LA VOZ y la opinión


Periodismos Judeo Argentino Independinte
oLIMPIAda SUCIA
El presidente del Comité Olímpico Internacional es un hipócrita y un cobarde, haberse negado a recordar la matanza de Munich, cuando once atletas de israel fueron asesinados por la infame organización terrorista Setiembre Negro, sienta un precedente que enloda todo el deporte olimpico. Esto sólo puede repararlo una valiente actitud de todos los comités olímpicos nacionales, relevándolo de sus funciones.

¿Por qué la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres incluyó menciones de la Guerra de los Balcanes en 1996? ¿Por qué los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002 en Salt Lake City se abrieron con un minuto de silencio por las víctimas del atentado del 11-S a las Torres Gemelas?
¿Por qué cuando se trata de Israel, todas las organizaciones deportivas que deberían enaltecer los valores del deporte se niegan a recordar el asesinato de 11 deportistas israelíes inocentes cuyo único objetivo era llegar a los Juegos de Munich en 1972 sólo para competir.
Durante los últimos 40 años, las desoladas familias de estos deportistas esperan ansiosamente expresiones de recuerdo. Ellas hicieron un pedido específico al Comité Olímpico Internacional para que se haga un minuto de silencio en la ceremonia inaugural.
El objetivo era reconocer que esa horrenda matanza es lamentada no sólo por Israel, sino por toda la comunidad de los naciones. «El silencio es un tributo adecuado», dijo Ankie Spitzer, esposa del entrenador de esgrima, Andre Spitzer, asesinado en el ataque. «El silencio no contiene declaraciones, supuestos o creencias y no requiere comprensión de lenguaje para ser interpretado. La gente es invitada a reflexionar, a rezar y a recordar a los atletas de forma personal». Esto, dicen las familias, brindaría un cierre muy necesitado. Poco después de la masacre, Spitzer le escribió su primera carta al Comité Olímpico. Ella no preguntó «si», sino «qué» conmemoración se iba a realizar en los juegos de Montreal de 1976. Simplemente asumió que el Comité Olímpico haría algo.
La carta no tuvo respuesta.
Año tras año Spitzer presentó su caso, asistiendo a todos los Juegos Olímpicos de verano; nunca se dio por vencida. «No tengo una agenda ni política ni religiosa. Nuestro mensaje no es de odio ni venganza. Es un mensaje positivo de recuerdo y fortalecimiento de los ideales olímpicos», afirmó Spitzer. «Cuarenta años es una espera suficiente».
El Comité Olímpico se rehusó tercamente argumentando que ello «politizaría la olimpiada».
Este es un momento crucial en el cual el Comité Olímpico necesita erguirse y evitar su caída en la locura. No se trata de un asunto interno israelí, tampoco una postura política ni una venganza. Es hacer justicia con la memoria de 11 hombres que vinieron en paz y volvieron a casa en ataúdes. Las víctimas no fueron asesinadas en las calles de Tel Aviv, tampoco fueron turistas accidentales en Múnich. Fueron miembros de la familia olímpica asesinados dentro de la Villa Olímpica como participantes de los Juegos. Fue una agresión en contra del ideal olímpico.
Nosotros nos preguntamos: si los atletas asesinados hubiesen sido norteamericanos, británicos o palestinos, ¿alguien duda que el Comité Olímpico ofrecería un adecuado tributo?.
Los Juegos Olímpicos, dijo Jacques Rogge en la ceremonia de apertura, hablan de "honor", "dedicación", "compromiso", "respeto", "ejemplo", "armonía" y "paz". Por eso, tal vez, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) sintió deseos de abandonar la Villa Olímpica cuando se enteró de la matanza de once entrenadores y atletas israelíes en los Juegos de Munich 72. Así lo hicieron todos los filipinos, trece atletas noruegos y seis holandeses. "Si alguien es asesinado en tu fiesta, no sigues con la fiesta. Me voy a casa", dijo el atleta holandés Jos Hermens. Rogge, cirujano, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y designado conde por el rey Alberto II de Bélgica, expresó que, “aun a cuarenta años de la tragedia, no era posible hacer siquiera un minuto de silencio”. Munich 72, no está dentro del "protocolo" de la fiesta de apertura de Londres 2012”. "Que mi esposo volviera en un cajón tampoco formaba parte del protocolo olímpico", respondió Spitzer.
Irónicamente, la ceremonia comenzó con niños británicos cantando "Jerusalén", un poema escrito en 1804 por William Blake y cuyas letras, críticas ante el inicio de la Revolución Industrial y la destrucción de la naturaleza, hablan de una nueva Jerusalén que nacería en suelo inglés. Luego apareció el actor Daniel Craig, el mismo que hizo de Steve, el duro judío-sudafricano agente del Mossad, los servicios secretos de Israel, que, según el film Munich, de Steven Spielberg, viajó por el mundo para asesinar a cada uno de los sobrevivientes y colaboradores del comando palestino Septiembre Negro, responsable de la matanza de los atletas. Pero Craig sólo hizo de James Bond. Cuando la delegación alemana inició su desfile, la cámara enfocó a un anciano saludando desde su palco. Era Walter Troger, alcalde de la Villa Olímpica de Munich 72. Poco después salió la delegación de Israel. Bob Costas, comentarista de la cadena socia del COI, NBC, había prometido un minuto de silencio. Prefirió recordar que Rogge sólo había homenajeado a las víctimas unas horas antes en la Villa Olímpica, y remató: "Sin embargo, para muchos, esta noche, con el mundo mirando, éste es el tiempo y el momento exacto para recordar a quienes murieron y cómo murieron".
La fiesta tuvo un momento de doloroso recuerdo: fue para las 52 víctimas fatales de los ataques terroristas del 7 de junio de 2005 en Londres, un día después de que el COI la designara sede de los Juegos. También el protocolo de los Juegos de Invierno de Salt Lake City fue alterado en 2002 para homenajear a las víctimas de las Torres Gemelas. Y en la apertura de los Juegos de Invierno de Vancouver 2010, el propio Rogge pidió un minuto de silencio para recordar al georgiano Nodar Kumaritashvili, que había fallecido horas antes en plena práctica. Londres 2012 cerró, en cambio, sin cumplir el recuerdo que piden los familiares de las víctimas de Munich. Los atletas israelíes, sin embargo, fueron recordados en la ceremonia de apertura de los Juegos Macabeos de Rockland, a 20 kilómetros de Nueva York. Se presentó también el documental 20 Million Minutes donde se destaca que pasaron 20 millones de minutos desde la matanza. Diez Juegos Olímpicos. Diez aperturas sin siquiera un minuto de recuerdo. El COI lleva cuarenta años de inexplicable silencio.

N de la Redacción: El presidente del Comité Olímpico Argentino, y Miembro del Comité Olímpico Internacional Gerardo Werthein, importante empresario en rubros como Seguros Generales, cabañas agrícola/ganaderas, telecomunicaciones y entidades financieras, entre otras, no pronunció ninguna opinión al respecto (por lo menos oficialmente), lo que alimentó duras criticas desde distintos factores comunitarios. Vale recordar que varios miembros de la familia Werthein han ocupado y ocupan cargos dirigenciales en importantes instituciones centrales de la Comunidad Judía Argentina, lo que los hace responsables en la difusión de esta nueva ofrenda contra el pueblo judío y el estado de Israel.
D S
Recopilación de SERVICIOS DE PRENSA







Agosto 2012 / Elul 5772
Página Principal
Nros. Anteriores
Imprimir Nota

DelaCole.com


www.lavozylaopinion.delacole.com

E-mail: lavozylaopinion@gmail.com

Reg.Prop. intelectual 047343
Los ejemplares del periódico se pueden conseguir en los locales de los comercios anunciantes.

Auspiciado por la Sec. de Cultura de la Ciudad de Bs. As., Registro No 3488/2003 (15-01-04)

Editor y Director: Daniel Schnitman
Socio U.T.P.B.A 14867

Adherido a Sind. Intern. Prensa libre 4339

El contenido de los artículos es de exclusiva responsabilidad de los autores. Su inclusión en esta edición no implica presumir que el editor comparta sus informaciones o juicios de valor. Los artículos publicados pueden ser reproducidos citando la fuente y el autor. La dirección no se hace responsable por el contenido de los avisos publicados.

PRODUCTORA IDEAS DEL KOP S.A.