Hay judíos que están pasando por una mala situación económica. Las personas discapacitadas están aún peor, porque sufren los mismos problemas pero agravados por su discapacidad, ya que las oportunidades laborales se limitan muchísimo más. A esta desventaja se agregan todos los costos adicionales a que deben hacer frente: tratamientos médicos, sillas de ruedas, educación especial, audífonos, acompañantes terapéuticos, etc.
Por otra parte, es necesario que existan personas o instituciones que ayuden a las personas discapacitadas que lo requieran, para ocupar el lugar dejado por sus padres cuando estos fallezcan o sean muy ancianos y no les puedan seguir brindando amor y cuidados.
*Para que la ayuda sea más concreta y eficiente sugiero hacer un censo:
*para saber cuántas personas discapacitadas hay, cuál es su discapacidad, cuáles son sus necesidades, etc.
para poder dar subsidios a todas aquellas instituciones que les dan un espacio, con mucho amor y buena predisposición, pero que necesitan ayuda para seguir ayudando.
Además, que se incluya este tema y se tome conciencia del mismo cuando las autoridades de la comunidad judía, templos, instituciones sociales, colegios, Seminarios Rabínicos, etc., se reúnan en AMIA o en otro lugar.
En la Sección Discapacidad de AMIA necesitan disponer de toda la ayuda económica necesaria y de toda la comprensión de cada caso, para poder brindar soluciones concretas a las personas que se comuniquen con esa Institución.
No se trata de cambiar el nombre de "discapacitados" por "personas con necesidades especiales". Lo importante es lo que se hace por ellos o deja de hacerse pudiendo ayudarlos, porque siempre resulta que hay algo más importante y entonces se los deja para el final, cuando ya no quedan medios disponibles.
Cada vez que hay una jornada de encuentro, comunicación o la Marcha Anual para la Integración de Personas Discapacitadas, donde hay un cartel "JUNTOS PODEMOS", yo me pregunto ¿cómo será el día siguiente para todas aquellas personas discapacitadas y sus familiares que tan angustiosamente tienen que vencer las barreras, la indiferencia, etc. puestas por la sociedad?
Para entender lo que estoy sugiriendo tendrían que ponerse en el lugar del otro.
Mi intención no es molestar a ninguna persona de la comunidad, mas sí recordarles lo que nos enseñaron desde nuestra niñez: el amor al prójimo y el significado de Torá de Vida.
Espero que mi inquietud se haga realidad porque, aunque el camino es difícil, nunca hay que bajar los brazos y decir que es imposible.
En una prédica un Rabino dijo que "la vida es como una calesita que gira, en la que cada persona debe buscar su puerta".
Ojalá que todas las personas discapacitadas puedan encontrar esa puerta para poder vivir en un mundo mejor, con comprensión, amor y sin prejuicios y no solamente con consejos, lástimas y cuestionamientos.
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