La Voz Judía


La Voz Judía
La dolorosa evacuación de la Franja de Gaza
Por Menahem Porush

No logro recordar haber estado en una situación similar a la que estamos atravesando ahora – la desocupación de los asentamientos en la Franje de Gaza. Lloramos, suplicamos, gritamos pero todo es en vano.

La noche del lunes 15 de agosto el Primer Ministro Ariel Sharon le habló al pueblo. Admitió que la desconexión de la Franje de Gaza y del norte de Samaria resulta difícil y dolorosa. También mencionó que la disputa respecto a la evacuación causó profundas divisiones en la sociedad israelí. A pesar de ello insistió que Israel no podía tener esperanzas de quedarse para siempre en la Franja de Gaza y que la evacuación unilateral era la única respuesta realista ante la situación actual.

El Sr. Sharon – que habló ante el público y su discurso fue transmitido por la radio y la televisión – no es el mismo Sharon que conocíamos. Cuando se encontró con un grupo de gente que había recibido la orden de abandonar su hogar, hablo con ellos, pero no dijo lo que los líderes querían escuchar. Definitivamente no es el mismo Sharon que conocimos en el pasado.

Es terrible. En las Kinot (Lamentaciones) que pronunciamos en Tisha B´Av podemos encontrar expresiones adaptables a nuestra situación.

A pesar de que Israel haya tomado un paso tan serio como retirarse de la Franja de Gaza, los palestinos no dijeron que de ahora en más habrá tranquilidad. De hecho, hay advertencias de que la situación empeorará mucho más.

Resulta triste que nadie sea capaz de prometer a los habitantes de Gush Katif que de ahora en más el terror se detendrá. Nadie puede prometer incluso que las sinagogas no serán destruidas o que los cementerios serán preservados.
En diferentes ocasiones en el pasado, cuando Israel hizo concesiones a los árabes, los anteriores primeros ministros u otros líderes, recibieron directa o indirectamente promesas de que no habrá más guerra. Por ejemplo, cuando Israel devolvió Sinai a Egipto, el Sr. Menajem Beguin z”l, que en ese momento era Primer Ministro, le dijo a la nación que había acordado esta concesión porque el fallecido presidente de Egipto Sadat le había asegurado que no habrá más guerra con Israel. Ahora no sólo que tal promesa no existe, sino que incluso hay temor de que Israel se esté exponiendo a un peligro mayor que en el pasado.

Por eso debemos comprender que la situación es sombría. Al igual que en Tisha B´Av.

Algunas personas quisieran silenciar el asunto diciendo que existe una promesa respecto a la detención de los atentados, pero nadie lo está prometiendo concretamente. La demanda es de evacuar la Franja de Gaza sin obtener una promesa de que las cosas mejorarán.

El Sr. Sharon envió un mensaje a los palestinos. Después de que Israel se retire de la Franja de Gaza y del norte de Samaria, si los palestinos no aceptan el llamado por la paz y siguen con sus hostilidades contra Israel, Israel responderá con fuego.

Abu Mazen, que es considerado moderado entre los líderes palestinos, dijo que lo que ellos reciben de nosotros es sólo el comienzo y que esperan que seguiremos devolviendo territorios. Esto es lo que el “moderado” de Abu Mazen está diciendo. Este tipo de declaraciones no nos deja con una buena sensación, mientras Israel implementa el Plan de Desconexión.

Los palestinos están bailando sobre los techos y despliegan las banderas de la OLP. Expresaron con mucho orgullo la sensación de que los atentados lograron esta evacuación israelí. Dijeron que la evacuación es una gran derrota para Israel y que seguirán los ataques armados hasta que Israel se retire de todos los territorios. Lamento decir que estas palabras dan aliento para que sigan ganando con los atentados terroristas.

Estos festejos de parte de los palestinos nos recuerdan los festejos cuando ocurrieron los terribles atentados del 11 de septiembre contra los Estados Unidos.

Muchos eventos terribles ocurrieron a lo largo de los años que transcurrieron desde la Declaración de Balfour y más tarde con el establecimiento del estado, pasando por las diferentes guerras y la intifada. De cualquier manera mi lenguaje resulta pobre al querer describir las escenas doloras que estamos viendo ahora.

Era realmente doloroso ver policías golpeando las puertas y diciendo a los habitantes que deben abandonar el lugar. La gente, temblando, preguntaba: ¿No hubo cambio alguno en la situación? ¿Realmente nos tenemos que ir? Estas personas fueron obligadas a abandonar sus hogares, abandonar todo lo que construyeron durante a lo largo de años. La situación era realmente terrible.

Soldados y policías tenían que cumplir la orden de pedirle a la gente que abandone sus hogares. Algunos soldados que entraron a Gush Katif con ordenes de desalojo, terminaron llorando junto a los habitantes del lugar.
Yo, que atravesé muchas escenas dramáticas en mi vida, no pude aguantar las lágrimas al ver cómo padres e hijos con el corazón destrozado y lágrimas en sus ojos, besaban la mezuza y se paraban afuera de sus casas rezando: “Mipnei jataeinu golinu meartzeinu venisrajaknu meal admoteinu”. “A causa de nuestros pecados fuimos exiliados de nuestro país y echados de nuestra tierra”. Aún pronuncian con esperanza la plegaria: “Ani maamin”. “Yo creo”.

El concluir este artículo la radio está transmitiendo cuán terrible es la evacuación de Gush Katif. Mi hijo, Reb Meir Porush, miembro parlamentario en Israel, que en los últimos tres días y noches está acompañando a los habitantes de la zona, me llamó por teléfono y dijo que era difícil describir la terrible situación.

A través del teléfono escuché el llanto de los padres, las madres y los niños. Es trágico que después de haber entregado tanto de sus corazones, mentes y tiempo para construir sus hogares allí, otros judíos vayan y los obliguen a abandonar sus hogares. Lloraron; yo también lloré al escucharlos y estoy seguro que mis lectores también lloran. Uno de los habitantes gritó: Nunca olvidaremos esto. Ni durante los años siguientes, e incluso tampoco durante las generaciones siguientes olvidaremos cómo judíos obligaron a otros judíos a abandonar sus hogares en Tierra Santa.

Hay una plegaria poética de la “Neila” de Iom Kipur que expresa nuestros sentimientos en este momento. La traducción es la siguiente:
“Hemos depositado nuestra confianza en los Trece Atributos, y en las puertas de las lágrimas que nunca se cierran.
Por eso, he volcado mi plegaria ante Él que pone a prueba los corazones.

Confío en esto y en el mérito de los tres patriarcas.

Ojalá sea Tu voluntad, Tu que escuchas el llanto, que guardas nuestras lágrimas permanentemente en Tu frasco y Tu que nos rescatas de todos los decretos crueles, porque sólo en Ti están fijos nuestros ojos.”

 

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