“No le hagas a otro, lo que querrías que te hagan a ti, porque podría tener gustos distintos”.
Bernad Shaw
Entraste a la habitación resuelto, diciendome entusiasmado: “Quiero estar con vos, ¿ jugamos? ”.
“Me gusta estar con vos, pero ahora necesito estar sola. Estoy escribiendo”-respondí.
“Ufa , mami. Siempre estas haciendo algo- vociferaste - Y seguramente cuando vos te desocupes y quieras estar conmigo, yo voy a querer hacer otra cosa”...
Así como mi hijo me reclama, estoy segura que también a vos te pasa lo mismo. No somos padres ejemplares, somos ...padres reales .
Cuantas veces tus chicos te protestan, cuantas tu esposa se rehúsa a darte lo que necesitas, seguramente alguna vez pensaste que tus padres no te cuidaron lo suficiente o tus hermanos no se comportaron como tales. Personas que te aman a “su manera”, no como vos precisas que te quieran . Demandan atención, cuidado, protección. Y vos...también demandas. Damos y reprochamos. Absorbemos y nutrimos. Un año nuevo comienza, otra oportunidad para revisar nuestras relaciones afectivas. Este puede ser un nuevo comienzo para re-formular los vínculos con los que amamos. En lugar de preguntarnos porqué nos pasó lo que nos pasó en el tránsito afectivo quizá resulte más iluminador plantearnos cómo encarar en el aquí y ahora de nuestra vida ... la relación con el otro. Sobre qué condiciones esenciales re-fundar esa relación.
Porque estar juntos, sintonizar la misma frecuencia es complicado pero así son las relaciones entre las personas que se aman y respetan. A veces coinciden y otras no en las ganas de estar juntas, en darse lo que el otro precisa y eso no significa que se hallan dejado de querer. Sino que aprendieron a aceptar al otro como es ...no como les gustaría que fuera.
MIRADAS QUE PESAN.
Hay momentos en que somos incondicionales con quienes amamos profundamente, pero otras en que necesitamos cuidarnos. Lo saludable es aprender a discriminar cuando. Cuanto más libertad para elegir, más genuino es el vinculo amoroso con nuestros hijos que dejaron de ser bebes, con nuestra pareja , compañero de dichas y desdichas cotidianas, con los padres, facilitadores de nuestro nacimiento pero no dueños de nuestra persona, con los amigos, hermanos elegidos. Cuanto más respondemos con el corazón y no para complacer o “comprar amor”, más resistente es el lazo que nos une. Resistente y complejo porque requiere madurez de ambos lados. Complicado pero posible. Un vinculo que no hiera, desmerezca, descalifique, discrimine o destruya a quién lo experimenta o a quien lo recibe.
Sólo esa corriente compleja y armoniosa como un calidoscopio puede definirse como amor sano. Bello en si mismo por la inmensa gama de colores y formas y a la vez trabajoso de producir. Trabajoso por la laboriosidad de su melodía. El amor sano es un proceso purificador que requiere una mutua elevación de conciencia.
AFRONTAR EL CONFLICTO
Rosh Hashana asoma invitándonos a reflexionar sobre la forma en que nos relacionamos. Cuanto nuestro vinculo con las personas que nos rodean es saludable, es decir favorece la autonomía y expansión de ambos o cuanto la coarta, limita y nos sentimos ahogados. Esta es una buena ocasión para pensar no sólo en “lo que nos hacen” sino.. lo que nosotros “les hacemos”. ¿Contenemos? ¿nos asfixian? ¿pedimos demasiado? ¿nos nutren? .
La buena relación con los seres humanos implica poner limites. Decimos que los limites separan a los países no que los unen. Suponemos que se trazan para impedir que ninguno avance sobre el territorio del vecino. Casi nunca lo entendemos como línea de unión de dos individualidades.
Esta buena capacidad de conocer nuestras fronteras depende en primera instancia de cuan respetuosos o invasores hallan sido con nosotros cuando éramos niños. Madres o padres que extendieron sus propios territorios a los nuestros ... avasallándonos. Progenitores que crearon referencias en torno a su pasión sin tomarnos en cuenta, sin diferenciar que sentir no implica decir, ni que desear significa hacerlo. Padres que han hecho lo mejor que han podido en base a sus propias carencias. Ahora somos adultos, es el momento de asumir nuestra propia responsabilidad. Hoy es nuestra oportunidad de aprender lo que nuestros padres biológicos no pudieron enseñarnos pero sí El Creador cuando nos concedió el libre albedrío. Este Rosh Hashana es un espacio de tiempo para dejar de quejarnos por lo que nuestra hija no da o por lo que nuestro marido no quiere y... empezar a producir. A hacer factible ese tipo de vinculo que queremos lograr. Sincerarnos, oyendo nuestros deseos, expresando con respeto lo que necesitamos. Y percibiendo cuanto el otro “legitimamente otro”, como expresa el biólogo chileno contemporáneo Humberto Maturana, está dispuesto a aceptar en este nuevo contrato de estar juntos. Porque el que amamos también elige darnos o no, lo que pedimos. Aceptar no significa resignarnos, sino re-dimensionar. Aceptar quiere decir aprehender que podemos esperar tangiblemente de la relación ,sin ilusiones.
EL CORAJE DE SER
¿Cuantas veces entraron en tu intimidad y preguntaron: ¿Jugamos?. ¿Cuantas veces te animaste a decir que no?. También vos alguna vez invitaste a alguien a jugar en tu vida y fuiste rechazado ¿Aceptaste que el otro pudo desear algo distinto a tu anhelo?
La libertad compartida, el verdadero encuentro con el que amamos radica en registrar que así como nosotros nos permitimos usar el genuino derecho a no compartir una porción de nuestra vida, el otro... también elige. No es una prolongación de nuestras necesidades.
Cada uno de nosotros es diferente y por eso unico. Somos distintos y complementarios Y por esa razón que nos separa, podemos unirnos. Engarzarnos como joyas humanas.
VOLVER A EMPEZAR
Ojala este nuevo año que comienza aprendamos a conquistar nuestro mutuo derecho a ”ser” y a establecer relaciones afectivas más genuinas. Que en este Rosh Hashana
El Altisimo nos ilumine para re-construir con respeto, sin avasallamientos, vinculos de amor y entender que... las diferencias no nos hacen adversarios.
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