"Pobre la generación en la que tienen que juzgar a sus jueces"
(Del Talmud)
Asombro,tristeza, frustración son sólo algunos de los sentimientos que han generado en la comunidad la sentencia absolutoria del Tribunal Federal nº3 que termino absolviendo de culpa y cargo a los pocos detenidos por la masacre de la AMIA-DAIA.
Luego de 10 años en los que quedó conformado el gigantesco expediente de la más grotesca investigación de la justicia argentina y luego de 3 años de juicio oral, con más de 1.000 testigos,la causa terminó en la nada en una de las muestras más contudentes de la miseria de la justicia argentina. Hace 10 años, aca no pasó nada. Tampoco hace 12 en la embajada, la tragedia olvidada o excusada.
El juicio, en lugar de condenar a responsables,abrio una instancia positiva, una oportunidad en tanto desastre, para desentramar a los que encubrieron desde el estado y fijo ,sin dudas, la existencia de una camioneta Traffic-bomba poniendo, es de esperar, punto final a las especulaciones políticas de los que imaginaron su inexistencia, vaya a saber con que oscuros fines. De esta forma el juicio por el atentado se transformó en un proceso inverso a punto tal de presentar el grotesco de ver festejar a los familiares de los detenidos y llorar de impotecia a los familiares de las víctimas. Para irritar aún más, es probable que del bolsillo de los familiares y de todos los argentinos de bien salgan fondos para resarcir el sufrimiento en prisión de Telleldin y los policias.Un absurdo más.
El juicio puso en evidencia que los funcionarios que debieron investigar, taparon y que los incriminados no son inocentes y que quedaron nulificadas las principales pruebas que los acusaban.Esto último pudo ser posible no sólo por una estrategia de los abogados de los acusados sino también por la extraña conducta de ciertos medios de prensa "progresistas" que terminaron siendo funcionales a los detenidos.Por último, quizas lo más grave, el terrible fallo judicial que exoneró a los implicados abre las puertas, Di-s no lo permita, a otro posible atentado terrorista en nuestro país. En algún lugar de Siria, Líbano o Irán, hay un Moshen Rabanni que sonríe y que piensa que si esto es el resultado de dos ataques cobardes, sin culpables,sin detenidos, sin verdades, otro ataque sería posible.
Los judíos argentinos que se hayan ilusionado en eliminar los pilotes que protegían las instituciones judías ahora debieran pensar en levantar más los mismos.Es que la Argentina no aprende de la historia y eso, eso se paga muy caro.
Natalio Steiner
co-director de Comunidades
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