La Voz Judía


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Las enseñanzas del Rambam

El Rambam no era sólo uno de los más grandes sabios de la Torá de todos los tiempos, sino que también fue un reconocido experto en medicina, que atendió como tal en forma personal al Sultán Saladin en Egipto y que compuso numerosos textos médicos sobre una amplia variedad de temas.
De hecho, el Rambam dedica un capítulo entero en su monumental código halájico, Mishné Torá (Hiljot De’ot, cap.4) al tema de la salud, señalando que mantener la salud es una parte vital de la observancia de la Torá.
Antes de presentar su detallada guía para la buena salud, el Rambam se refiere a los principios generales que uno debería seguir para mantener un buen estado físico.
Los dos factores más importantes, él escribe, son las cantidades de comida que uno consume y el apropiado régimen de ejercicios. Y el segundo factor más importante es la calidad y la distribución de las comidas.
De acuerdo al Rambam, la mayoría de las enfermedades provienen, o bien de un exceso en la ingesta de alimentos o de haber comido comida en mal estado. El considera que esto es al menos parte de lo que pretende transmitir el Rey Salomón cuando escribe en Mishle (21:23): “Aquel que cuida su lengua y su boca, se estará previniendo del dolor”.
Uno evita el dolor físico a través de cuidar su boca del exceso de comida o de la comida no saludable.
Más adelante el Rambam agrega que alguien que no realiza ejercicios o que no realiza un desgaste físico adecuado, se sentirá frágil y sufrirá de dolores, aún cuando coma adecuadamente.

Preparando el cuerpo antes de la comida

El Rambam también decía que además de mantener un adecuado protocolo para los momentos de la comida, uno debería preparar su cuerpo previo a la misma. El recomendaba ejercicios antes de comer o hacer al menos un pequeño esfuerzo físico como caminar. Una ducha caliente, escribe el Rambam, también es beneficiosa. Uno debe asegurarse que su cuerpo se ha enfriado por completo antes de comer.

Alimentos permitidos, alimentos que hay que evitar

El Rambam hace una lista de algunos alimentos y categorías de los mismos que recomienda evitar. Entre estos se incluye: el queso muy estacionado y salado, el pescado y la carne, los hongos y las comidas que tienen olor fuerte o gusto amargo. El Rambam describe a estos alimentos como “un veneno para el cuerpo”. Los peces grandes y el queso deben ser comidos ocasionalmente y en pequeñas cantidades. Los siguientes alimentos pueden ser ingeridos pero en pequeñas cantidades: dátiles, pan tostado untado con aceite, harina blanca refinada. Arvejas, lentejas habas, cebollas, ajo, mostaza y rábanos deben ser comidos solo en invierno. El calabacín debe ser comido sólo en los meses de verano. El vino y la miel son beneficiosos para las personas mayores, especialmente durante el invierno, pero van en detrimento de la salud de la gente joven.
El Rambam termina subrayando que quienes hacen el esfuerzo de seguir estas instruciiones para mantener la buena salud tienen mucho “coraje”.

La manera adecuada de dormir

El Rambam recomienda esperar 3 ó 4 horas despues de comer antes de ir a dormir. Se debe dormir ocho horas de noche, y despertarse antes de la salida del sol. A fin de ayudar la digestión, uno debería dormir de costado en lugar de hacerlo boca abajo, sobre el estómago o sobre la espalda, comenzando la noche sobre el costado izquierdo y luego volviéndose sobre el costado derecho, a mitad de la noche.

Un red comunal de salud

Al concluir este capítulo, el Rambam hace una lista de los diez servicios que debe brindar una ciudad a sus habitantes. Esta incluye –además de instituciones religiosas tales como una sinagoga, una corte rabínica y un maestro de escuela- espacios para la salud con un médico, una casa de baños y agua pura potable.
Según su opinión, una comuna asume la responsabilidad de proporcionar los elementos básicos para posibilitar a sus residentes tener una vida saludable.
El Rambam escribe: “Como mantener un cuerpo completo y saludable está entre los caminos de D”s, dado que es imposible comprender o adquirir cualquier conocimiento sobre el Creador cuando uno está enfermo, uno debe distanciarse de las cosas que son perjudiciales para el cuerpo…”.
Un estilo de vida saludable no es sólo una buena idea, sino una obligación religiosa incontestable, una responsabilidad que nos debemos no sólo a nosotros mismos, sino también a nuestro Creador”.

 

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