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TERAPIAS ALTERNATIVAS: UN AÑO DULCE CON MIEL DE ABEJAS
Por Dr. Moishe Kalman

Nadie pensaría en tener a las deliciosas abejas como animales domésticos; sin embargo, al hombre civilizado nunca le faltó la miel de las abejas.
Por cierto, el producto más conocido y apreciado del panal de abejas, es la miel. Y aún a riesgo de ser aguafiestas, permítame decirle que, como alimento, no tiene grandes diferencias con el azúcar.“¡¿Cómo que no es mejor que el azúcar?!”, me dirá sorprendido. Pues sí. Pese a las diferencias de composición, el empleo de la miel como alimento, así de deliciosa como es, resulta tan nociva para su salud como el azúcar en los casos en que deba limitarse o prohibirse su uso: en problemas de obesidad o de diabetes.
En esta era de la “alimentación sana”, nos han lavado el cerebro al hacernos creer que la miel era un producto alternativo saludable más natural que el azúcar. Y en verdad, no es ni una cosa ni la otra: la miel es tan sólo es menos refinada que el azúcar. Le advertí a un amigo mío que sufría de diabetes, y que comía miel de a cucharadas de un frasco que decía “kosher”, que era una locura hacerlo, y me respondió con mucha seriedad: “¡No seas tonto! Es kosher le Pesaj, ¡no le puede hacer mal a nadie!”.
Esto no significa que la miel no posea propiedades terapéuticas: ella está dotada de virtudes que sirven a diferentes usos para la salud, la mayoría externos, pero también algunos internos.
Así como se emplea para aliviar los síntomas de la fiebre de heno, mascando trozos de panal, también se emplea una variedad de miel (la de Manuka, procedente de un arbusto que crece en una región de Nueva Zelanda, de cuyas hojas liban el néctar las abejas que producen esa miel) para el tratamiento de úlceras de estómago.
Actualmente, en Medicina, la miel tiene múltiples usos externos, como en heridas y úlceras.
Más controversial es el empleo de la Jalea Real, que vendría a ser el alimento con que se desarrollan las larvas de las abejas.
Se comercializa como producto “rejuvenecedor”, en cosmética dermatológica, o para su ingesta en determinadas enfermedades. Pero este misterioso componente no está aún suficientemente testeado por la ciencia moderna.
Con el empleo del Propóleo ya pisamos terreno más firme. Las condiciones en que viven las abejas dentro de un panal lo vuelven muy apto para la transmisión de enfermedades contagiosas, y de tiempo en tiempo los panales han sufrido, históricamente, de plagas que afectan a las abejas, a tal punto que algunas especies ya se han extinguido. Pero en circunstancias normales, las abejas consiguen proteger a sus panales de enfermedades infecto-contagiosas y de hongos, a traves de plastificar interiormente sus paredes con Propóleo. Este es una mezcla de resinas y polen recolectados y procesados por las laboriosas abejas; para los humanos es casi imposible realizar esa tarea.
Antiguamente se empleaba para el tratamiento de lesiones de la piel; actualmente se usa como componente en cremas para fines similares, pero también puede ser utilizado, sin riesgo, para afecciones de la garganta, para combatir infecciones.
Pero a mi entender, el más interesante de todos los derivados de la miel, es el denominado Bee Venom, que se emplea para el tratamiento conjunto del dolor y de algunas enfermedades degenerativas.
El famoso médico romano Galeno curaba la calvicie usando aguijones de abeja en el cuero cabelludo-¡ay!. Nunca escuché que eso se siga haciendo ahora, pero sí se que los aguijones de las abejas se usan para diversos fines terapéuticos. A veces se emplean abejas vivas en acupuntura.
Aunque resulte antipático decirlo, ¡no intente probar ninguno de estos métodos por su cuenta! Recurra siempre a un médico familiarizado con la apiterapia, o a un médico naturópata.

Dr. Moishe Kalman: Osteópata, Naturópata, Acupunturista y Homeópata

 

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