“Tenemos el potencial para degustar la revelación Divina y apreciar la presencia del Creador en cada uno de nuestros aspectos mundanos”.
Pirké Avot.
¿Estuviste alguna vez en la cima de una montaña? Se ve en 360 grados. Te amplias. Cada recoveco contiene belleza, cada porción de tierra destella color, aroma, textura, luz. Es imposible aprehender el todo y sin embargo está ahí. Cuando bajas no sos el mismo, seguramente esto trató de transmitir Moshé con su legado.
Todos podemos ser Moshé escalando el Sinaí, abriendonos espiritualmente para recibir guías para vivir mejor y alcanzar la renovación interior .A pesar de las complejidades del país en que vivimos, de las turbulencias permanentes de nuestra amada Israel y del caos de ideologías discriminatorias y violentas que estallan en el mundo, la chispa divina se cuela entre nosotros .La invitación es a escuchar el susurro del eterno florecimiento de la vida y esparcir nuestro propio arco iris de colores con ella.
Una montaña une la tierra y el cielo. Y mi propuesta hoy ,amigo del alma ,es que alcancemos juntos su cumbre. Esta fiesta que vamos a celebrar nos enseña a desplegar nuestras mejores cualidades: el Jesed ( entrega amorosa , apertura), la Guevurá(disciplina, fortaleza de caracter), Tiferet (belleza como resultante de la bondad amorosa y la implementación de la justicia ),el Hod (humildad),el Netzaj (persistencia), el Iesod (convicción), y la Maljut (liderazgo), a través del refinamiento de nuestro carácter. Así describe la Guia espiritual para la cuenta del Omer escrita por Simon Jacobson las distintas aristas de nuestra personalidad, nuestro diamante interior a ser pulidas a partir de esta festividad.
EL CIELO ES EL LIMITE
Las cimas, como la que Moshe escaló , nos conectan con el mundo de la eternidad y su base se ramifica en múltiples estribaciones. Por eso la ascensión humana hacia las cumbres, con todos sus peligros y dificultades , se convierte en el símbolo de elevación espiritual. Trepando cuestas en busca de cimas, somos. Pezuñas afirmándose en la tierra sin apresarla, intentando alcanzar la cúspide. En cada elevación inspiramos cielo y en cada pendiente tememos perderlo. Viento, piedra, luz somos. En la vida cotidiana percibimos que diferentes precipicios se abren, que distintos abismos asoman. Pero si nos animamos a abrazar el horizonte, a entregarnos a la persistencia de la vida en seguir emergiendo ...las espinas no pinchan, los vacíos no asustan, los sonidos huecos se llenan. Entre cornisas, ríos secos y sinuosidades, el alma se expande y se funde con el todo.
EN BUSCA DEL LEGADO
La puerta de lo invisible debe ser visible. Ascender a las cumbres es un símbolo de elevación por encima de la cotidianeidad. Reflexionar sobre nuestros puntos fuertes y débiles, sobre los¨ verdaderos¨ valores éticos , dedicarnos al desarrollo y perfeccionamiento de nuestras limitaciones ... nos eleva hacia una madurez emocional , que hace más fácil sobrellevar un presente material y moral conflictivo .
El hombre , dicen nuestros sabios es un universo en miniatura. El maestro jasidico Rabí Shneur Zalman de Liadí ve el diluvio de Noé y el mandato de D´s a que él y su familia ¨entren al arca¨ como una invitación a que todos entremos en ¨nuestra arca¨- a la construcción de micro-mundos personales - frente a los diluvios universales.
Esta profunda interpretación bíblica, nos enseña la eterna relevancia del mandato de D´s a Noé. Cuando el abismo de la tierra se abre violentamente para arrastrarnos con las cargas de la vida material, con las dificultades de la vida terrenal, ¨entremos en el arca del estudio¨,de los principios éticos universales Hoy es momento de construir arcas- micromundos - espacios internos y familiares de bienestar afectivo y espiritual- para elevarnos más allá de las miserias cotidianas. Y este Shavuot puede ser nuestra oportunidad.
SALTICANDO LAS CUMBRES
Apresar parte del cielo en la tierra y transportarnos. El Sinai que elegimos subir hoy, abre canales distintos, invita a que nuestra mirada se enriquezca y gire en 360 grados. Porque cuanto más nos elevamos, más vemos. Cambiamos de dimensión . Aparecen nuevos paisajes, se modifican los que hace un rato mirábamos desde abajo. Se transforman parcelas, amplifican caminos ,se ilumina el cielo. Intangible, sigilosa, penetrante, la visión desde la cima. Los 360 grados existen y cuando ascendemos por un momento sentimos que es posible aprehenderlos.
René Daumal, un famoso alpinista nos enseña técnicas para una buena ascensión : “Ten la mirada fija en la vía de la cumbre, pero no olvides mirar a tus pies. El último paso depende del primero. No creas haber llegado aunque veas la cima. Presta atención a tus pies, asegura tu próximo paso, pero que ello no te distraiga del objetivo más alto. El primer paso depende el último.”
EL SINAI QUE TODOS PODEMOS SUBIR
La Torá no es sólo historia del pasado, sino una verdad espiritual eternamente relevante. Si nos animamos en este Shavuot, amigo del alma, a construir arcas frente a los diluvios personales, a espiritualizar la vida cotidiana , a trabajar sobre nuestras limitaciones de carácter para superarlas ,podremos divisar el universo con una perspectiva desconocida: alcanzaremos una cima cuya altura es análoga al limite de nuestro propio espíritu. Este “Matan Torá” (entrega de la Torá) es una nueva oportunidad para armonizarnos, intentando equilibrarnos emocionalmente, integrar a lo diario valores éticos y trascender el presente .Estamos en la búsqueda del sentido de nuestra existencia, arañando respuestas para calmar ansiedades, equilibrando nuestra incertidumbre acerca del futuro, tratando de entender las adversidades que vivimos . Escalando, estudiando ,elevándonos por encima de lo terrenal pulimos nuestras aristas, dejamos de pelearnos por situaciones inútiles y abrazamos la trascendencia.Subiendo por la escalera emocional ascendemos hacia una pureza más elevada. Aquí te espero. Coloquémonos juntos el arnés para escalar “nuestro” propio Sinaí...
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