Según datos obtenidos por el Estudio de población judía realizado por el Joint en Buenos Aires y Gran Buenos Aires, se halló que, en cuanto al Vínculo de los judíos con las organizaciones comunitarias, las instituciones sociodeportivas son las organizaciones que más judíos convocan: 64% de aquellos que, en el estudio, se reconocen como judíos. En ese contexto, la Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos, entidad que nuclea a dichos centros distribuidos en todo el país, adquiere un rol protagónico, que la enfrenta a importantes desafíos. En este documento, su Director Ejecutivo, Lic. Jorge Rosental, elabora una profunda reflexión acerca de la razón de ser y los valores que transmiten hoy los Centros Comunitarios a sus asociados y a la comunidad toda.
“En el proceso histórico de la Comunidad Judía, la “mirada comunitaria” ha valorizado de distinto modo a sus instituciones, según se trate de religiosas, político comunitarias, político partidarias, sociales, movimientos juveniles o instituciones sociodeportivas.
En ese proceso, los “clubes”, que comienzan a instalarse en los años ’20, reconocidos luego como las “sociodeportivas” y más tarde, en su aún no afianzada nominación de “Centros Comunitarios”, siempre mantuvieron un lugar de bajo perfil. Así fue entre los años ’20 y ‘80.
En los ´90 por efectos institucionales madurativos, y por acciones propias de FACCMA, y de sus afiliadas, este segmento de organizaciones comunitarias da un salto cualitativo, cuya consecuencia política es el posicionamiento de la Federación entre las instituciones centrales de la Comunidad.
Entre los efectos madurativos, hubo dos factores: el gran caudal societario de las instituciones y la presencia de dirigentes que, provenientes de las sociodeportivas, iban ocupando cargos en las organizaciones centrales.
Entre las acciones, podemos mencionar iniciativas de FACCMA, que trascendieron desde lo deportivo hacia lo comunitario, a la vez que una más clara acción federativa para sus afiliadas de todo el país.
Simultáneamente, el término “segunda red de contención” destinada a desarrollar y a seguir creando vida Judía va madurando y transitando por las instituciones, tendiendo a cambiar la imagen de centros deportivos por la de Centros Comunitarios.
Entiendo que un paso importante para consolidar esta tendencia y fortalecerla es dar a estos centros un cuerpo teórico. Un paso hacia un planteo filosófico.
(subtit) “Lo común” en los Centros Comunitarios
¿Podemos elaborar una filosofía de los Centros Comunitarios en Argentina?
Diría que debemos comenzar a hacerlo. Esta se constituiría en un espejo en el cual poder confrontar sus políticas, sus programas y sus acciones, con el deber ser que marca un cuerpo teórico.
Partiría para ello, explorando qué es “lo común” a dichos Centros.
Esta búsqueda es interesante, ya que incluye lo que las instituciones tienen de diferente y también lo que tienen de semejante, entre sí.
De esos aspectos comunes cabe destacar:
El carácter de movimiento: partimos de valorizar positivamente las diferencias institucionales y el amplio abanico ideológico. La institución que los agrupa en su más alto estamento es el Movimiento “Unión Mundial Macabi”. Ese hecho le da un carácter pluralista, incluyente y de respeto a la diversidad.
La inclusión de todos los sectores: Todos los sectores están representados. A los Centros Comunitarios asiste gente de distintas corrientes religiosas, personas y grupos de las más diversas representaciones políticas nacionales e israelíes; junto a aquellos que no tienen ligazón alguna con lo religioso o con lo político. Esta diversidad y su aceptación es poco observada en otro tipo de organizaciones.
Los símbolos judíos: la gente y sus grupos, los programas y acciones están rodeados de símbolos culturales, religiosos y/o nacionales israelíes. Trascendiendo lo simbólico, en algunos Centros se observa la presencia de la sinagoga y/o la escuela.
Programas judaicos: sea para niños, jóvenes o adultos, en mayor o menor medida, se observa el desarrollo de programas judaicos a través de actividades grupales, conferencias, cursos u otras modalidades.
Vínculo con Israel: Mediante conferencias, información a través de órganos de difusión, viajes de grupos juveniles o adultos, se actualiza permanentemente la ligazón con Israel, centro espiritual del pueblo judío. Para nuestras escuelas de madrijim, Israel es un tema central que luego trasladan a sus janijim (alumnos) en la interminable e irremplazable tarea de liderazgo comunitario que conocemos como “hadrajatí”.
Son instituciones educativas: Los Centros Comunitarios son trasmisores de cultura y, por lo tanto, son educativos. Todos expresan ese carácter, y algunos incluso, poseen su “departamento de educación”. Algunos Centros Comunitarios, confirmando ese compromiso con lo educativo, tienen o han tenido en un momento escuelas, que han sido incluso, modelos institucionales.
Actividades para toda la familia: podemos observar habitualmente a las tres generaciones. Juntos o separados según los momentos, pero los abuelos van al mismo “club” que sus hijos y nietos.
Todas las edades: desde los niños de “jardín”, hasta los adultos mayores, en todos los Centros Comunitarios se observa esta característica. Al igual que la anterior, esta característica, además de común a todos los Centros Comunitarios, es prácticamente exclusiva de ellos.
Tiempo libre: los Centros Comunitarios realizan su actividad durante el tiempo libre. Se realizan en el tiempo más “rico” de la gente. En el tiempo en el que la gente elige qué hacer.
Multiplicidad de programas para todas las edades: cada Centro Comunitario posee una amplísima agenda de actividades, sean estas de índole motor, intelectual, social, estético expresivo, de temática Judía, de capacitación, de liderazgo, etc. También esta característica es prácticamente exclusiva.
Lugar de encuentro con amigos: El encuentro para el deporte, la charla, la comida compartida o la caminata, la participación conjunta en una conferencia o debate..., todos son motivos para reunirse con amigos.
La sustentabilidad: los Centros Comunitarios se han mantenido gracias a su membresía. Frente a las dificultades de un país en permanentes crisis económicas, en contadas ocasiones algunas recibieron ayuda exterior para resolver apremios. En la mayoría de los casos, tuvieron la capacidad de adelantarse a esas crisis o de resolverlas, tomando difíciles decisiones. En los últimos años se observa colaboración externa para la resolución de problemas sociales, proyectos de reingeniería o para el desarrollo de programas de contenido judaico.
El desarrollo deportivo: los Centros Comunitarios muestran una gran gama de actividades deportivas con eje en lo competitivo, en lo educativo y/o en lo recreativo. Miles de personas entre niños, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores participan de la actividad deportiva. El deporte como origen de estas instituciones, está basado en el planteo que hiciera Max Nordau en el Congreso Sionista de 1898. Nordau expresaba la necesidad de crear una nueva imagen del Judío, basada en su fuerza moral, física e intelectual. En ella dejó plantada la semilla de la fortaleza física del judío nuevo, en contraposición con aquella figura que lo mostraba doblado y débil.
El desarrollo artístico: Sea a través de exposiciones, muestras o festivales, sea a través de la participación de miembros de diferentes edades, observamos permanentes expresiones de la danza, el teatro y la música.
(subtit.)Hacia una nueva etapa
Si el primer paso fue detectar aquello que es común a las instituciones, intentaremos ahora un segundo paso, cual es el de traducir lo “común” de ellos a valores. El intento nos mostrará que en estas organizaciones, los conceptos de inclusión, diversidad, judaísmo, calidad de vida, familia, arte, educación, amistad, deportes y sustentabilidad son valorados.
Nos estamos refiriendo a valores. Y la pregunta que nos haremos, es
¿Qué valoramos de los Centros Comunitarios, y que deseamos cuidar y reforzar?
¿Qué valoramos que los Centros no están teniendo y debemos esforzarnos por conseguir?
Es tiempo de conversación, tomando el existente y su déficit, y también nuevos deseos y expectativas. En ese sentido, los Centros Comunitarios deben fortalecerse en los requerimientos que el nuevo tiempo reclama de ellos.
Ajustar, definir y expresar un marco, un modo general de ser (¿una filosofía?) que permita, a modo de espejo, confrontar la acción cotidiana, con ese marco teórico, para ver si el “día a día” está en camino o hay que retomarlo.
Cuidando en esas definiciones, aquello que, ya explicado en “lo común”, singulariza a los Centros Comunitarios, para no caer en ideologismos ni dogmas que en lugar de abrir, cierren.”
Lic. Jorge Rosental
Director ejecutivo de FACCMA
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