Comunidades


Periódico Judío Independiente
EL JUDAÍSMO Y LA ANCIANIDAD
Por Moshé Korin
En unos trabajos publicados por los profesores Sergio Della Pérgola y Shimón Bergman hace algún tiempo, afirman que en la diáspora los judíos de 65 y más años de edad, para comienzos del siglo veintiuno pasarían a ser el 23,7% del total; y de este grupo los que superarían los 75 años de edad constituirían el 11,4% del total de los judíos diaspóricos. (También hacen una breve reseña de Hogares para Ancianos Judíos en los últimos siglos).

Estos datos nos inducen a realizar en estas líneas, un breve repaso sobre las posturas judaicas acerca del tema de la ancianidad; lo mismo que una mirada sobre los criterios actuales en nuestra comunidad, en este tema.





EL ÉNFASIS EN LAS FUENTES JUDAICAS.

“ Delante de una persona canosa te levantarás y honrarás al anciano” (Levítico 19:32). Este versículo expresa la postura acerca del respeto a los ancianos en virtud de la edad en sí, sin necesidad de otro mérito o parentesco.

En el Judaísmo tenemos ancianos como protagonistas de las Sagradas Escrituras. Moisés, por ejemplo, comenzó su liderazgo a los 80 años de edad.

También sabemos cómo el consejo y la formulación ética de los ancianos (“Ziknei Hair”), eran los que se constituían en pilares de la conformación familiar y comunitaria judaica. Recordemos las palabras de Job (12:12): “La sabiduría está en los ancianos y el entendimiento es fruto de avanzada edad ”.

Es muy importante también lo que se ha hecho en toda la existencia previa al arribo de la vejez. Ya en el Talmud se nos dice, que: “Los estudiosos, cuanto más viejos se ponen, más sabiduría adquieren; mientras que los ignorantes aumentan su necedad con la edad ” (Shabat, 152, a).

Asimismo, vale también recordar ese proverbio en idish, que dice: “ La vejez es tiempo de cosecha para el hombre cultivado e invierno para el inculto ”.

Para el Judaísmo, la dignidad y la sabiduría de los ancianos hace de éstos un obligado faro que ilumina el sendero de las generaciones más jóvenes.



NUESTRAS OBLIGACIONES.

Para el Judaísmo la primera obligación es la de estudiar la Torá. Es también la forma fundamental de poder dar continuidad a nuestra existencia como Pueblo. Estos estudios no tienen incluso un momento de culminación (“Talmud Torá” = educación permanente). La formación es de toda la vida. Y esto está explicitado de manera muy precisa en el “Shulján Aruj” (Código de Legislación Judía), donde leemos que: “La obligación de estudiar la Torá incumbe tanto a los ricos como a los pobres, tanto a los sanos como a los enfermos, tanto a los jóvenes como a los viejos” (Ioré De’ah, 46:1).



SIN MENCIONES ESPECÍFICAS.
En las fuentes judaicas no hay referencia alguna a los ancianos como favorecidos por la caridad y las subvenciones de los organismos comunitarios. Entre los que deben ser auxiliados se menciona incluso a los extraños que golpean a la puerta y a los pobres - independientemente de su edad -, pero no específicamente a los ancianos.

Y ello porque el Judaísmo no entiende que la ancianidad sea de por sí un factor de minusvalidez o desvalimiento. Sólo se hace referencia, en cuanto a la competencia con los más jóvenes y debido a que se considera a los ancianos como más débiles para la confrontación. Otra excepción es cuando se trata de ancianos o ancianas que han perdido el conocimiento, que divagan o que fácilmente se encolerizan, debemos ser comprensivos con ellos. La respuesta a este tipo de situaciones, sí la hallamos en nuestras fuentes con una cita muy precisa: “ Respeta al anciano que no por culpa suya ha perdido el saber ” (Berajot: 8,b).



FRENTE A LA EXCLUSIÓN.

Como hemos visto, los ancianos “per se” no ocupan, para las fuentes judaicas un lugar de clase aparte, dado que se los integra como miembros de las familias que conforman. Además, lamentablemente, en los tiempos modernos también hay casos en los que los hijos no tienen ni el tiempo ni las posibilidades para hacerse cargo de la ancianidad de sus padres. Y llega entonces, la generalmente no deseada, hora de la exclusión. Un drama, este último, que hace ya varias décadas fuera magistralmente tratado por la obra teatral en idish, “Di híltzerne shisl” (El plato de madera), basada en un cuento de los Hermanos Grimm titulado “La escudilla de madera” que, con el extraordinario actor Jacob Ben Ami se representó incluso en Buenos Aires, en las tablas del Teatro Soleil.

Es obvio, que para aquellos ancianos, carentes de un entorno familiar cercano, los padecimientos en esta etapa de sus vidas, merece un abordaje particular.



LA HISTORIA DE LOS HOGARES PARA ANCIANOS.

Ahora, si echamos una mirada retrospectiva sobre el origen de estas instituciones en las comunidades judías, observamos que comenzaron tardíamente a funcionar los asilos de asistencia geriátrica. El primero de ellos tuvo lugar en Amsterdam, la capital de Holanda, en 1749, o sea, recién llegando a la mitad del siglo dieciocho. En el siglo diecinueve, fue la comunidad judía de Alemania la que creó hogares de ancianos (“Batei Avot”), en diferentes ciudades (Berlín, Francfort, Hamburgo); sólo en el siglo veinte comenzaron a expandirse. Hoy día es en los Estados Unidos y en Israel, donde hallamos el mayor número de estas instituciones. Antes de la Shoá, en Europa era donde las comunidades judías habían levantado el mayor número de instituciones de asistencia al anciano.

En la Argentina, como todos sabemos, el Hogar Israelita para Ancianos sito en la localidad de Burzaco llevó a cabo una tarea de largas décadas (80 años, aproximadamente), en pos del alojamiento y cuidado de nuestros mayores.



CRITERIOS ACTUALES.

Las ideas actuales acerca de las mejores condiciones del desarrollo potencial de los adultos mayores sostienen que, en la medida en que sus facultades les permitan, los ancianos pueden desarrollar una vida eximia y muy lúcida, siempre que mantengan independencia, y que hayan tenido en sus años previos un armonioso desarrollo espiritual.

En función de estos nuevos criterios, hoy en nuestra comunidad se están volcando los mayores recursos posibles para que nuestros adultos mayores puedan desarrollar sus aptitudes. Un ejemplo concreto de esto, lo constituyen los Centros Recreacionales de Tercera Edad, que funcionan en distintas instituciones de nuestro “ishuv” (Comunidad). El Dpto. de Tercera Edad de la AMIA se encarga de coordinar dichos centros. En estas actividades programadas, pueden nuestros mayores realizar múltiples emprendimientos culturales, como conformar coros, realizar representaciones teatrales o llevar a cabo distintas labores artísticas que los tienen como protagonistas. También se tiene en cuenta la actividad física. Sin duda estas actividades apuntan al mejoramiento de la calidad de vida.

En la actualidad se considera que el adulto mayor debe desplegar sus actividades en su propio habitat, lugar conocido por él. Para lograr este objetivo existen propuestas que capacitan a voluntarios y profesionales. Dichas capacitaciones son organizadas fundamentalmente por el Depto de Acción Social de la AMIA.

Cuando por distintas razones esta posibilidad se agota, en nuestra comunidad asumen la responsabilidad y contención de nuestros mayores, con idoneidad y afecto, el Hogar de Ancianos Adolfo Hisrch en la localidad de San Miguel, el Hogar de ancianos “Beit Sion Douer” en la calle Condarco 458, y fundamentalmente el Nuevo Hogar y Centro de Ancianos “LeDor VaDor” en la calle Guevara 465, en el barrio de Chacarita, Ciudad autónoma de Buenos Aires. Esta institución fue inaugurada el 27 de Marzo de 2007 y al mes fueron trasladados todos los ancianos del Hogar de Burzaco al Nuevo Hogar y Centro de Ancianos.

Este es un proyecto liderado institucionalmente por el Joint, del cual la AMIA es Socio Fundador. Hoy, esta dirigida está nueva institución, por una Comisión Autónoma y Autárquica, presidida por el Sr. Jorge Fainzaig.

El 2 de Mayo de 2007 se inauguró el comedor kosher, supervisado por el Superior Rabinato de Argentina – AMIA, para las personas asistidas por AMIA en el “Centro de Día para la Tercera Edad” en Uriburu 650. El Centro funciona de lunes a viernes de 9 a 17 horas y las actividades incluyen terapia ocupacional, musico-terapia, gimnasia y arte-terapia entre otras.

Las autoridades de AMIA al momento de inaugurarse el Centro y el comedor son, Presidente: Luis Grynwald, Secretario: Nataniel Gorenberg, Tesorero: Elías Kiperman, Secretario y Directora del Área Social: Gregorio Spivak y Nora Blainstein respectivamente, Director del Centro: Gonzalo Abramovich.

Mantener viva la llama de la actividad de nuestros mayores, es entonces un objetivo básico que expresa nuestro amor y nuestra gratitud por todo lo que hicieron antes por nosotros. Los que respetan y escuchan a los mayores, podrán proyectar un futuro más venturoso.

Ko LeJai! ¡Por la vida!

Número 418
Página Principal
Nros. Anteriores
Imprimir Nota

Comunidades
Periódico Judío Independiente

www.comunidades.delacole.com
E-mail: periodicocomunidades@gmail.com

Editores y Directores
Dr. Alberto J. Rotenberg - Prof. Natalio Steiner

Domicilio Postal
Casilla de correo Nro. 49 - (1872) Sarandí - Prov. de Bs. As

Teléfonos
4864-8738 (por la tarde)

Representantes en el Interior
Villa Angela (Chaco): Jacobo Garber - Moisés Ville (Santa Fe): Pedro Balhorn. Tel.: (03409) 42-0189.
Rosario: Saúl Bloj. Tel.: (0341) 433-1254. - Concordia: Batia Enguelberg. Tel.: (0345) 421-9822

Difundimos gratuitamente todas las actividades comunitarias.
Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de los artículos de este periódico sin mencionar su origen.
La notas firmadas no representan necesariamente el modo de pensar de los Directores.

Registro Propiedad Intelectual
Nro. 206.708