El general retirado, Wesley Clark, creció como protestante, fue católico y ahora se enorgullece de su abuelo judío. También se enorgullece de su abuelo el senador Jhon Kerry. También Howard Dean se enorgullece de su mujer judía y de la educación hebrea de sus hijos. A diferencia del pasado ,los candidatos no ocultan su identidad.
"La heredad judía será la gran novedad de las futuras elecciones en EE.UU.", dijo en abril del pasado año el general retirado Wesley Clark, uno de los candidatos por el partido demócrata, que se sumo a la carrera electoral en los últimos meses y según las encuestas sería uno de los preferidos del electorado democrata. Su "conexión" judía la descubrió Clark en 1999 cuando fue a una Yeshiva a Brooklyn, aún con su uniforme militar y dijo allí: "Tenemos mucho en común. Yo provengo de una veterana familia de rabinos". Sus raíces judías vienen por su padre que fue un vástago de una familia judía que llegó de Europa y se asimiló en EE.UU. El ingreso de Clark a la lucha electoral despertó variadas sensaciones entre los judíos americanos. Su orgullo por la heredad perdida, su apoyo a Israel y su concepción liberal en lo social le llevó no pocas simpatías entre los votantes judíos. Así es como logró el apoyo del cineasta Steven Spielberg. No fue casualidad que su primer encuentro de trabajo lo llevó a cabo en Florida, región con alta concentración de judíos. En un reportaje que le realizara el periódico judío Forward, Clark dijo que la tradición judía influenció en su conducta y en sus ideas políticas.
El senador Jhon Kerry, héroe de la guerra de Vietnam, es miembro de una de las familias más veteranas de EE.UU..Siempre se ha jactado de su origen irlandés igual que John Kennedy, pero una investigación develó que en su familia católica había un pasado judío. Su abuelo Fritz Cohen fue un inmigrante checo que llegó a EE.UU. a principios del siglo XX. Allí cambió su apellido por el de Kerry. Si bien no conoció a su abuelo siempre dijo que su heredad judía llegó por él y por su padre.Kerry se perfila hoy como el de más amplias chances para triunfar en las internas y hasta para derrotar a Bush.
El último del grupo de los demócratas que refrendó su afinidad al pueblo judío fue Edward Dean, ex gobernador de Vermont. Dean esta casado con la Dra. Yudith Steinberg, una mujer proveniente de una familia ortodoxa. Sus hijos van a una escuela judía tradicionalista. En un discurso dado en Nueva York Dean dijo con orgullo que con su esposa judía "descubrió un judaísmo que desconocía". A pesar de sus esfuerzos por agradar a la comunidad, Dean esta lejos de las preferencias de los votantes judíos. Los judíos no olvidan recientes declaraciones acerca de que EE.UU. "debe tener una posición más neutral en el conflicto palestino- israelí" a la vez que expresó que los miembros del Hamas Islámico eran "combatientes". Si bien luego se desentendió de las declaraciones a las que tildó de "sacadas de contexto", no logró recomponer su relación con los judíos. "Tiene una mujer judía pero él no tiene corazón judío",dicen.
El descubrimiento de la vinculación de los tres candidatos con los judíos es un fenómeno que hasta hace 10 años era algo inimaginable. En 1964, el candidato republicano, Barry Goldwasser, prefirió diluir su orígen judío y modificó su apellido por Goldwatter. Lo que antes se ocultaba hoy se porta con orgullo y los analistas consideran que esto tiene que ver con los cambios dramáticos existentes en la política americana. Hasta el 2000 el hecho que un judío pudiese llegar a sentarse en el sillón de la Casa Blanca era impensable. La presentación de Joseph Lieberman como candiato a vice acompañando a Al Gore en el 2000 cambio e hizo todo posible. En una encuesta hecha por una revista americana es estableció que el 90% de los norteamericanos votaría por un candidato judío si lo convencen las propuestas. Hay no pocos judíos americanos que piensan que si se concreta eso podría haber una ola de antisemitismo en EE.UU. y se agravarían las relaciones con el mundo árabe. Joseph Lieberman es ahora el cuarto candidato democrata y que si bien el 93% de los judíos lo apoya sólo la mitad votaría por él en las internas democratas.
La falta de posiblidades de Lieberman para materializar en las encuestas su "ventaja judía" es prueba de que los judíos americanos pueden buscar sustitutos.Algunos dicen que Lieberman presenta una imágen "muy judía". Es que además de ser un democrata conservador es un judío muy tradicionalista que cuida Shabat y Kashruth al detalle y que por ello siempre tendría que demostrar "que no esta comprado o digitado por Israel".
Una empresaria israelí que vive en EE.UU. dijo que "cuando más judío el presidente más duro sería con Israel sólo para distanciarse de las sospechas de favoritismo". Las dudas tienen base sólida: El ex secretario de Defensa de Reagan, Caspar Weimberger, fue acusado en su momento de endurecer al máximo las relaciones con Israel.
A pesar de la vinculación con lo judío de 4 de los 6 contendientes democratas sólo algo quedará marcado en las urnas:su capacidad personal. "Los judíos dejaron de votar en bloque y votan confrontando",dice Malcom Honlein, un alto dirigente comunitario y de los más influyentes. Honlein dice que ya se superaron los días en que los judíos eran elegidos por un modelo fijo. "Los judíos de EE.UU. hoy eligen no sólo por la vinculación con Israel. Seguridad interna, economía, bienestar social, también son temas que estan en el orden del día". El propio Lieberman lo dice: El pueblo americano juzgará al candidato por su capacidad y no por su religión". Lo que si se percibe son cambios en las tendencias de los votos. En los últimos años cada vez más judíos votan por el partido republicano y el 80% de los votantes judíos al partido democrata en las elecciones 2000 ha quedado superado. "Se trata de un nuevo equilibrio en todo lo que tiene que ver con la relación de los judíos con los dos partidos",dice Steve Grosman, ex presidente del Ipac, un importante grupo político judío. Según él se volvería a la época de Reagan que en 1980 fue apoyado por un 39% de los votos judíos.
El pasado año el presidente Bush logró un apoyo importante del electorado judío. No sólo que es considerado como un amigo verdadero de Israel, y muy cercano a Sharon, sino que en el mundo post 11-09-01 se perfila como un aliado natural de Israel por su lucha contra el terror y los estados que amenazan a Israel.
El escritor judeo-americano Milton Himelfarb dijo alguna vez que "los judíos ganan como protestantes y votan como portoriqueños", en referencia a que se encuentran entre las capas sociales altas de la sociedad pero tienen tendencia a identificarse con las capas más débiles.Los repúblicanos tratan de invertir esta tendencia y los hombres del vice actual, Dick Cheney, se dirigieron a influyentes líderes judíos de Nueva York "para acercar partes". El hecho que Bush eligiera a Nueva York para hacer una convención republicana, tampoco es casual. El jefe de la ciudad es el judío republicano Michel Bromberg y la elección de la ciudad indica que los republicanos buscan el apoyo judío que son un factor importante y activo en el sistema político de la ciudad y el país.
Desde 1920 ningún candidato repúblicano recibió la mayoría de votos judíos pero los activistas del partido creen que algo esta cambiando. La organización conservadora Coalición Republicana Judía, puntualiza que cada vez más jóvenes judíos de América tienen tendencias conservadoras y buscan conducciones fuertes y estables en especial luego de los terribles atentados. A pesar de la tendencia, los repúblicanos tienen aún un largo camino hasta transformarse en un partido aceptado para la mayoría de judíos. Muchos judíos, en especial los que tienen más de 40 años, no le perdonan al partido algunas actitudes antisemitas claras. No sólo las tendencias racistas del ex candidato Pat Buchanan sino expresiones del ex primer ministro de Relaciones Exteriores, James Baker, que dijo:"Al diablo con los judíos; igual no votan por nosotros".
Los judíos representan no más que el 4% de los votantes de EE.UU. pero su involucramiento político, su fuerza financiera, lo transforman en un factor importante. A pocos meses de las elecciones presidenciales el votante judío al igual que los demas aún no definió su voto. La situación en Irak y el repunte económico de los últimos meses definirán el resultado en momentos que Bush nivela su caída de popularidad.
Por ahora el final esta abierto.Bush, Lieberman, Dean, Clark, Kerry, Hillary Clinton deberán trabajar duro si quieren el voto judío.Es que con una abuela judía no alcanza.
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