De repente, en la mitad de sus vidas, algo se despertó. Un importante grupo de israelíes, descendientes de judíos polacos,decidieron reencontrarse con sus raíces. Ahora se preparan a conmemorar los 1.000 años del devastado judaísmo polaco. "Nos duele que se pierda la riqueza espiritual de esa comunidad",dicen. Informe especial
Por Moshe Ronen, Yedioth Ajaronot
"¿Qué nos pasa?.¿Estamos enfermos? ", se pregunta Lily Haber. "¿Qué nos pasó que de repente dejamos todo para profundizar en el judaísmo polaco y revivir su legado?"'
Lily Haber es una de un grupo importante de israelíes de origen polaco que buscan sus raíces.Voluntariamente, sin apoyo, ellos organizan, juntan material, reportean, viajan a Polonia y portan con orgullo la bandera de un país que fue cómplice del exterminio ejecutado por los nazis.
Lily Haber, nacida en Cracovia, madre de tres hijos y abuela, dedica casi todo su tiempo libre a fundar la organización de residentes de Cracovia en Israel. "En mi esto comenzó con la muerte de mis padres. Ellos eran polacos que odiaban Polonia. Pudieron perdonar a Alemania pero no a Polonia.Yo a su vez siempre me negué a alojar alemanes en mi casa pero luego de la muerte de mis padres decidí gestionar la ciudadanía polaca".
Haber viajó a Polonia, investigó cementerios judíos en Cracovia; hizo una vasta lista de población judía y armó su árbol geneológico que tiene 1300 nombres y llega a siete generaciones atrás.
La acompaña en su reconstrucción Daniel Alexandrovich, de Tel- Aviv, 61 años. Por parte materna es israelí y por paterna es miembro de una importante familia de comerciantes judíos de Cracovia.
"Todos fuimos educados en Israel como si antes del sionismo casi no existiese historia judía",dice Alexandrovich. "En Cracovia se formó por centenares de años una de las más importantes comunidades judías del mundo. En la mente de los judíos Polonia queda sólo asociada al Holocausto",agrega Haber. "Sólos los sectores ultraortodoxos recuerdan la grandeza espiritual del judaísmo polaco. Nos molesta que semejante riquza se pierda. Nuestro objetivo es redescubrir los tesoros culturales y religiosos del judaísmo polaco".
Ambos intentan vincularse con la nueva generación de polacos. Uno de ellos es Alexander Slotnitzky, médico, 56 años, de Cracovia, que ama el judaísmo a pesar de ser católico. Gasta no poco dinero buscando fotos de judíos de Cracovia antes de las dos guerras. El logró, temporalmente, conseguir el lugar en que funcionó la fábrica en la que Schindler hizo trabajar a "sus judíos". Allí hizo una exposición sobre la vida judía en Cracovia a principios del siglo XX.
Sus nuevos amigos polacos les comentan a Haber y Alexandrovich que miles de polacos han comenzado a descubrir que por sus venas corre sangre judía, algo que por el antisemitismo, nazismo y comunismo sus familiares ocultaron por generaciones.
El 13-03-1943 fue arrasado el guetto de Varsovia. En los últimos 12 años, desde la caída del comunismo, los habitantes de Cracovia recuerdan el hecho con una marcha de duelo. "En Israel nada se sabe de esa ceremonia debido a que nosotros no la organizamos"dice Haber. "Nosotros queremos tener el monopolio de cada acto conmemorativo de la Shoa. Lo que no organizamos, no participamos",dice Haber.
El pasado año Haber y Alexandrowicz y otros israelíes más particparon de la misma y fueron muy bien recibidos por la población. Ellos se enojan con los que en Israel organizan la llamada Marcha por la Vida. "20.000 jóvenes judíos viajan cada año", dice Haber,"también hay viajes para soldados y oficiales. Los llevan a Auschwitz y Majdanek .Les explican las diferencias funcionales entre ambos campos de exterminio.Luego los llevan al lugar que estuvo el guetto de Varsovia pero no les enseñan que todos los polacos no fueron malvados. En esos viajes casi ni ven a los polacos. No hay intentos por abrir diálogos. No conocen otra cosa que destrucción de un tierra con una historia judía milenaria"dicen.
Haber y sus compañeros estan organizando un gran encuentro para conmemorar los 1000 años del judaísmo polaco y los 700 años del judaísmo en Cracovia(el encuentro se realizó hace poco tiempo en Tel- Aviv). "Hoy Polonia es uno de los países más amistosos hacia Israel entre todos los europeos', dice Haber. "Los israelíes perdonaron hace tiempo a los alemanes.¿No llegó el tiempo de perdonar a los polacos?", finaliza.
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