Sefaraires


SEFARAires
Aires de Sefarad en Buenos Aires
Arte y literatura
Monólogo de un boio

Por Alberto Benchouam
saludoso@yahoo.com
Na, esto es muevo para mí, con vuestra licencia, pero unas parás me vienen bien, las gastaré con mis amigos en el café Izmir, la noche que vengan a bailar Las Levìas.
¡Mira bueno!, resulta que unas amigas hicieron un viaje largo y no volvieron todavía, y para embelecar a la gente me contrataron, digamos, de telonero, para que hable una horica sobre mí , ya estoy entendiendo que será como los actos vivos que, entre dos o tres cintas, daban en los cines, Rìvoli, Mitre y Villa Crespo. Pero, ya me avisaron que utilice mi mejor español, que trate de no usar palabras de las muestras, porque en esta esquina de Canning y Corrientes, enfrente de los muñequitos que tocan tango, hay personas de toda clase, ya estoy viendo muchos rusos, de los muestros no estó taseando, por ahí se pusieron por atrás, hacerse ver mucho no se quere, hay que ver las gameedades que dice éste que parece a la buena parte.
Porque, la verdad, ¿boio se ve hablar? Calabazaliques.
Bueno, me presento yo soy el más conocido de los, de los (lee un papelito que saca de un pliegue de su cuerpo) bocaditos sefaradíes, ningún otro, no daré nombres, puedo ganarme y calculo que existo, aunque nadie pudo reconstruir mi árbol genealógico—como verán pregunté y me ambecé bastante-, desde que los judíos nos afincamos en la España. Na, una persona muy sabida me explicó que ellos hacían sabrosos guisos, guardaban lo que sobraba y lo comían otros días. Los llamaban ropavieja, y lo utilizaban también para rellenar masas y pasteles. Nosotros, no podemos servir en la mesa cosas que no sean casher; entonces me hacían sólo de verduras o queso y huevo, y a alguien se le ocurrió el jandrayo: andrajo, y que en realidad eran berenjenas, cebollas, tomate, mezclados, y si alguno de la inquisición nos demandaba cualo era, mosotros decíamos…y chancho también echamos en el relleno, señor cura, algunos se convencían, pero otros nos quitaban locos, buscando otros signos de, bueno, hoy éste no es nuestro hecho.
También mi origen, aunque ahora soy judío auténtico, pudo estar en otros pueblos, muchos hacían panes y pastas extrañas, a propósito en estos días me mostraron cantidad de libros de cocina sefaradí, recetas, libros en ediciones de lujo, cómo se hace y cocina, paso a paso, con fotos como lo bueno del mundo, pero yo soy meshé, cabeza dura y les dije que guarden esas finezas en las bibliotecas, que me las arreglaría con lo mío, no quise fotos ni fotocopias de hermosas mesas, solos, con entradas, o combinados con otros manjares, señoritas que muestran utensilios de diferentes metales y explicaciones sobre calorías, eso no lo quiero, aunque les agradezco el haberme hecho tan famoso y conocido, pero, hoy, quiero contarles historias que por ahí no saben, por ejemplo, un cuento .Sí, dicen que una babá, le mezquinaba a la nuera, las noches y días de shabat la comida buena, y a esta última le gustaban mucho, bueno, modestia aparte , vosotros ya me están entendiendo (cierra un ojo con picardía). ¿Cualo que hizo la mujercita? .En la noche se ponía cerca de la puerta de la vieja, y hacía como la voz del huerco, ronca, tenebrosa se dice?-.Boios y burrecas a un carar, porque si no, a la grande de la casa me la va a llevar! Y así varias nochadas, hasta que la babá se espantó y le puso, desde entonces, mesa como lo bueno del mundo.

Sigamos, ya me olvidé que el café Izmir cerró hace años, me gastaré la plata mejor en un sobretodo, no soy papú, ni quero, todavía que el Dió me de muchos años, y que vosotros lo vean. Pero, dejemos la babayadas, les contaré que así godrico como me ven, en tiempo de la guerra del turco con el grego, en Izmir, las muyeres djudías, que las pobres quedaban con hiyos chicos porque los maridos venían a la América, me cocinaban luchando con los hornos y los fuegos que el viento trataba de amatar, levantaban unos tendjerés pesgados y recorrían las callejas para ofrecerme a los soldaditos, que se entesaban enteros.
Después, si averiguan ¿sabrán que aquí, en Buenos Aires, muchas chicas ayudaban a sus maridos o pagaban créditos, cocinándome en sus departamentos y entregando paquetes como, delivery?, o más para venderme para fiestas y convites.
Na, historias, pero me acuerdo siglos y siglos en Europa y Turquía, los vendedores llevaban los pailones en alto y pregonaban:”Merquen los boios de Salamunico Peres o de Rajel la rodeslía, o de Mercada Mayo. Llevarse un boguito con unos diez o doce para convidar, o de regalo, era una




costumbre. Hasta no hace mucho, cuando la gente regresaba de una berajá o casamiento, no faltaba alguien que pedía - ¿Me trajiste un buico?-.De ahí que, mejor no lo digan, yo desaparecía en los mejores bolsillos o carteras, a las calladas.

Y las carreras, na, cuando hay un acontecimiento alegre, porque para los midrashes también me servían con huevos jaminados, fuera de vuestra cara, pero en las recepciones, ¿Estoy hablando bueno?, los desmazalados mozos tienen que correr levantando las bandejas con los brazos, sino a los veinte metros no queda un…bueno pasa lo mismo con los mamuls y los knishes, que ahí veo a un rubio que está devorando unos cuantos, señor más respeto que está haciendo ruido, yo soy importante. Na, así como me ven redondo o triangular y casi sin gracia, apenas sale el guezmo, se me tiran encima y piden, demandan después de generosos platos ¿No quedó un buico? O dos o tres, para mi hijico, que se quedó en la cama. La dueña, la pobre, primero se las arregla, pero, ¿De ande que quite más?, El Dió que le de.

Después también sacaron moda de venderme en bandejas, en las dietéticas, sin sal, con poco queso, con relleno que nadie sabe cualo es, chiquiticos, chiquiticos, y Amàn, Amàn, es mejor que encarguen una buena pizza o tarta, voy a ser honesto, yo soy un boio orgulloso, y las modificaciones me restan identidad, vieron como me ambecé, hasta un intelectual medio borracho el sonso, dijo, delante de mi plato en un cumpleaños, que yo era como la magdalena de Proust, avivaba y desencadenaba un mundo de recuerdos infantiles, na, lo están mirando encantados, y él aprovechó para meterse otro en la boca, mira, no entendí lo que diyo, pero no dejó uno ni para minyan.
Bueno, basta de jadras, pero no puedo dejar de contar que soy la única, digamos comida sefaradí, que entró en los restaurantes a nivel internacional, figuro en los menús orientales, griegos, armenios, árabes, hasta el gran cheff Abdala, me tiene apuntado y les explica a sus alumnos el procedimiento a seguir, ingredientes, la masa, fina, fina, lugar donde colocar la verdura, cerrado, según el ingrediente, cocción, presentación y degustación. Miren señores, a mí se me termina mi horica de acto vivo, y en realidad creo que merecía más público, haber los muestros que levanten la mano, ya ni en los cafés se los ve jugando, a los pobres, que más les van a quitar, bueno, emprimero el Dió.

También como todos tengo mis penas y alegrías. Una vez le tuve que dar una buena dada a un adicto, a mí, por supuesto, porque me devoraba y decía “El comer y el rascar todo es empezar” y es famosa, en mi querido barrio, la anécdota, que cuentan varios, del boiero, que vendía su mercadería a un precio bastante alto y dejaba comer todos los que sus clientes deseaban, a los tres les daba un vaso de agua para terminar. Uno no está pidiendo el líquido, na, toma agua, le solicita el boiero, y el otro sigue y sigue. Na, djidió, tú no bebes esta fresca agua?.- Si, Sr. León, pero cuando estoy llegando a la mitad.

Ahora sí me voy, quedaron cuentos para otra vez, ah, también escuché a muchas nietas o hijas pidiendo a las mujeres grandes que les enseñen, prometo facilitar estas hechas buenas. Gracias y por favor aplaudan más que en el cine, recuerden que soy un artista aunque intentar el monólogo es nuevo para mí. Les contaré, y ya me voy, que una vez, un djidió se estaba muriendo, con los mallajines junto a su cama, para bueno lo llevarán al cielo. El hombre, que ya se está conformando con su suerte pero era medio pesgado, al ver a los ángeles, no deja de preguntar ¿Y ahí hay boios? Sí, muchos, le dice uno, Y de jandrayo?¿Y de queso o papa y huevo? Si, ¿Y de espinaca o acelga y muchas verduras? , ¿y bien cabareados?. Al mallaj que estaba callado se le tomó la cabeza y perdió la paciencia: Amán, Patrón del mundo, Patrón del Olam, mira benadam, ¿de ande escuchates tu que en Ganeden hay góndolas vacías?

Ambezar: aprender / Babá: vieja / Papú: viejo / Huerco: diablo / Carar: cantidad / Tendjeré: recipiente para cocinar/ Berajá: oración / Desmazalado: sin suerte / Guezmo: aroma, olor / Cacareado: bien lleno / casher: apto para el consumo /
Paras: dinero / Tasear: mirar / Gamedades: acciones de un gameo (camello), equivalente a burrada.




 

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