La Voz Judía


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IOM HASHOA VEHAGVURA

En la Sala Martín Coronado del Teatro General San Martín, la DAIA organizó la conmemoración de Iom Hashoa Vehagvura en el 62º Aniversario del Ghetto de Varsovia.
Además del numeroso público que colmó las comodidades del lugar y el hall del segundo piso en donde se colocó una pantalla gigante, estuvieron presentes funcionarios gubernamentales, legisladores nacionales, representantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad encabezados por el Vicepresidente de la Nación , Daniel Sioli.
A diferencia de lo ocurrido en las últimas conmemoraciones, los oradores dijeron sus mensajes antes de la escenificación de algunos episodios de la Shoá.
En primer lugar lo hizo el señor Francisco Wichter, secretario de Sheri Hapleita, en nombre de los Sobrevivientes de la Shoá. Le siguió el jóven Pablo Arcuschin, Mazkir del Consejo Juvenil Sionista Argentino. Luego lo hizo el Embajador del Estado de Israel, Rafael Eldad, a continuación el doctor Jorge Kirszenbaum, Pesidente de la DAIA y finalmente el Vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli, quien entre otros conceptos dijo: “El siglo XX nos mostró los extremos a los que puede llegar la humanidad. El nazismo fue, sin dudas, el extremo del mal, una auténtica ideología del odio. Sus muchas víctimas, entre ellas el pueblo judío, dieron ejemplos del bien y la dignidad frente al terror. El levantamiento del ghetto de Varsovia fue una de las más admirables muestras de valor que registre la historia. (…) Con su testimo rescataron los valores más preciados de las personas: la libertad, el derecho a la vida, la solidaridad, la defensa de la cultura y la identidad.”
El Embajador Eldad inició sus palabras refiriéndose a que desde hace cuarenta años el Estado de Israel mantiene relaciones diplomáticas con Alemania, preguntándose “qué tenía que ver esta Alemania – con la que Israel mantiene cordiales lazos diplomáticos – con la otra; con la que pensaba que el judío, con su sola presencia, llevaría a la muerte de la Nación, una nación entendida como un cuerpo político y un organismo vivo, donde los judíos fuimos considerados bacterias o virus que traeríamos la enfermedad y la muerte. Aprendimos entonces que lo incomprensible no era la existencia del mal sino la del bien ya que la maldad no podía tribuirse, simplemente, al demonio de Hitler o a los alemanes que lo apoyaron sino que, esa ideología nazi fue el resultado de un proceso que llevo a la brutalidad y a la perdida de las inhibiciones morales”; pasando luego a preguntarse “¿Qué es Auschwitz, para el hombre de hoy? Para responderse “Auschwitz es el nombre de un lugar concreto y de un episodio de un episodio del pasado (…) Auschwitz significa pensar el mundo de una determinada manera; pensarlo, en primer término, como un teatro de operaciones de la condición humana; como parte inseparable del alfabeto mundial del Mal. (…) Los que quedaron comenzaron a tener una entidad nueva. Eran supervivientes. Algunos entraron al infierno siendo gente piadosa, traicionados por sus vecinos, por la cultura occidental, por los alemanes, por el idioma, por la literatura y la forma de vida, que tanto admiraban. Pero, como dijera el escritor israelí Aharon Appelfeld: para muchos estaba claro que la renuncia al judaísmo, que caracterizó al judaísmo emancipador, ya no era posible. Después de la Shoá eso era inmoral”.
Finalizó sus palabras afirmando “Nadie puede omitir la Shoá ni nadie puede pasar de largo ante la tragedia. Nadie podrá entender ni todo lo bueno ni todo lo malo que pasa en Israel sin comprender cuánto la Shoá hizo en la conformación de nuestra identidad nacional y psicológica. No hay virtud sin memoria. E, Israel, no puede ser el judío solitario en el mundo generado por el Holocausto.
El doctor Kirszenbaum abarcó varios temas en su discurso, el primero de ellos se refirió a la situación que se esta viviendo en relación al antisemitismo, diciendo, entre otros conceptos, “Después de la Shoá estábamos convencidos que relatar lo ocurrido constituía un poderoso antídoto contra el odio, el antisemitismo, el racismo, la discriminación y la persecución. Que era suficiente contar lo ocurrido, que los sobrevivientes del horror lo relataran, que hablaran de las cámaras de gas y de los hornos crematorios, para que la humanidad no tolerara más las violaciones de los derechos humanos. Creíamos que el antisemitismo había muerto en Auschwitz. Ahora sabemos que sólo las víctimas de Auschwitz murieron, y que el antisemitismo sigue vivo en buena parte del mundo, y lamentablemente también en nuestro país”
A continuación aludió al 60 aniversario de la rendición de la Alemania nazi con las siguientes palabras “ Este aniversario del heroico Levantamiento del Ghetto de Varsovia coincide con el 60º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y la capitulación del régimen nazi. La guerra es la negación de los valores y principios en que se asienta el concepto de humanidad y cuando nos preguntamos si es posible hablar de guerras justas, sentimos el imperativo moral de afirmar que la guerra contra el nazi fascismo fue una guerra justa e imprescindible para evitar lo que hubiese significado el imperio del mal absoluto a escala planetaria. Por ello, a 60 años del fin del horror sumamos nuestro homenaje y reconocimiento a las tropas que liberaron los campos a lo largo y ancho de Europa y a los combatientes de diversas nacionalidades que ofrendaron sus vidas para derrotar a la bestia nazi”
Mas adelante mencionó el caso de la legisladora Anega, para luego describir someramente los hechos que se está produciendo en Buenos Aires, sus alrededores y en localidades del interior del país: pintadas de leyendas en las paredes, la presencia de literatura con contendidos nazis en librerías y kioscos, la aparición de símbolos nazis y cánticos racistas en las canchas de fútbol, preguntándose luego “…¿es exclusiva responsabilidad de la comunidad judía el denunciar y combatir estas lacras?” para decir luego “Por supuesto que no cejaremos en nuestra denuncia, en todas las acciones que consideremos necesarias dentro del estricto marco de la leuçy, para impedir que se infecte la mente y el corazón de nuestros conciudadanos con el virus del odio antijudío, y que se agravie la memoria de las víctimas del nazismo”
Las palabras del presidente de la DAIA culminaron con un mensaje destinado a los sobrevivientes de la Shóa y a todos los ciudadanos del país: “A nuestros hermanos sobrevivientes de la Shoá aquí presentes les reafirmamos nuestro inclaudicable compromiso de mantener viva la memoria, de denunciar a los nazis de ayer y de hoy, de honrar a las víctimas portando su legado sagrado en la tarea cotidiana. A nuestro conciudadanos sin distinción de credos los convocamos a actuar mancomunados cuando escuchemos palabras de odio, cuando el antisemitismo y el racismo agravien el tejido social argentino. En recuerdo y homenaje al millón y medio de niños asesinados, eduquemos a millones de niños argentinos sobre la Shoá y contra la discriminación. Frente a los ideólogos de la muerte honremos la vida, el respeto recíproco, la justicia”.

 

Nro 367 Iyar del 5765 / Mayo de 2005

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