LA VOZ y la opinión


Periodismos Judeo Argentino Independinte
AMIA.
Quince años sin Justicia

Por Carlos De Nápoli
carlosdenapoli@gmail.com
Para un grupo grande de ciudadanos, el 18 de julio de 1994 quedará marcado para siempre. Ese día se enteraron de que un grupo de criminales sin compasión ni alma truncó la vida de 85 personas, dejando por otra parte a varios centenares con heridas que nunca sanarán.
El saldo, padres y madres desesperados y familiares sin consuelo. En algún instante, cada día lloran a sus muertos.
Recuerdo las primeras reuniones en un bar de la calle Lavalle, a metros de tribunales, cuando se formó Memoria Activa. Algunos meses después del atentado, nuestro inconsciente percibía muy claramente que no habría justicia. El tiempo y las enormes irregularidades cometidas por el juez Galeano, más intereses diversos y opiniones vehementes fue separando a las organizaciones querellantes y, tan grave como eso, desinteresó totalmente del caso a la sociedad argentina. La causa AMIA, en lo mediático, sólo interesa a un grupo reducido de ciudadanos, que desde el dolor, aún claman justicia. Para ahondar aún más la indiferencia, en 2004, el Tribunal Oral Federal N°3, decretó la total nulidad de la causa, liberando a todos los acusados, pasando a acusar a quienes habían montado la farsa, con Galeano a la cabeza. La acusación recayó también en todo el aparato policial y de inteligencia de Menem.
En fecha reciente, 2009, la Corte Suprema de la Nación Argentina, en fallo dividido, aprobó lo actuado por el TOF 3, modificando una parte del fallo original, que no concierne a los involucrados, sobreseídos totalmente sobre las participaciones en el atentado. En resumen, lo investigado durante los primeros cuerpos de la causa, no es alcanzado por la nulidad, es decir, se da por válido lo actuado, que es un simple (y valioso) cúmulo de declaraciones e informes sorprendentes. El resto es una “invención arquitectónica de Galeano”, realizada con fines políticos, tendiente a inculpar a Ribelli (y por ende a Duhalde), por entonces en dura puja con Menem por la re-reelección. Todo eso queda invalidado por los siglos de los siglos y no puede haber al respecto, nuevas acusaciones.
Los primeros cuerpos, validados por la Corte Suprema, contienen una cantidad de hipótesis, de las cuales sólo dos llevaron a la detención de personas.
La primera, está basada en que la AMIA fue volada por una Trafic manejada por un suicida, y la otra, por un volquete dejado en la puerta instantes antes del atentado.
La primera hipótesis, seguida tenazmente por Galeano, llevó a la nulidad de la causa. Si se insiste en forma alocada por el lado de la Trafic, se entrará nuevamente en un camino sin retorno que sólo llevará a nuevas frustraciones. Nunca así se conocerá quienes fueron los verdaderos asesinos, los que colocaron la bomba.
Pero la resolución de la Corte Suprema abre un nuevo camino, al dar por válido lo actuado en los primeros cuerpos. Podremos así, si hay buena voluntad y deseos de acercarse a la verdad, reabrir la hipótesis de la voladura de la AMIA utilizando un volquete. Esta hipótesis, que algunos perversos han dicho que fue introducida por investigadores o periodistas, fue la primera hipótesis oficial del atentado y llevó, pocos días después de cometido el crimen, a la detención completa de la banda actuante.
Ya en el primer cuerpo de la causa, pese a que se trató de cubrir el asunto por todas las vías posibles, resultaba claro que la bomba había sido colocada dentro del volquete. Los fiscales actuantes, por entonces todos los Fiscales Federales, solicitaron la detención del ciudadano libanés Nassib Haddad, aprobándose de inmediato tal extremo. La detención de Haddad se produjo junto a innumerables allanamientos, todos con resultados positivos. Se demostró en la causa, repito, en los primeros cuerpos, que Nassib Haddad había adquirido, sin los permisos correspondientes, miles de kilos de amonal, el explosivo utilizado para la voladura, junto a detonadores, aparataje para voladura a distancia, más todo lo necesario para cometer el atentado. Vale aquí mencionar que Haddad, según consta en el expediente, fabricaba volquetes.
Si bien el edificio de AMIA, al igual que la embajada de Israel, estaba en refacciones cuando se produjo el atentado, se comprobó que ese día nadie había pedido un volquete. Los Haddad ( el hijo estaba también imputado) alegaron que el arquitecto Malamud, a cargo de las refacciones, lo había solicitado. No se encontraron esas llamadas, y lo que es peor, la firma de Malamud que consta en el remito, había sido falsificada.
Pero los fiscales no pidieron la detención de Haddad por mera intuición. Cuando se observan las fotos sacadas por los periodistas del lugar del hecho, puede verse claramente que lo único que se observa, además de los coches destruidos, son los pedazos del volquete destrozado por la explosión. Uno de ellos puede apreciarse claramente incrustado contra el portón de entrada del Centro de Día existente a pocos metros de la AMIA. El resto fue recogido por diversas partes. Desde ya, sólo pudo destrozarse de esa forma si contenía los explosivos dentro del volquete. Los coches, que se encontraban a la misma distancia, no estallaron esparciendo sus partes por todos lados, pese a que la chapa de los mismos es la décima parte del grosor de las empleadas en volquetes. Estaban perforados pero completos, salvo el desprendimiento de alguna pieza que otra.
Tiempo después, un par de periodistas consiguieron fondos para realizar algunas experiencias. Colocaron explosivos en el suelo, y a unos seis o siete metros un viejo volquete, con la intención de que quedara partido tal como los restos obtenidos. La prueba, tomada como pericia, resultó un fracaso completo. Pese a que se colocaron centenares de kilos de amonal, el voquete, sin daño alguno, simplemente se desplazó un par de metros. Esto por supuesto fue ignorado por el juez.
Como si tales cuestiones no bastaran, decenas y decenas de testigos afirmaron, sin lugar a dudas ni titubeos, haber visto el camión dejando el volquete en la puerta. Algunos, varios, detallan las maniobras realizadas para acomodarlo. Por si no bastara, Díaz, el camionero que lo transportó, reconoció haber hecho las maniobras mencionadas por los testigos, dejando el volquete frente a la puerta de AMIA.
La causa, con la detención de Hadad y los allanamientos estaba totalmente resuelta. Como se mencionó, la empresa Delbene y Serris de Olavarría, más allá de sus facturas, reconoció haberle vendido el amonal a Haddad. Se comprobó que Haddad, pese a carecer de los permisos necesarios, había contratado a un experto en explosivos para realizar voladuras en una zona desértica de La Pampa, dónde se estaba construyendo el dique Casa de Piedra.
Pero algo trabó todo esto. Durante las investigaciones, Díaz, el camionero, no pudo establecer exactamente si había llegado de Puerto Nuevo, o de la calle Constitución al 2600. Dio al respecto versiones diferentes.
Allí comenzó el primer desvío de la causa que llevaría a la nulidad. Cuando se avanzó en la investigación, se demostró que un volquete había sido llevado a un terreno fiscal, el de la calle Constitución al 2600, regenteado por el médico personal de Menem, el doctor Alejandro Tfeli. También podía ser que desde allí hubiera llegado a la AMIA
A metros del lugar, sobre la misma calle Constitución al 2600, vivía Jacinto Kanoore Edul, otro amigo del presidente Menem. Como ambas hipótesis corrían en paralelo, aunque por cuestiones que son de fácil comprensión, la prensa ocultaba lo que sucedía con el volquete, pronto se descubrió que Kanoore Edul había llamado a Telleldín el día en que este había puesto en venta la conocida Trafic.
Es pocas palabras, en la calle Constitución al 2600 confluyen las únicas dos hipótesis que tuvieron detenidos. La del volquete y la de la Trafic. Haddad, Edul y Telleldín estuvieron detenidos. Pese a la incomunicación rigurosa establecida por el juzgado, Telleldín y Haddad fueron colocados juntos en la misma celda. Los allanamientos en tan importante lugar fueron realizados, mejor dicho, a entender del fiscal Nisman, actualmente a cargo de la causa, entorpecidos por un tal Palacios, alias El Fino. Por estas horas, la gente de Macri lo nombró al frente de la seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, defendiéndolo con algo provocativo: si los judíos lo premiaron, ahora no pueden decir que es malo...
Luego de la intervención de Munir Menem a través de la Presidencia de la Nación, Haddad y Edul fueron dejados en libertad. ¿Qué profundos intereses actúan para que tras quince años la causa AMIA permanezca impune? Sólo Dios sabe. Los que conocemos la causa palmo a palmo, estamos indignados, pero no resignados.
La misma percepción subconsciente de los comienzos, me embarga hoy. Pienso que no habrá justicia. A nadie, y menos a los políticos, le interesa involucrarse seriamente en la causa para buscar a los verdaderos culpables. Todo lo que hoy está en pie, se basa en los dichos del “Testigo C”, un estafador iraní buscado por INTERPOL, devenido luego en Testigo Supremo.
Me olvidaba. Las pruebas que debieron resguardarse en algún lugar cerrado bajo siete llaves, se encuentran enterradas en la Costanera. Para evitar que curiosos las vean, se construyó sobre ellas el Parque de la Memoria.
La perversión en su grado más extremo.


Julio 2009 - Tammuz - Av 5769
Página Principal
Nros. Anteriores
Imprimir Nota

DelaCole.com


www.lavozylaopinion.delacole.com

E-mail: lavozylaopinion@gmail.com

Reg.Prop. intelectual 047343
Los ejemplares del periódico se pueden conseguir en los locales de los comercios anunciantes.

Auspiciado por la Sec. de Cultura de la Ciudad de Bs. As., Registro No 3488/2003 (15-01-04)

Editor y Director: Daniel Schnitman
Socio U.T.P.B.A 14867

Adherido a Sind. Intern. Prensa libre 4339

El contenido de los artículos es de exclusiva responsabilidad de los autores. Su inclusión en esta edición no implica presumir que el editor comparta sus informaciones o juicios de valor. Los artículos publicados pueden ser reproducidos citando la fuente y el autor. La dirección no se hace responsable por el contenido de los avisos publicados.

PRODUCTORA IDEAS DEL KOP S.A.