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Falleció el cazador de nazis y conciencia del Holocausto: Simón Wiezenthal z”l

A la edad de 96 años, acaba de fallecer en su casa de Viena, Simón Wiezenthal, el famoso cazador de nazis.
Wiezenthal sobrevivió a 12 campos de concentración, y pasó el resto de su vida dedicado a detectar el paradero de los criminales de guerra nazis que huyeron luego de concluida la Segunda Guerra Mundial y buscaron refugio en distintos paises del mundo. La finalidad de su búsqueda era llevarlos ante la justicia.
Wiezenthal era mundialmente reconocido por su férrea labor, y había logrado localizar a más de 1000 criminales nazis, entre los cuales se encontraban: Franz Stangl, comandante del campo de prisioneros de Treblinka y Sobibor, responsable de la muerte de al menos 900.000 prisioneros, y de Hermine Ryan, supervisora de la muerte de varios cientos de niños en Maidanek. Stangl, luego de tres años de búsqueda, logró ser localizado en Brasil. Y la Sra. Ryan, cuyo nombre de soltera era Braunsteiner, fue ubicada en el barrio de Queens, en Nueva York, donde vivía como una buena señora de su casa. Ambos fueron extraditados a Alemania donde fueron condenados a reclusión perpetua.
Gracias a la evidencias que aportó sobre la ruta de los nazis en América, pudieron ser encontrados entre otros, Adolf Eichmann, en Argentina, en el año 1959.

Biografía
Simón Wiezenthal, z”l, nació en 1908 en Buczacz, región de Ucrania. Su padre falleció en la Primera Guerra Mundial, y su madre se fue con el resto de la familia a vivir a Viena por un corto período de tiempo, volviendo a Buczacz.
Wiezenthal estudió en Lvov y prosiguió sus estudios universitarios de ingeniería arquitectónica en Praga, donde se recibió en 1932.
En 1936 se casó con Cyla Mueller, y vivieron en Lvov hasta que se firmó el pacto ruso-germano para la partición de Polonia.
Lvov quedó en manos del ejército ruso, y sobrevino la “purga Roja” sobre los comerciantes, industriales y profesionales judíos. Wiezenthal fue arrestado por la KGB, su medio hermano fue muerto, y el propio Wiezenthal fue obligado a cerrar su comercio.
Después de haber podido salvarse de ser deportados a Siberia, él, su esposa y su madre, al ocupar los alemanes esa región, en 1941, un ex empleado de su negocio y colaborador de la policía ucraniana, lo salvó de ser ejecutado por los nazis. Pero fue puesto prisionero en el campo de concentración de Janwska, en las afueras de Lvov.
Al decidir implementar los nazis la “solución final al problema judío”, es decir, la Aniquilación del pueblo judío, en 1942, y ponerse en marcha, en toda Europa, la maquinaria genocida, la madre de Wiezenthal fue enviada al campo de concentración de Belzec.
Ese año perecieron en los campos la mayor parte de los familiares de Wiezenthal y de su esposa: 89 miembros en total. Su esposa logró salvarse gracias a su cabellera rubia que le permitió pasar por “aria”.
Wiezenthal logró escapar del campo de Ostbahn, justo cuando los nazis empezaban a exterminar a todos los internos. En 1944 fue recapturado pero logró salvar su vida gracias a la derrota militar de los alemanes en la frontera occidental, a manos del ejército rojo.
En total, estuvo confinado en 12 campos diferentes, hasta llegar a Mauthausen, al norte de Austria. Pesando algo más de 30 kilos, casi al borde de la muerte, fue liberado de allí por el ejército americano, el 5 de Mayo de 1945.
Tan pronto como su salud pudo ser suficientemente restablecida comenzó a trabajar en la Sección de Crímenes de Guerra del Ejército de los EE.UU., recolectando datos sobre las atrocidades cometidas. También trabajó para el Servicio de Contrainteligencia, y dirigió una organización benéfica judía.
En 1947 abrió el Centro Judío de Documentación Histórica en Linz, Austria, pero el contexto no le permitía llevar a cabo sus fines, por lo cual decidió cerrarlo en 1954 y enviar toda la documentación a Iad Vashem, en Jerusalem. Entre los documentos figuraba un registro del criminal nazi Adolf Eichmann, quien había sido jefe del Departamento Judío de la Gestapo y supervisor de la implementación de la Solución Final.

La captura de Eichmann
En el año 1953, Wiezenthal recibió información respecto a que Eichmann estaba en Argentina.
El traspasó esos datos a la embajada de Israel en Viena y también a Nahum Goldman. Pero otra información decía que Eichmann se encontraba en Damasco, Siria. Recién en 1954 Israel recibió la información de que Eichmann estaba viviendo en Buenos Aires con un nombre falso: Ricardo Klement. Eichmann fue capturado en Buenos Aires por agentes israelíes y llevado ante un tribunal en Israel, donde fue juzgado y hallado culpable de genocidio, y luego ejecutado.
La captura de Eichmann le dio nuevos ánimos a Wiezenthal, y reabrió el Centro de Documentación Judío en Viena, concentrándose exclusivamente en la caza de criminales de guerra. Una de sus prioridades era Silberbauer, el oficial alemán que arrestó a Ana Frank, la niña de 14 años asesinada por los nazis luego de haber permanecido escondida durante dos años en un altillo, en Amsterdam. Silberbauer era inspector de policía en Austria en 1963, cuando fue arrestado y confesó su crimen.

El mérito de la memoria
En 1967 fue publicado el libro de memorias de Wiezenthal titulado Asesinos entre nosotros.
Simón Wiezenthal recibió muchos honores por su labor, tales como decoraciones de Austria, Francia, Alemania, Luxemburgo, la Liga de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y el Congreso de los EE.UU.
Contrariamente a lo que se cree, la función principal de Wiezenthal desde el Centro de Documentación de Viena no fue perseguir a los nazis, sino reunir información y analizarla, para lo cual siempre contó con múltiples y variados colaboradores. Así también recibió a lo largo de sus años de trabajo al frente de dicho Centro, múltiples amenazas e insultos, y también, en el año 1982, una bomba estalló en el frente de su casa provocando grandes daños. Desde entonces debió tener custodia policial permanente en su casa y en su oficina.
Más de una vez se le preguntó a Wiezenthal por qué decidió convertirse en un cazador de nazis. Al respecto, él relató en el año 1964, a una revista neoyorkina, la siguiente anécdota.
Cierta vez fue invitado a pasar un Shabat en casa de un sobreviviente de Mauthausen, que se había transformado en un artesano de joyas de muy buen pasar económico. Al terminar la cena, su anfitrión le preguntó: “Simón, ¿por qué no vuelves a construir casas? ¡Te volverías millonario! ¿Por qué no?”.
A lo que Wiezenthal le respondió: “Tú eres un hombre religioso, que crees en D-s y en la vida despúes de la muerte. Yo también creo. Cuando lleguemos al otro mundo y nos encontremos con quienes murieron en los campos, y nos pregunten: ‘¿Tú qué hiciste?’, van a escuchar muchas respuestas diferentes.
Tú dirás: me hice joyero. Otro dirá: yo contrabandeé café y cigarrillos americanos. Y otros dirán: Yo no los olvidé.”

 

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