Dice Abraham J. Twerski en su libro El Pensamiento Adictivo: 'Para comprender más a fondo de lo que estamos hablando cuando empleamos el término distorsión de pensamiento, veamos un ejemplo extremo, es decir, el sistema de pensamiento que utiliza el esquizofrénico. Por absurdo que pueda parecer un pensamiento distorsionado particular para una persona sana, tiene perfecto sentido para el esquizofrénico.
Los terapeutas familiares con pacientes esquizofrénicos paranoicos que tienen delirios de grandeza saben lo vano que puede ser intentar convencer al paciente de que no es el Mesías o la víctima de una conspiración mundial. El terapeuta y el paciente operan en dos longitudes de onda del todo diferentes, con dos reglas de pensamiento distintas. El pensamiento normal es tan absurdo para el esquizofrénico como el pensamiento esquizofrénico para la persona sana. El ajuste de un esquizofrénico típico a la vida en una sociedad normal puede ser descrito en términos de un empresario de béisbol que ordena al equipo que patee la pelota o de un entrenador de fútbol que pide que roben una base.
Los esquizofrénicos no se dan cuenta que sus procesos de pensamiento son diferentes de los de la mayoría de la gente. No entienden por qué los demás se niegan a reconocerlos como el Mesías o la víctima de una conspiración mundial. Sin embargo, muchas personas, incluso los terapeutas, pueden discutir con un esquizofrénico y frustrarse cuando la persona no logra aceptar la validez de sus argumentos. Pero eso equivale a pedirle a un daltónico que distinga colores.
Sin embargo, el pensamiento del esquizofrénico es tan obviamente irracional que la mayoría de nosotros lo reconocemos claramente como tal. Es posible que no podamos comunicarnos eficazmente con él, pero por lo menos no nos engañan los delirios que crea en su mente.'
Cuando observamos el atentado perpetrado en España con sus cientos de víctimas fatales y heridos, cuando recordamos el atentado a las Torres Gemelas, cuando nos enteramos que una vez más un colectivo lleno de trabajadores y escolares vuela por los aires en alguna calle de Jerusalem, cada vez que conmemoramos un nuevo aniversario del atentado a la AMIA o a la Embajada, como sucede en estos días, buscamos Òuna explicación lógicaÓ que nos permita entender el accionar de los terroristas. Sin embargo, siguiendo a Twerski, tal cual sucede en la relación entre una persona sana -incluso el terapeuta- y el esquizofrénico, los terroristas islámicos son seres humanos que sintonizan ondas totalmente distintas. Mientras el esquizofrénico padece alteraciones mentales, quien es capaz de atentar cruelmente contra la vida de gente inocente demuestra cabalmente que es una persona enferma espiritualmente.
Siguiendo con la descripción de Abrahan J. Twerski, aún cuando los terapeutas discuten con los esquizofrénicos y se frustran cuando no consiguen hacer valer sus argumentos, del mismo modo fracasan una y otra vez las negociaciones por la vía pacífica con los líderes terroristas. E Israel puede dar cuenta de ello, luego de años que gobiernos de todas las líneas ideológicas se golpearan la cabeza contra la pared de la intransigencia y violencia de los palestinos.
No obstante, existe una diferencia sustancial en la consideración que la sociedad hace respecto de quienes sufren una enfermedad mental y aquéllos que carecen de espiritualidad. Mientras Twerski dice que la mayoría de la gente reconoce al esquizofrénico como obviamente irracional, no dejándose engañar con sus delirios, no sucede lo mismo respecto de los mártires que se inmolan buscando el paraíso. Más de una vez los israelíes son equiparados a los terroristas. ¿Por qué? Porque el antisemitismo que anida en la mente de muchos gentiles es tan carente de fundamento como la proclamada espiritualidad de los asesinos, que en nombre de un dios destruyen vidas humanas.
¿Cuál será la reacción de Europa luego del atentado en España? ¿Entenderán ahora cuál es la enfermedad y quiénes la padecen? Aznar no: intentó obtener rédito político de un hecho trágico, y así le fue.
Por otra parte, España era un país que en estos últimos años había plasmado un importante crecimiento económico, que le permitió insertarse con fuerza en la relación con sus vecinos europeos. Este brutal atentado parece encaminar el pensamiento en un sentido diferente.
Es evidente, entonces, que los valores materiales son efímeros. Que todo lo que un día puede parecer una posición de privilegio por una gran riqueza, al otro día puede diluirse.
Y que a la barbarie, a la locura, al recurso de la fe como instrumento para hacer el mal, la debemos enfrentar con nuestra fe en D's, que es quien, como decimos en nuestras oraciones diarias, nos ayuda, nos salva y nos protege como lo hizo con nuestros patriarcas Abraham, Itzjak y Iaacov.
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