La Voz Judía


La Voz Judía
EL FINAL DE LA VIDA DE UN TIRANO
Por Ben Moshe

Estamos viviendo una época en la cual el terrorismo está aumentando en todo el mundo. Desafortunadamente, estos ataques ya no nos sorprenden, pasen donde pasen.

Por ello, el hecho de que se haya hecho justicia con el asesino iraquí, Saddam Hussein, fue buenas noticias para mucha gente. No sólo que tuvo que someterse a un juicio, lo encontraron culpable y fue sentenciado a muerte, sino que también cumplieron con la condena de inmediato. Como todo el mundo sabe, fue ahorcado.

Hace cuatro años nadie hubiese creído que Saddam Hussein, quien fue responsable por las muertes de cientos de miles de personas, sería llevado ante la justicia.

A pesar de que muchas personas alrededor del mundo vieron la ejecución de Saddam Hussein por televisión, muchos no creen lo que sí debemos creer – que Saddam Hussein murió y ya no está entre nosotros.

Las atrocidades cometidas por Saddam en contra del pueblo iraquí no serán olvidadas. Ordenó la aniquilación sistemática de decenas de miles de curdos, de los cuales por lo menos 5000 murieron mediante un ataque con gas venenoso al pueblo de Halabja en 1988. Decenas de miles de Shiitas fueron asesinados por fuerzas leales a Saddam durante los levantamientos en el sur de Irak luego de la invasión norteamericana de 1991. Hubo muchos otros incidentes que manifestaron la increíble crueldad de Saddam.

La mayor parte de la gente siente que el presidente de los Estados Unidos, Bush, tiene gran parte del crédito por haber cumplido con la captura de Saddam y haber ayudado a terminar con la vida de una per
sona tan malvada.
A pesar de que sabemos que los Estados Unidos tuvieron un rol principal en la invasión de Irak y en la captura de Saddam Hussein, los norteamericanos no quisieron participar del juicio, de la sentencia o la ejecución, que fueron implementados por una corte iraquí.

En Irak hubo sentimientos confusos respecto a la ejecución de Saddam Hussein. Básicamente los Shiitas se regocijaron y los Sunitas se enojaron. Muchos se quejaron de que la ejecución de Saddam fue apresurada.

A pesar de que la mayor parte de la gente en el mundo veía a Saddam Hussein como a un tirano, los palestinos lo consideran como un héroe. Durante la primer Guerra del Golfo en 1991, cuando Saddam disparó cohetes hacia Israel, los palestinos bailaron sobre los techos de sus casas. Luego envió u$s 25.000 a las familias de cada terrorista suicida palestino y u$s 10.000 por cada palestino que moría en la lucha. Hacia el final de su vida les demostró a los palestinos que no los olvidó. Minutos antes de ser ejecutado dijo que Palestina es de los palestinos. Por eso, no resulta sorprendente que la muerte de Saddam fue profundamente llorada por los palestinos.

Nosotros los judíos sentimos que está bien que haya un malvado menos en el mundo, especialmente alguien que cometió crímenes contra la humanidad.

Esperemos y oremos para que el final de Saddam Hussein sea el principio del cumplimiento del triunfo del bien sobre el mal en el mundo. ¡Debería ser un mensaje para todos los malvados del mundo, ya que lo que le sucedió a Saddam podría sucederles a ellos también!

¡Ojalá todos los enemigos de la humanidad sean destruidos!

 

Nro 405 Shvat 5767 - Enero de 2007

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