A la sucesión de reacciones al dictamen de la Fiscalía Especial que investiga el atentado a la AMIA y la convalidación judicial que al mismo efectuó el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien además declaró al atentado delito de lesa humanidad, en las últimas semanas se le sumaron otros hechos relacionados, directa e indirectamente, con dicha causa.
Algunos de ellos han sido, por ejemplo, las amenazas que le efectuaron al fiscal Alberto Nisman; la concurrencia de un subsecretario de Estado, Luis D’Elia en la sede de la embajada de Irán para expresar su repudio a la solicitud de las capturas internacionales de los dirigentes iraníes; el pedido del Gobierno que D’Elia renunciara por lo que había hecho, generando la difusión periodística de la relación que el subsecretario de Estado mantenía con el Presidente de Venezuela y el embajador de dicho país; la presentación judicial solicitando que la causa AMIA pase a ser tramitada por la Corte Suprema de Justicia debido a que en la misma está involucrado un país extranjero, que realizara el doctor Juan Gabriel Labake, abogado defensor de Alberto y Jacinto Kanoore Edul; el escrito que, según informó Página 12, presentó Claudio Lifschitz al juez federal Ariel Lijo, a cargo de investigar las irregularidades cometidas en la investigación del atentado a la AMIA mientras estuvo a cargo del destituido juez Juan José Galeano; la solicitada -publicada en el diario Clarín- de cinco instituciones islámicas solidarizándose con Luis D’Elia.
Frente a la mayoría de estos hechos, la comunidad, por intermedio de su dirigencia, ha mantenido un bajo perfil, con una excepción: Al conocerse las amenazas que sufrió el fiscal Alberto Nisman, la AMIA, por intermedio de su Secretario General, licenciado Edgardo Gorenberg inmediatamente las condenó y luego emitió un comunicado en ese mismo sentido.
Para el futuro de la investigación del atentado a la AMIA y las irregularidades que se cometieron mientras estuvo a cargo del ex juez Galeano, el escrito presentado por Claudio Lifschitz tiene un significación especial. En él Lifschitz plantearía que la persona con la cual estaba trabajando lo había presionado para que modifique su declaración cuando se realice el careo con el ex ministro Carlos Corach, que el juez Lijo tiene que convocar; y que al negarse a hacerlo lo dejó sin trabajo.
Claudio Lifschitz fue durante un par de años secretario del juzgado de Galeano, y sus declaraciones fueron el inicio de la posterior comprobación de que a Telleidin se le pagaron cuatrocientos mil dólares para que acusara a los miembros de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, quien además afirmó que Galeano puso en práctica el arreglo con Telleidin al regresar de una entrevista que había mantenido con Corach.
Como con anterioridad Lifschitz, pese a ser abogado, había trabajado en áreas de inteligencia de la Policía Federal, se lo consideraba ligado a esa fuerza y no a la SIDE. Pero he aquí que luego que dejara de ser uno de los secretarios de Galeano, Lifschitz comenzó a trabajar -según Página 12- “...para Raúl Martins, un ex SIDE famoso por ser propietario de boliches nocturnos…”.
Este tema, a nuestro entender, merecería que las instancias centrales comunitarias involucradas en todo lo que tiene que ver con el Atentado a la AMIA, dijeran algo.
Algo similar debería ocurrir frente a la presentación del doctor Labake, quien es abogado defensor de dos personas investigadas en su momento, que el ex juez Galeano no procesó, pero tampoco los declaró que no tuvieran nada que ver con el atentado.
Quizás el motivo de estos silencios se deba a que la instancia central comunitaria que ejerce la representación política de la comunidad, la DAIA, se encuentra en pleno proceso de cambio de autoridades.
Como ya comenté, el pasado 6 de noviembre, las instituciones adheridas que participaron de la Asamblea Electoral eligieron a los miembros del Consejo Directivo que regirá los destinos de la entidad desde fines de este año hasta igual momento del 2009. En esta oportunidad la asunción de las nuevas autoridades se demoró un poco más que en ocasiones anteriores, se concretará en la noche del 30 de noviembre, momento en el cual esta edición de COMUNIDADES estará siendo distribuida.
Aldo Donzis, el presidente electo, acompañó al presidente de la DAIA, Jorge Kirszembaun, a París, a participar de las deliberaciones del Congreso Judío Mundial, y a su regreso en esa misma condición participó de algunos actos protocolares, decidió no hacer declaraciones hasta su asunción.
Esa actitud la habría tomado a las 48 horas de su elección, luego de haber respondido a cierta cantidad de requerimientos periodísticos. Si bien es cierto que Aldo Donzis no tendrá hasta el 1 de diciembre la responsabilidad legal de presidir la DAIA, y que tiene todo su derecho a decidir como se relacionará con los medios de prensa.
Según algunos su proceder ha sido muy correcto pues preserva a la institución, pero creo que a Aldo Donzis - en lo personal - lo perjudicó, pues entre los miembros de la comunidad no es un dirigente muy conocido, y en los días posteriores a su elección, cuando no tenía que hablar de los casos conflictivos sino de lo que pensaba hacer, era noticia por el sólo hecho de ser una figura nueva en el espectro político nacional.
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