Ya sin el juez y la línea investigativa que sostuvo la causa por 10 años, un nuevo año se incorpora al calendario de la impunidad y el dolor. Y en este 11º aniversario, Comunidades reunió a miembros de la comunidad, distintas voces representativas de la causa AMIA,DAIA, incluido al fiscal que tiene a su cargo la investigación hoy día. Desde el juicio político a Galeano, pasando por la brecha entre AMIA y DAIA, a las expectativas puestas en el gobierno K. Las voces que el silenciamiento y la impunidad no pueden callar.
Especial para Comunidades
"Estamos yendo por un buen camino. Vamos a avanzar en lo que se ha hecho hasta ahora, sin miramientos. En la medida en que surjan elementos vamos a seguir adelante, independientemente de quién sea la persona. Nadie nos puso un techo, somos libres para investigar” - desafía el fiscal Alberto Nisman, quien desde hace 4 meses tiene a su cargo la investigación del atentado a la AMIA-DAIA a través de la Unidad Fiscal de Investigación.
Así, uno de los primeros pasos dados por la fiscalía, fue la condena a 4 años de prisión al ex - jefe de la división Protección del Orden Constitucional (POC) de la Policía Federal, comisario Carlos Castañeda, acusado por la desaparición de 66 casetes de escuchas telefónicas, 13 disquetes y tres videos, además del borrado del contenido de la agenda de Carlos Telleldín, el reducidor de autos implicado en la causa. ¿Por qué desaparecieron las pruebas?¿Intención de proteger a alguien? Y si es así, ¿a quién? Estos interrogantes no hacen más que añadir sospechas a una causa que lleva 11 años tapada de encubrimientos, sin resolución.
Según relata Nisman, si bien en su faz local la causa está orientada en determinar en qué carrocería fue colocado el motor que tenía Carlos Telleldín (teniendo en cuenta que se llega a la camioneta por el motor), es en el plano de la conexión internacional donde "estamos teniendo mayores avances, quizás pudiendo mostrar en poco tiempo algo palpable"- se jacta Nisman, para luego explicar a Comunidades, que la investigación está volcada no solo a la pista iraní y a la Triple Frontera - lugar por donde ingresó a la Argentina el grupo operativo para perpetrar el atentado-, sino en el retomar la pista siria. Y ahí es donde aparece en la mira el nombre del hasta ahora "olvidado" Alberto Kanoore Edul, el empresario de origen sirio que habría colocado el volquete en el frente del edificio de AMIA, minutos antes del atentado, y cuya llamada telefónica a Telleldín - registrada el día en que éste realiza la entrega de la camioneta- es ahora investigada. Digo ahora, porque según explica el fiscal, esas grabaciones fueron recibidas en el juzgado en agosto de 1994, pocos días después del atentado, pero el juez "sin ningún motivo, en forma arbitraria, infundada, decide dejar sin efecto colocándolas en un cono de sombras”- sostiene Nisman, quien fuera en su momento uno de los fiscales durante la instrucción de Juan José Galeano.
"Llamativamente- agrega el Dr. Nisman- hay una constancia escrita que 21 días después del atentado a la mutual judía se presentó en el juzgado el ex segundo de la SIDE, Juan Carlos Anchezar, ordenando desconectar las escuchas telefónicas que se le realizaban a Alberto Kanoore Edul"
Nisman muestra firmeza y elocuencia en su discurso, firmeza que parece contradictoria con lo endeble de la investigación hasta ahora, teniendo en cuenta que en realidad se tuvo que empezar prácticamente de cero en este reencauzamiento de la investigación. El paso del tiempo y la falta de verdad juegan a favor de los culpables. Y Nisman sabe las presiones que ello genera.
Y es que no sólo con sangre de las víctimas está teñida la causa. Ya a 11 años del atentado contra AMIA-DAIA, con un fallo judicial a cuestas que dio por tierra un año atrás todo el basamento en que se sostuvo la investigación durante 10 años, la causa también está manchada por irregularidades, que dieron origen a que el juez que comandó durante todos esos años la investigación, se encuentre hoy día sobrellevando un juicio político por múltiples irregularidades. Además de la acusación por manipulación y destrucción de pruebas, se encuentra el cargo por el pago ilegal de 400 mil dólares al reducidor de autos Carlos Telleldín, para que culpara a los policías bonaerenses de haberse llevado la camioneta-bomba, liberados estos últimos por el Tribunal Oral Nº 3 el año pasado.
"Yo creí en Galeano, pero cuando fue el juicio oral y público, ya estaba yo desencantada de él. Es merecido el juicio político que tiene. Si las irregularidades las cometió en nombre de otro, quiénes son los otros, y si las cometió en forma personal, debe hacerse responsable de lo que hizo. Es hora de acabar con los jueces que trabajan por la impunidad y no por la justicia".
- sentencia Sofía Guterman, madre de una de las víctimas, quien luego de integrar Memoria Activa, formó parte de la agrupación Familiares de las Víctimas del Atentado luego de la escisión de las agrupaciones. Hoy día, a 11 años de la tragedia, alejada ya de éste último sector, “lucho por decir lo que quiero decir, sin importarme ya las acciones de grupo, sino solamente aquellas que puedan conducir a la verdad".
Sin embargo, el Dr. Jorge Kirszenbaum, Presidente de DAIA, si bien reconoce que el juez Galeano cometió "graves irregularidades por las que debe ser sometido su conducta ante la justicia", destaca que consiguió "grandes méritos, como someter la causa a juicio oral y demostrar la arquitectura y la ingeniería del atentado, lo que permitió que se sepa prácticamente todo", aunque admite que en estos 11 años "lo que no se ha podido hacer es implementar justicia".
Ahora bien, esta actitud no tan crítica hacia el juez Galeano - alguien que sin lugar a dudas, empantanó la investigación- no es bien vista por quienes se encuentran batallando por la causa: "En todos estos años que nosotros querellamos - sostiene Guterman -, AMIA-DAIA querellaban a la par nuestra mostrando apoyo a la investigación. Pero cuando los familiares dijeron que el juez no hacía nada, las instituciones no lo cuestionaron, defendiendo - sobre todo DAIA- al juez y a su hipótesis de investigación, llegando a que a 11 años del atentado no tengamos nada sinceramente". Así las cosas, esta situación de disconformidad no hizo más profundizar la brecha entre los distintas voces comunitarias, en vez de reunir un frente común que permita marcar una posición de peso en la lucha por el esclarecimiento.
LA HORA DE LA AUTOCRITICA
85 víctimas fatales y centenares de heridos judíos y no judíos, argentinos y bolivianos, hombres y mujeres, ancianos, y hasta un niño de 5 años , es lo que dejó la masacre perpetrada aquel 18 de Julio de 1994. Rosa Barreiro es la mamá de aquel chiquito muerto; Rosa estaba ahí también, pero sobrevivió. Bah!, sobrevivir es una forma de decir. La masacre además de arrebatarle a su pequeño hijo, le quitó la mano derecha, y con ella la posibilidad de desempeñarse en su oficio de peluquera. Las esquirlas en todo su cuerpo siguen acompañándola, al igual que su dolor e indignación por no poder encontrar justicia. Por ello, a pesar de ver con buenos ojos al gobierno de Kirchner. "Yo quiero ver más que nada resultados concretos"- dirá. Y razones no le faltan. Esas mismas razones son las que le hacen decir que "lo que más me duele es que hoy, 11 años después, gente de algunas instituciones, aquellas que deberían estar exigiendo justicia, sigan apoyando a quien realmente no merece apoyo".
Como corolario del juicio político a Galeano, la fracturada dirigencia institucional judía, sometida a "juicio moral", busca salir a flote del costo político que le deparó su apoyo a Galeano y a su fallida investigación. Así, Luis Grynwald, quien asumiera recientemente la presidencia de la AMIA, reconoce el inconveniente que generó "el no haber auditado bien a nuestros abogados. Puede ser que ante lo que han traído los abogados y el gobierno de turno, la comunidad se halla conformado. Es obvio que ello no alcanzó, que el 2 de septiembre del año pasado (fecha en que salió el fallo no condenatorio) se cayó todo y quedamos en fojas cero".
Esta autocrítica se condice con una necesidad de poner fin a las luchas internas sostenidas entre la dirigencia institucional judía. "Estamos haciendo lo necesario para que la dirigencia de las instituciones de AMIA y DAIA trabajen en conjunto". Para ello, sostiene, "la actitud de esta nueva comisión directiva es consensuar todo con las instituciones antes de salir a la calle con un discurso diferente. Buscamos la unidad de la comunidad en todos los frentes, tratar de conformar con todos los dirigentes de instituciones un frente común que nos permita ir más unidos y en el refuerzo del reclamo de justicia"
Por su parte, el Presidente de la DAIA, Kirszenbaum, calificá la situación como "negativa" para la comunidad. Pero "hay nuevas autoridades en AMIA y con ellas tenemos un excelente diálogo y seguramente se irá cerrando esa brecha"- sostiene en tono conciliador.
Lo que el viento se llevó
Como se ha visto a lo largo de estos años, si hay algo que puede caracterizar esta causa son las trabas que se han puesto a su avance, los delitos descubiertos en su transcurso, las negligencias y desvíos interpuestos por los organismos de seguridad e inteligencia encargados de la investigación y el nulo interés político por llegar a los culpables materiales e intelectuales, y la lucha solitaria de los familiares de las víctimas en su clamor de justicia.
Así, para Sofía Guterman, mamá de Andrea, aquella joven que muriera en el atentado cuando se prestaba a buscar empleo en la bolsa de trabajo de la sede de la AMIA, "acá hubo una finalidad política durante el gobierno de Menem para que no se investigue o que no se investigue bien. Creo que se juntaron un montón de mentiras y formaron una gran mentira. Ese el común denominador de lo que pasó hasta ahora".
De este modo, esta sensación de que se hacía lo que el poder político permitía, en una actitud cercana a la complicidad en la omisión, la inacción o, tal vez, la comisión de delitos, es la que atraviesa también al discurso de Susana Cohen, una docente judía que si bien no tuvo que lamentar víctimas cercanas, vive dolorosamente la falta de resolución judicial del atentado con un sentimiento de “frustración, desengaño y con una visión pesimista de que alguna vez se llegue al esclarecimiento de esta tragedia que sigue enlutando a nuestra comunidad”. Sin embargo, tampoco quiere bajar los brazos: “Espero que con la reiniciación de la causa con todas las pruebas acumuladas hasta este momento y con las que puedan irse agregando, con una investigación más a fondo, que sin lugar a dudas debe tener un apoyo político total y sincero, pueda volver a tener la ilusión de que al final se haga justicia”.
Aún recuerdo las palabras que cerraron mi artículo por el 10º aniversario del atentado: "Ni olvido ni perdón, simplemente justicia".
Un año más ha pasado, y si bien ni el olvido ni el perdón parecen haber fagocitado todavía los ánimos de quienes persiguen la verdad, ya son 11 los años que han transcurrido de la masacre. ¿La. justicia?...sepultada en los escombros y hasta ahora nada ni nadie pudo rescatarla.
LOS NUMEROS DE LA TRAGEDIA
576 Cuerpos son los que conforman el expediente
115.200 Fojas
1.700 Carpetas de la SIDE
1.0 Cuerpos de escuchas
"Durante muchos años yo creí en el juez y en las cosas que hacía. Pero mientras se estaba haciendo juicio , de pronto , fue abriendo los ojos respecto a él y se me cayó todo...Fue otra bomba más". Rosa Barreiro, sobreviviente y madre de una de las víctimas
"El gobierno de Kirchner ha demostrado predisposición a la causa, pero eso a la comunidad hoy por hoy no le alcanza. Nosotros necesitamos resultados". Luis Grynwald, presidente electo de AMIA
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