|
Uno no puede menos que compadecerse del Beit Din de Londres por haberse visto involucrado en una disputa por una conversión hecha por otros.
El meollo de la cuestión parece ser que una mujer obtuvo su certificado de conversión del Rabinato israelí. La familia emigró posteriormente a Inglaterra y trató de inscribir a su hijo como alumno del JFS. Por consejo del Beit Din de Londres el niño no fue admitido al no reconocerse la validez del certificado emitido en Israel.
En verdad, todas las partes intervinientes en esta tragedia merecen que se los compadezca. La familia actuó de buena fe creyendo que la conversión era válida, y lo mismo hizo la JFS cuando necesitó verificar la procedencia de la conversión.
Por su parte, el Beit Din de Londres, conociendo la historia de los procedimientos de conversión llevados a cabo por el Rabinato israelí, consideró necesario realizar una investigación a fondo del caso y aparentemente llegó a la conclusión de que la conversión no era válida.
En consecuencia ¿quién tiene la culpa?
Ya en los tiempos en que Shlomo Goren era el Gran Rabino oficial de Israel existían críticas de los rabinos jaredíes de todas partes del mundo respecto a la manera azarosa en que se llevaba a cabo la “industria de las conversiones” en Israel. Fue entonces que el último rabino de Antwerp, el Rab Jaim Kreiswirth z”l, fundó una organización de renovados Poskim, investigadores, para que se pronuncien acerca de la validez de las conversiones autorizadas por el Rabinato israelí. Muchas de ellas fueron desechadas dado que en el momento de la susodicha “conversión” los postulantes no llenaban los requisitos de Shomrei Torá uMitzvot, observantes de Torá y Mitzvot.
Desgraciadamente la situación en Israel no ha mejorado: por el contrario, se ha deteriorado aún más.
Aunque el actual Gran Rabino Sefaradí haya declarado la pasada semana que “ quienquiera que no haya pasado por una conversión halájica no es judío”, las implicancias prácticas del procedimiento dejan mucho que desear, tanto que muchas personas que obtuvieron un certificado israelí de conversión son Goim Guemurim, absolutamente cristianos.
El problema se origina en las interferencias que están oponiendo tanto el gobierno anti-religioso de Israel como los jueces de las cortes, que están haciendo todo lo posible para crear confusión, y en consecuencia están causando un peligroso cisma dentro del pueblo de Israel en todo el mundo.
|
|
|
