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10-08-2018

Israel y Hamas protagonizan una nueva espiral de ataques y represalias en Gaza

El escepticismo reinante en la mediación entre Israel y el grupo islamista Hamas para lograr una tregua duradera se ha multiplicado con una nueva ronda de ataques y represalias que les puede conducir a un enfrentamiento a gran escala.

A primera hora de la tarde y por primera vez desde la guerra del 2014, las milicias palestinas dispararon un misil contra la ciudad israelí de Beer Sheeva, a 40 km de distancia de la Franja de Gaza. La acción, con clara carga simbólica, no causó heridos pero provocó el bombardeo, previo aviso, de un edificio de cinco plantas en Gaza. Según Hamas, albergaba un centro cultural mientras el ejército denuncia que era usado como centro de efectivos de seguridad de Hamas. El ataque dejó 18 heridos según fuentes locales.

De forma paralela, el gabinete de seguridad israelí mantenía una reunión urgente y decisiva bajo el mando del primer ministro, Benjamin Netanyahu, sometido a una crítica feroz de la oposición y sobre todo de sus bases en la derecha por "no responder de forma contundente a los ataques de Hamas".

"El gabinete ha ordenado al ejército seguir actuando de forma enérgica contra elementos terroristas", señaló el escueto comunicado de Netanyahu tras la reunión. Horas después, fuentes palestinas revelaban que Egipto y la ONU lograron un acuerdo de cese de hostilidades entre las partes a partir de esta madrugada. Desde el gobierno israelí negaron esta información.

El último intercambio de golpes estalló este miércoles con el lanzamiento desde entonces de 200 proyectiles desde Gaza contra varias localidades del sur de Israel causando heridas a una decena de personas. Más de 30 cohetes fueron interceptados por las baterías defensivas mientras la mayoría cayó en campo abierto. Una joven trabajadora tailandesa resultó herida de gravedad.

La Fuerza Aérea israelí respondió con intensas oleadas de ataques contra 150 objetivos de Hamas. Según informó el ministerio de Sanidad del enclave controlado por la facción islamista, durante la ofensiva contra túneles, bases y fábricas de armas un misil impactó en una casa en el centro de la densamente poblada Franja segando la vida de Inas Jamash (23), que estaba embarazada, y de su hija Bayan, de sólo año y medio. En un ataque contra un comando de Hamas, murió uno de sus miembros Ali Ghandur. Hamas le despidió con elogios por "morir cumpliendo el deber de la Yihad".

El portavoz islamista, Fawzy Barhum, responsabiliza a la "ocupación sionista" de la escalada y de "querer frustrar la negociación por la tregua" y alega que Hamas sólo respondió a la muerte de dos francotiradores alcanzados un día antes por el obús de un tanque israelí contra una torre de observación en la frontera entre Israel y Gaza. Según el ejército israelí, fue la reacción inmediata a los disparos de los tiradores contra sus soldados al otro lado de la frontera. Hamas lo niega rotundamente y afirma que sólo participaban en un ejercicio interno. "En respuesta a la agresión sionista, numerosos proyectiles fueron disparados por la resistencia palestina", reivindicó el brazo armado de Hamas.

"Estamos muy cerca de una amplia operación contra el grupo terrorista Hamas. No podemos permitir que ataquen masivamente a nuestros habitantes", comentaba una fuente militar antes de avisar: "Hamas pagará muy caro que haya violado en los últimos meses los acuerdos alcanzados en el 2014".

Bajo la sombra de las bombas y proyectiles, el jefe de Inteligencia egipcia, Abbas Kamel, y el enviado especial de la ONU, Nickolay Mladenov, intensificaron sus gestiones para una tregua duradera. Debido a la escalada, Mladenov anuló este jueves su visita a Gaza donde tenía previsto a reunirse con líderes de Hamas.

En el marco de entendimientos no escritos que intenta coser El Cairo, Hamas debe comprometerse a cesar las protestas y ataques en la frontera -incluyendo proyectiles, disparos y globos incendiarios- iniciados a finales de marzo con la llamada ´Marcha del Retorno´. Israel, por su parte, debe abrir de forma significativa los pasos fronterizos del bloqueado enclave palestino y aumentar el perímetro de pesca en Gaza. Egipto mantendría abierto de forma permanente su paso de Rafah mientras la ONU tutelaría proyectos para combatir la alarmante crisis de Gaza. Qatar y Emiratos Árabes Unidos pondrían el dinero.

Según diversas informaciones publicadas a principio de semana, el liderazgo de Hamas habría decidido aceptar la propuesta. "El objetivo es levantar el bloqueo", revelaba el dirigente Jalil Al Haya, mientras desde su brazo armado apuestan por un enfrentamiento bélico.

Una tregua duradera es prácticamente imposible sin la reconciliación interna palestina que supondría la vuelta de los efectivos del presidente de la Autoridad Nacional Palestina y líder de Al Fatah, Abu Mazen, a la Franja. Pero éste no está dispuesto a que Hamas mantenga intacto su arsenal en Gaza y se opone al acuerdo de tregua entre Hamas e Israel. El rais no ha levantado las severas sanciones económicas (recorte de presupuesto de electricidad y sueldos de funcionarios) contra el territorio de su gran rival interno palestino.

Al anochecer, los teléfonos echaban humo entre Egipto, Gaza e Israel. Con y sin un nuevo y frágil pacto de cese de hostilidades, la calma no será duradera hasta la firma de un acuerdo más sólido.

Fuente: El Mundo.

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