La Voz Judía


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Baruj Rofei Jolim

Diálogo con el Dr. Daniel Clair
Semanas pasadas el mundo judío Ortodoxo se reunió en una plegaria mientras Hagaon Harav Shalom Yosef Elyashiv, shlita, atravesaba una cirugía vascular. Agradeciéndo muchísimo a Hashem la cirugía pasó exitosamente y el Rabino Elyashiv volvió a su casa dos días más tarde. Este tipo de cirugía en extremo delicada fue llevada a cabo por el Dr. Daniel Clair, Director del Departamento de Cirugía Vascular de la Clínica Cleveland. El Dr. Clair amablemente concedió una entrevista para referirse a sus impresiones sobre este gran sabio.

¿Cuáles son sus antecedentes?

Yo crecí y me eduqué en el estado de Nueva York como católico practicante. Tengo 15 hermanos. Luego de asistir al Hamilton College fui a la Universidad de Virginia en Charlottesville, y posteriormente hice mis prácticas en cirugía general y vascular. Durante unos años fui al servicio militar en una base de la fuerza aérea y luego me mudé a Cleveland donde trabajé en la Clínica Cleveland. Cuatro años más tarde regresé a Nueva York donde fui nombrado Jefe de Cirugía Vascular en el Hospital Presbiteriano de Columbia.
No obstante, dado que a mi esposa, quien había crecido en una granja, no le gustaba Nueva York y quería volver a Cleveland, regresé a la Clínica Cleveland donde me nombraron Director del Departamento de Cirugía Vascular.
¿Cómo tomó contacto con el Rabino Elyashiv para su tratamiento?

Hace aproximadamente ocho años, mientras trabajaba en el Hospital Presbiteriano de Columbia, conocí a un hombre llamado Zalman Silber. En aquellos tiempos, Rabi Elyashiv tuvo un problema muy serio que puso en riesgo su vida con la ruptura de un aneurisma aórtico. Sus radiografías fueron enviadas a los EE.UU. donde varios doctores las analizaron. La mayoría de los médicos pensaban que era demasiado anciano como para soportar la típica y compleja cirugía de cinco horas de duración que sería necesaria para solucionar su problema. Ellos también pensaban que él no era apto para un procedimiento más simple y mínimamente invasivo que quizás pudiera resolver el problema.
El Sr. Silber me trajo esas radiografías y luego de evaluar la situación consideré que era apto para ese procedimiento mínimamente invasivo, y yo estaba dispuesto a realizarlo. Yo volé hacia Israel para realizar la cirugía y la misma resultó exitosa. Desde entonces, con el Sr. Silber nos convertimos en buenos amigos, y seguí atendiendo al Rabino haciendo periódicas evaluaciones basadas en estudios que me envían desde Israel. Hace poco, los resultados de los estudios eran preocupantes y recomendé otro procedimiento.

¿Puede contarnos como fue su viaje y los arreglos que tuvo que hacer, etc.?

Zalman (Silber) arregló el viaje y el transporte de todo el equipamiento médico. Con la ayuda de la comunidad judía, incuído el Presidente de Israel, Shimon Peres, pudimos llevar todo sin problemas. Poco después de llegar, me dirigí hacia el hospital y comencé los preparativos para la cirugía. Todo esto requirió una enorme coordinación. Entre otras cosas, yo tuve que conseguir una licencia temporaria para hacer la cirugía en Israel. Todo esto fue una carrera contra el tiempo que hicimos con la ayuda de Zalman y de toda la comunidad. Era interesante verlo –nosotros todos podemos aprender de cómo en la comunidad ortodoxa se ayudan los unos a los otros para conseguir que se hagan las cosas.

Estamos asombrados de ver cómo se recuperó tan rápidamente, con la ayuda de Hashem. ¿Estaba previsto que volviera a su casa tan pronto?

Era lo esperado y resulta importante en términos del cuidado de una persona de su edad. Para alguien de edad avanzada, cada día en cama puede significar uno o dos meses más de recuperación. Mi objetivo era apurar su regreso al hogar y su retorno a sus actividades cotidianas lo más pronto posible. Yo me sentí muy contento al ver que esto estaba sucediendo; eso estaba en mis planes, pero uno nunca puede estar seguro.
¿Qué nos puede decir sobre cómo fue su relación con el Rav Elyashiv?

Hubo un par de cosas verdaderamente excepcionales. Teniendo en cuenta que él tiene 101 años de edad, cuando por primera vez me dirigí hacia su habitación en el hospital , él estaba sentado frente al escritorio estudiando. Yo empecé a hablarle acerca de la cirugía y él me preguntaba hasta los más mínimos detalles. Claramente él entendía cómo procesar la información y tomar decisiones. Rabi Elyashiv hizo algunas preguntas muy pertinentes sobre el procedimiento incluido los riesgos y el postoperatorio. Era muy impresionante ver a alguien de esa edad estar tan involucrado en la información y en la toma de decisiones.
Por otra parte, yo no se cómo explicarlo, pero él obviamente es una persona especial. Yo pude darme cuenta de ello apenas lo conocí. Su presencia genera un sentimiento de respeto. Cuando volví con él a su casa después del procedimiento tuve una mejor percepción de cuán gran persona es, dado que había entre 50 y 100 personas en su casa esperando para verlo. Puedo imaginar entonces la importancia que tiene para la comunidad.

¿Qué lecciones pudo aprender de esa experiencia?

Yo observé en qué medida tanta disposición y voluntarismo son capaces de ofrecer beneficios esenciales para las personas una comunidad.

¿Quiere agregar algún comentario final?

Después del procedimiento, el Presidente Shimon Peres en persona vino a vernos a mi y al profesor Brian Kolar –un técnico en radiología que jugó un rol esencial en la realización de la cirugía-, y nos agradeció por nuestra actuación profesional. Nosotros hablamos con él durante unos 15 minutos. Mientras estaba por dirigirme hacia el aeropuerto, la familia del Rabino me detuvo un momento y me regaló algunas fotos del Rabino dándome la bendición, tanto antes como después de la operación. Esas fotos ahora están colgadas en mi consultorio.
Esa era sólo una parte de las numerosas expresiones de agradecimiento que recibí de la comunidad judía en relación a mi participación, y todo ello me dio una enorme satisfacción.
Desde mi perspectiva personal, fue un verdadero honor haber participado en el proceso de asistencia de alguien que es tan venerado en todo el mundo. Francamente, es estremecedor.

 

La tribuna Judía 52

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