La Voz Judía


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Comunitarias
Graves irregularidades halajicas en cementerio de AMIA

Entierro de una no judia en el cementerio de Berazategui
NO ES CASUAL SINO CAUSAL
Desde hace varios años LA VOZ JUDÍA viene informando a sus lectores sobre como en la AMIA se están degradando los principios sobre los que se ha sustentado la relación que permitía a judíos observantes y no observantes pertenecer a la institción, pues la misma mantenía observancias mínimas que evitaban que los primeros se vieran obligados a crear una nueva entidad que les brindara los servicios de Jevra Kedusha y Kever Israel de acuerdo con la Halaja. Al concluir nuestra nota de la edición anterior, irónicamente titulada “Para el Departamento de Cultura de la AMIA y otras instituciones, ¿El Mesías ya llegó?”, relacionada con la programación de actividades culturales en Tishá be Av, reñidas con el significado de la fecha, no nos imaginábamos que días después lo que nos preguntábamos al finalizarla “¿cómo evitarán que se asocien a la institución personas que no son judías de acuerdo a la Halajá, o sean enterradas en sus cementerios?”, ocurriera. La redacción de LA VOZ JUDÍA, al igual que la de todos los medios comunitarios, es un caja de resonancia de lo que ocurre en la comunidad pues en forma constante azkanim, dirigentes, funcionarios y simples miembros de las instituciones nos acercan informaciones, en algunos casos referidas a irregularidades que se cometieron o pueden llegar a suceder.
En estos últimos casos, lo primero que hacemos es consultar a dos o más personas involucradas, con la finalidad de corroborar su veracidad, y sólo si así ocurre se publica en nuestras páginas. Explicamos este procedimiento de validación de las informaciones que decepcionamos debido a que la que motiva el presente comentario es por demás grave: en uno de los cementerios de la AMIA se enterró a una persona no judía. Este hecho pone en peligro la continuidad de la permanencia como socios de la Kehila de Buenos Aires, la AMIA, de sus actuales miembros raigales.
LO OCURRIDO
El viernes 19 de agosto, luego del mediodía, más de un azkan de reconocida observancia de la Halajá fue llamado por teléfono para contarle que el Departamento de Sepelios de la AMIA había autorizado la inhumación de una fallecida no judía, viuda de un judío, en uno de sus cementerios.
Horas después la información se amplió, ya se sabía los datos de la fallecida, Leonor Oro Karczewsky, hija de de una señora apellidada Scognamilo. La observancia sabática nos impidió conocer más datos, pero en los días subsiguientes, además de confirmar por intermedio de fuentes diversas los datos arriba consignados, pudimos averiguar que el entierro se había producido en el cementerio de Berazategui y que el trámite administrativo había demorado más de lo normal- Qué ocurrió exactamente no lo sabemos y si bien existen varias versiones, no las transcribiremos debido a que no pudimos confirmarlas.
Lo que sí podemos decir es que el personal de la AMIA que se desempeña en el Departamento de Sepelios tiene gran experiencia en su función, en especial su director y una de sus empleadas, que se desempeñan en el mismo desde los años anteriores al atentado a la AMIA.
Esto nos hace pensar que es imposible de que no hayan reparado en el apellido de la madre de la fallecida cuando sus familiares o allegados iniciaron los trámites para su entierro.. Es por ello que consideramos alejado de la realidad justificar lo ocurrido afirmar que fue producto de un error humano, aunque reconocemos que puede ser el único medio para intentar evitar problemas posteriores o tranquilizar la conciencia de quienes tendrían que alejarse de la conducción institucional pues como observantes deberían haber evitado lo ocurrido.
REPERCUSIONES
Lo ocurrido trascendió a varias instituciones raigales de nuestro medio, planteándose sus miembros que hacer ante una transgresión de este tenor a las disposiciones halájicas que rigen el Kever Israel. Sabemos que los azkanim se están movilizando y han de convocar a una asamblea de todos los observantes de la Halajá para fines de octubre próximo, luego de los Iamim Noraim y Sucot, para tomar una decisión al respecto. Para estar debidamente asesorados han convenido consultar con reconocidos autoridades rabinicas especializados en este tipo de problemas de Israel y los EE.UU. e intentar que por lo menos uno este presente en las deliberaciones.Las posibilidades que se están analizando son muchas, pero pueden ser resumidas en tres: 1) dejar de ser socios de AMIA y establecer un convenio con una de las kehilot sefaradi que respetan las normas halájicas de Kever Israel para ser enterrados en su cementerio; 2) convenir con la AMIA que se determine en cada uno de sus cementerios un lugar especial para los judíos observantes, debidamente delimitado en el cual se cumplan estrictamente las normas halájicas tanto en lo referido a las medidas de los lugares, la forma de los monumentos y quienes oficien las oraciones; 3) dejar de ser asociados de la AMIA y formar una nueva Jevra Kedusha que posea su propio cementerio, abierto a todos aquellos judíos que deseen cuidar estrictamente las disposiciones halájicas de Kever Israel.
HECHO OCACIONAL O RESULTADO DE UN PROCESO
Cuando hace algo más de seis años los miembros de Agudath Israel de Argentina decidieron no integrar la Comisión Directiva de la AMIA y en la última elección para el cambio de sus autoridades no presentar su lista electoral, se escucharon voces críticas provenientes de azkanim del resto de los factores ideológicos participantes en la vida política interna de la institución. Los hechos que, desde hace años, venimos informando demuestran que esas voces estaban equivocadas y que la decisión de Agudath Israel de Argentina era la correcta para un factor que se sustenta en la Tora y el cumplimiento estricto de la Halajá.
En las últimas conducciones se produjeron en forma reiterada situaciones que los responsables de la Kehila de Buenos Aires siempre consideraron como actos ocasionales pero que analizadas en su conjunto evidencian que son el resultado de un proceso de pérdida de los valores que a lo largo de la historia no preservaron como una unidad, pese a las diferencias que siempre existieron en nuestro pueblo.
Para no cansar a nuestros lectores mencionaremos algunos pocos ejemplos, que a nuestro entender se encadenan unos con otros.
Uno de ellos es la realización de ceremonias litúrgicas en los cementerios de la AMIA por parte de mujeres, en contraposición con las disposiciones halájicasas, que dejaron de ser ocasionales para convertirse en habituales, sin que las autoridades de la institución hagan nada para prohibirlas. Otra es la formación de mujeres como oficiantes litúgicos (jazaniot y balei kore) que paso de ser una actividad subsidiada en mínima parte a ser patrocinada por la AMIA a la vez que la institución organizo reuniones para homenajear a esas oficiantes que actuaron en kehilot del interior del país y que en su transcurso algún directivo de la Kehila calificara esta flagrante transgresión a la Ley Judía como una abnegada e importante labor. El apoyo económico a escuelas judías en cuya curricula las materias tradicionales judías disminuían su carga horaria mientras que desconoce como integrantes de la red comunitaria a las yeshivot, en la que no se puede negar que se enseña judaísmo, también se inscribe en esta tónica.
La publicación por intermedio de editorial Milá, la editorial de la AMIA, de decenas de títulos anuales en los cuales casi no existen los que se refieran a temas raigales, llegándose a editar por lo menos uno que directamente ataca la esencia de nuestras tradiciones, “La ecología en la Biblia”, que oportunamente comentamos.
Otro de los aspectos es la programación de los actos y actividades culturales, en donde hemos notado la inexistencia de oradores raigales en temas directamente relacionados con nuestra tradición, a la vez que se auspician, y en algunos casos se organizan actos que o bien transgreden la observancia del Shabat, o por su horario impiden a un judío observante participar de ellos por la cercanía con la hora del encendido de las velas sabáticas o de la Havdalá. A esto se le debe sumar la incalificable programación de actos festivos en el pasado Teshá Ve Av.
De acuerdo a nuestra interpretación esta concatenación de hechos no es casual sino causal, respondiendo a una postura ideológica sobre lo que es ser judío enfrentada a la tradicional..
Hace dos o tres décadas los dirigentes pertenecientes a los factores ideológicos no observantes se autodefinían como sionistas y no religiosos pero estaban convencidos que lo primordial era la unidad del pueblo judío, por lo tanto – a diferencia de lsus antecesores – no veían al judío observante como su oponente sino como un hermano que pensaba distinto y se tenía que respetar. Actualmente es muy diferente su manera de ver, pues en estas últimas décadas muchos dirigentes tuvieron que enfrentarse con al realidad de que su alejamiento de la forma de vida tradicional judía hizo que sus hijos y/o nietos se alejaran tanto que terminaron casando con no judíos y en lugar de reconocer su error aceptaron que los rabis reformistas o conservadores les “solucionaran” el problema mediante inaceptables conversiones La influencia de estos personeros de la asimilación, gracias a esos dirigentes, se expandió y se convirtieron en sus “líderes espirituales”, convenciéndolos que la observancia de la Halajá, tal como está escrita y legislada, es obsoleta. Esto es tan así que en las últimas cadencias de la AMIA, en más de una oportunidad algunos de esos rabis fueron oficialmente invitados a participar de actos a los que el lugar que se les asignó debería haberlo ocupado el Gran Rabino de la Kehila.
Como muchos de esos líderes espirituales viajan en Shabat, no comen casher, ofician enlaces entre judíos y no judíos falsamente convertidos al judaísmo, aceptan que se entierren no judíos en un cementerio que ellos consideran judío, que otra cosa podemos esperar que hagan los dirigentes que se consideran sus seguidores sino emularlos.
Frente a esta realidad, pese a que siempre hemos pregonado la necesidad de la unidad comunitaria, no podemos objetar a los miembros de la comunidad judía raigal por estar movilizándose en la búsqueda de una alternativa que les asegure que en el Beit OLAM no se profanara la mitzvá de Kever Israel.

 

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