunca en mi vida me había ocurrido un cuadro así y no deseo que a nadie le suceda por la gran angustia se experimenta.
Una vez que logré medianamente reestablecerme, me encontré solo en las calles de la ciudad de Jerusalem sin comprender totalmente lo que había ocurrido. Decidí intentar volver al museo, pese a la desagradable sensación que me inspiraba el lugar, lo que me llevo un tiempo causado por mi desconocimiento del lugar en que me encontraba. Cuando arribé al mismo encontré que todo mi grupo se había marchado junto con el resto de madrijim, coordinadores y otros contingentes de Taglit que visitaban el sitio ese día. Volví a cruzar nuevamente la ciudad para regresar al hotel, donde esperaba poder encontrar a alguien que me indicara donde hallar a mis compañeros de viaje. Cuando llegu, advertí que ya no quedaba nadie allí, ya que ese día nos trasladaban desde Jerusalem a Tiberia.
Imaginarán ustedes la desazón con la que recibí la noticia. No me quedó mas remedio que emprender el viaje hacia el norte con la esperanza de encontrar a un grupo de jóvenes turistas, entre los miles que visitan una de las ciudades más turísticas del país. Llegue a la ciudad ya entrada la noche y comencé a recorrer hoteles preguntando si allí se alojaba el grupo de Taglit Argentina. Finalmente, luego de tan agotador día desde lo emocional para mi, logré hallar a mi grupo en un hotel alejado de la playa. Cuál fue mi sorpresa al encontrarme tratado como un criminal (se me aisló del resto de la gente, se me puso custodia armada y se me cacheó de armas) por los que deberían velar por mi seguridad y no se encontraban totalmente capacitados para tratar un caso como el mío, de acuerdo a lo que ellos me dijeron. Me acusaron de haber abandonado el grupo infringiendo las normas del viaje y me comunicaron que quedaba excluido del mismo. A partir de la mañana siguiente me despidieron del hotel desentendiéndose totalmente de mí.
A mi vuelta a Buenos Aires me reclaman los gastos del viaje, amenazándome con el inicio de un juicio en la justicia ordinaria. En el Shule de chico me enseñaron que los problemas entre hermanos los resolvemos entre nosotros (buscando la mediación rabínica en caso de no ponernos de acuerdo) y que jamás debíamos acusar a otro judío frente a un tribunal de gentiles. Simplemente deseaba compartir con otros futuros participantes del programa mi experiencia, para que la tengan en cuenta y no atraviesen por una situación desagradable como la mía.
Ricardo Chocron Rozen
DNI 92.537.663
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