La Voz Judía


La Voz Judía
¿Por qué ser judío?
Por Rav Shlomó Wiener

LIBERTAD DE CULTO....
¿ASIMILACION?
Durante miles de años, los judíos jamás siquiera pensaron en hacerse la pregunta de “¿por qué ser judío?” Era algo incuestionable. Era considerado un privilegio tal ser judío que a la gente no se le habría nunca pasado por la mente algo semejante. No importaba cuánto hubiesen sufrido los judíos por su identidad, se apegaban a su carácter judío como si sólo eso valiese la pena en la vida. Incluso los judíos más simples preferían morir antes que renunciar a su identidad judía.
Hoy en día, sin embargo, ha habido un cambio radical en la situación. En la mayoría de los países los judíos ya no son perseguidos y pueden practicar el judaísmo a su parecer, una libertad que se nos ha permitido sólo en algunas ocasiones en los últimos 2000 años. Sin embargo, muchos judíos no ven la necesidad de ser judío. Adoptan voluntariamente otras religiones y culturas, abandonando una religión y cultura por las cuales sus antepasados hubieran dado la vida. Veamos algunos ejemplos. “Los judíos paro Jesús” y los “judíos mesiánicos” son actualmente organizaciones que han ido expandiéndose y ramificándose a todos los países del mundo. A ella pertenecen judíos que han renunciado al judaísmo para convertirse al cristianismo. En muchas comunidades, la cantidad de judíos existentes en esa organización ha alcanzado niveles epidémicos. Los Haré Krishna son otro ejemplo. A principios de los años 80, la secta de los Haré Krishna era llevada por un cuerpo de diez hombres, de los cuales siete eran “antiguos” judíos. Haré Krishna es una religión al estilo occidental basada en el hinduismo, y pareciera que una cantidad impresionante de judíos está adoptando sus preceptos.
Para colmo, tenemos el síndrome de los matrimonios mixtos que se ha convertido en una verdadera plaga. En Latino América, más de la mitad de los judíos se casa fuera de su fe, y en los Estados Unidos, el porcentaje es similar.
¿Qué ha pasado con el pueblo judío para que se produzca una situación como ésta? ¿O simplemente, por qué debiera una persona detener esa ola de asimilación y mantener fuerte y persistente su consagración como judío? Es decir, ¿por qué debiéramos ser judíos?
En realidad, existen dos tipos de judíos: los judíos de “nacimiento” y los judíos “por elección”. Este último nace judío pero busca ampliar esa realidad biológica a algo más significativo. Al buscar un mayor significado en su identidad judía se convierte en un judío por elección y no sólo de nacimiento. Por lo tanto, el primer paso para seguir siendo judío es transformarse en un judío por elección y dar un cierto significado a nuestra identidad judía.
Muchos judíos intentan encontrar ese significado en la cultura judía y no a través del judaísmo. Después de todo, tenemos una de las culturas más ricas del mundo, nuestra propia tierra (Israel), nuestro propio idioma (el hebreo y en algunos casos el yiddish), y muchas comidas excelentes (guefilte fish, sopa de pollo, etc.).
También tenemos a muchas grandes figuras de las cuales podemos sentirnos orgullosos, partiendo por el gran Abraham, pasando por Moisés, Maimónides, y concluyendo con Einstein y Freud (aunque podríamos no concordar con sus pensamientos).
Sin embargo, si damos un paso en la historia, vemos que la cultura no es suficiente para mantener la identidad judía. Tomemos por ejemplo, la situación siguiente: llega a Chile un brasileño, tres generaciones atrás. En la primera generación, habla portugués y observa todas las costumbres de su país. En la segunda, los niños sólo observan algunas de las tradiciones y el portugués ha sido reemplazado por el español. En la tercera, los nietos podrían incluso ni siquiera saber que son de descendencia brasilera, Es decir, toda huella de la cultura brasilera ha sido borrada en sólo tres generaciones. Sucede lo mismo con aquellos judíos que tratan de justificar su identidad a través de la cultura. En la época griega, los judíos helenizados intentaron conservar la esencia cultural de su identidad judía y fueron completamente absorbidos por la sociedad no judía. Está sucediendo lo mismo en los Estados Unidos con aquellos judíos que basan su identidad en la cultura y, lamentablemente también en Latino América.
IDENTIDAD A TRAVÉS DE LOS VALORES
La cultura no es ciertamente suficiente para justificar y mantener nuestra identidad judía. Sólo cuando nuestro carácter judío representa un conjunto de valores es posible justificar el deseo de querer seguir siendo judío. La cultura es algo superficial que se desmorona con sólo un pequeño golpe, mientras que los valores se arraigan y es mucho más difícil desecharlos. Sólo si poseemos un concepto de moralidad judía podremos profundizar nuestra existencia como judíos. Pero la pregunta es ¿dónde encontrar ese conjunto de valores verdaderamente judíos que sean únicamente nuestros?
Hay, por supuesto, una sola respuesta: la Torá. De hecho, la palabra “judío” en si se originó hace mucho tiempo atrás con el descubrimiento de una nueva religión llamada Judaísmo. Por lo tanto, separar la identidad judía del judaísmo es como dejar una planta sin su raíz. La Torá es la única expresión existente de valores verdaderamente judíos. Todos los demás documentos filosóficos judíos son sólo intentos de algunos pensadores judíos para adaptar o reformar un pensamiento no judío. Kafka, Spinoza y Freud fueron judíos con un discernimiento filosófico brillante, pero quedaron dentro de los límites de la filosofía no judía y de la economía. Sólo nuestra Torá representa un sistema judío de moralidad sin influencia no judía. Por lo tanto, si buscamos un sistema de valores verdaderamente judío, debemos comenzar por examinar la Torá.
El código moral de la Torá ha sido aceptado tantas veces universalmente que ni siquiera sabemos que esos principios tienen su fuente en la Torá. Tomemos, por ejemplo, el concepto de “libertad de elección”. Antes de que se nos entregara la Torá, el hombre no tenía claro este concepto en su mente. Casi todos en el mundo pensaban que el hombre era controlado por las fuerzas del destino o “los dioses”. Es decir, la humanidad creía en la predestinación. Pero después de que la Torá proclamó que el hombre era libre de elegir su propia moralidad, el mundo entero aceptó el principio de la libre elección. Este es el fundamento de todo sistema legal en el mundo actual (es decir, el concepto de culpabilidad individual), probando así la inmensa influencia de la Torá en el pensamiento de la humanidad.
La existencia de D’s es otro de los principios que tiene su origen en la Torá. Antes de que recibiéramos la Torá, no existía ningún otro documento que proporcionara una visión monoteísta de D’s. De hecho, el cristianismo e Islam fueron creados en base a este principio que se nos reveló en la Torá, Hoy en día, más de la mitad del mundo cree en lo existencia de D’s. ¿Quién hubiese pensado que ese concepto proviene de la Torá?
Otros de los conceptos de origen claramente judío es “ama a tu prójimo como a ti mismo”. El mundo no judío ha denominado este principio, “lo Regla de Oro”, y se ha atribuido su mérito, pero en verdad, se originó en nuestra Torá. “Ama a tu prójimo como a ti mismo” es el fundamento de la bondad humana y de los buenos modales, y ha contribuido más que cualquier otro principio filosófico a hacer del mundo en que vivimos un lugar más civilizado.
Lo llegada del Mesías es otro de los conceptos que se nos reveló en la Torá. Todos las religiones del mundo tienen algún tipo de concepto mesiánico y, nuevamente, su fuente es nuestra Torá. Existe un sin número de otros principios morales cuyo origen es la Torá y que ha sido aceptado casi universalmente. Pero pasemos a nuestro punto siguiente.
Vemos entonces que la Torá es un profundo sistema de valores y moralidad, cuya influencia en la humanidad ha sido inmensa. De hecho, no veo ningún otro sistema de valores que haya aportado tantas ideas nuevas al mundo y que haya ganado aceptación casi universal. El Cristianismo y el Islam contienen muy pocos conceptos nuevos, y éstos han sido siempre tema de controversia. La filosofía griega está prácticamente obsoleta, e incluso los liberales ya no toman muy en serio el liberalismo. La Torá es la única que parece haber perdurado para que muchos de sus principios fuesen aún aceptados 3.500 años después.
Es sólo a través de este sistema de valores de la Torá que podemos mantener nuestra identidad judía. Cuando el ser judío representa una forma de vida que se ha mantenido intacta durante 3.500 años, quiere decir que poseemos una fuerza que no se desintegrará jamás. Cuando el ser judío representa un sistema de valores que causa envidia en el mundo, tenemos un fundamento que debemos defender. Cuando tenemos un código moral que grita fuerte “¡justicia!” en un mundo cada vez más corrupto, vale entonces la pena luchar por nuestros principios.
Pero muchos judíos se preguntan hoy en día, “¿por qué ser judíos?”, porque se están alejando cada vez más de nuestros verdaderos valores judíos. Mientras más olvidamos la belleza de nuestra Torá, más grande será el vacío en nuestra identidad. Mientras más cultural sea nuestra identidad judía, más nos parecerá ser una carga. Al ser judíos por cultura, nos convertimos en “judíos de nacimiento” y comenzamos a renunciar al titulo de “judíos por elección”.
El Talmud nos hace la siguiente pregunta, con una connotación fascinante:
“¿Qué es más importante, aprender Torá o hacer buenas acciones?” (Tratado Bavá Kammá).
¡Todos, por supuesto, contestaríamos que poseer buenas acciones es mucho más importante! Sin embargo, el Talmud, como de costumbre, nos contesta lo contrario. El aprendizaje de la Torá es más importante, porque nos motiva a realizar buenas acciones. A todos nos gustaría en verdad dar un mayor significado a nuestra identidad judía y llevar una vida mejor. El estudio de la Torá nos ayuda y da la motivación necesaria para alcanzar esa meta, y nos permite descubrir un conjunto de valores judíos y moralidad único que justifica mil veces nuestra identidad judía.
Tratemos de conocer nuestra maravillosa Torá. Nuestras puertas están siempre abiertas y ofrecemos una educación judía auténtica, basada en los principios de nuestra Torá
La clave de lo supervivencia del pueblo judío es que la gente comience a tener un mayor conocimiento del judaísmo. Una persona no necesita ser religiosa para empezar, y no debe sentirse avergonzada por lo poco que sabe acerca del judaísmo. Lo más importante es tener un corazón sincero y desear perseguir inexorablemente la verdad. Así, encontraremos ciertamente la respuesta al “por qué ser judío,”

 

La tribuna Judia 29

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