La Voz Judía


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Ha Rav Menajem Ziemba, Hy”d
Por E. Shdeour

El Rav Menajem Ziemba nació en Praga, un suburbio de Varsovia, en 5643/1883. Su abuelo era un jasid del Rav Mendel de Kotzk y del Rav Itzjak Meir de Gur.
Rav Menajem dirigió algunos masejtot cuando sólo tenía 6 o siete años de edad, asombrando a sus maestros con su rápida comprensión y su memoria certera.
Cuando tenía 18 años de edad Rav Menajem se casó con Mindel, la hija del Reb Jaim Yeshaya Cederbaum de Praga, un rico industrial. Dedicado por entero al estudio de la Torá, Rav Menajem estaba en contacto con todos los Guedolei Torá del mundo. Muchos cargos le fueron ofrecidos pero él no aceptó ninguno.
Rav Menajem heredó el negocio de metales de su suegro. A él le gustaba que su esposa y sus hijos pudieran asistirlo, en cambio si se convertía en Rav ellos no iban a poder hacerlo y él perdería más tiempo en aprender.
Como encargado de un negocio, Rav Menajem actuaba con extrema humildad. Ninguno de sus incautos clientes hubiera soñado jamás en que estaba parado frente a uno de los más grandes estudiosos de Torá de Polonia.
Cada tarde, un grupo selecto de bajurim se reunían en su casa y él les daba un shiur de seis o siete horas enseñándoles a sus estudiantes sus métodos de análisis.
En 5679/1919, Rav Menajem publicó su primer libro, un responso, Zera Avraham. En 5688/1928 publicó Gur Aryeh Yehudah, escrito por su hijo Moshe Yehudah Aryeh, quien falleció de neumonía pocas semanas antes de su casamiento.
La mayor parte de los escritos de Rav Menajem nunca fueron publicados, y fueron destruidos en el Gueto de Varsovia.
La Gran Depresión forzó a Rav Menajem a cerrar su negocio y a buscar una posición como rabino. Le ofrecieron un cargo como Rosh Ieshivá Jajmei Lublin luego del fallecimiento de Rav Meir Shapira z´l, pero él eligió permanecer en Varsovia y visitaba Lublin periódicamente para enriquecer su espíritu.
En 5695/1935 fue designado para formar parte del Vaad HaRabanim de Varsovia. En ese mismo tiempo Rav Menajem se convirtió en miembro activo de Agudat Israel. En la primera Knesiáh Guedolá fue nombrado secretario honorario de Moetzet Guedolei HaTorá.
Cuando los nazis conquistaron Varsovia, en 1939, ellos persiguieron a Rav Menajem y la familia debió ocultarse. En Elul de 5702/1942, la Rebbetzin Mindel y sus hijas menores Leah y Doba Rajel fueron enviadas a Treblinka.
En Janucá de 5703/1942, Rav Menajem se convirtió en Director de la organización Ezrat Torá, que asistía a los bnei Torá y a los Rabbanim que estudiaban Torá clandestinamente, usando fondos provenientes del Joint y de personas de buena voluntad. De este modo, el estudio de la Torá no sufrió interrupciones en el Gueto hasta su destrucción.
Aunque se hicieron esfuerzos en Suiza para salvar a Rav Menajem, y clérigos de Polonia ofrecieron ayudarlo, él se negó a abandonar a sus hermanos judíos en el gueto, atando su destino al de ellos.
Durante el levantamiento del Gueto de Varsovia, Rav Menajem se ocultó en un búnker con el resto de los miembros de su familia. Al tercer día, cuando las cosas se habían calmado, ellos intentaron escapar del sofocante búnker hacia otro edificio. Mientras corría, Rav Menajem recibió algunos disparos y murió. Los sobrevivientes, incluidos sus hijos, lo enterraron en una tumba temporaria en el patio de donde habían vivido. Unos pocos días más tarde, los nazis completaron su conquista del gueto y enviaron al resto de los miembros de su familia a Maidanek, donde todos murieron.
En 5718/1958, el gobierno polaco decidió arrasar con los restos del gueto. Los familiares de Rav Menajem que vivían en los EE.UU. se apesuraron para buscar su tumba. Ellos reenterraron sus restos en Har Hamenujot. Decenas de miles de personas asistieron a su funeral.
En el prefacio de Gur Aryeh Yehudah, Rav Menajem escribió el siguiente dvar Torá:
Jazal estableció que en presencia de una persona fallecida, uno sólo puede decir palabras que hayan pertenecido al difunto. Sin embargo, dice el Midrash (Kohelet Rabbah, 7:9) que, en presencia del féretro de Rabi Shimon ben Yehotzedek, Rabbi Yojanan preguntó: “Si alguien consagrara un korban olah al Bedek Habayit, ¿cuál es la halajá?
No había contradicción sin embargo dado que en su sabiduría él aludía a la grandeza de Rabi Shimon. El solía decir que Rabi Shimon había dedicado su vida entera a servir a Hashem, no tomando de este mundo nada para sí mismo. El era un korban olah, entregado por entero en su mizbeaj. Como tal, su deceso por cierto fue beneficioso para “bedek habayit”, lo cual significaba que provocó una enorme expiación para su generación.
Nuestra tarea es adosar sus méritos a nuestro mundo a través de repetir los pensamientos de la Torá.
Ese es el verdadero propósito de la frase “las palabras del difunto”.

 

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