Generacion J

B''H

Comentario sobre la situación marginal de judíos en Neuropsiquiátricos

¿Sabía Usted que existe una población judía en hospitales psiquiátricos y/o rehabilitación, que dependen de la Nación o del Gobierno de la Ciudad? ¿Conoce el Hospital Neuropsiquiátrico Braulio Moyano (para mujeres), el Hospital Municipal José T. Borda, o el Hospital Infanto Juvenil Dra. Carolina Tobar García (para adolescentes), los tres en el barrio de Barracas? ¿Y el Hospital de Emergencias Psiquiátricas Torcuato de Alvear en el barrio de Agronomía? ¿Y la Colonia Nacional Dr. Montes de Oca (Torres, Pcia. de Bs. As.), o el Hospital Interzonal Colonia Dr. Domingo Cabred (Open Door, Pcia. de Bs. As.)?
Menos del 20 % de la comunidad judía participa de las actividades, ya sean jóvenes y adultos. El resto no participa por diferentes motivos o rechazos: por problemas económicos, por no tener trabajo, no estar en la red escolar judía. Por no ir a los templos, ni a las actividades culturales (gratuitas). En definitiva, no consume lo que la comunidad judía le propone: está afuera del “marco judío”.
En estos hospitales, da la impresión que la vida no importa, como una película de terror. Es un panorama fuerte y duro, difícil de transmitir. En estos hospitales, las personas (internos o pacientes) viven en condiciones infrahumanas y edilicias... como en pequeños depósitos humanos y que por no tener una comunidad o familia son desechados por la sociedad.
Éstas son las atrocidades de un sistema colapsado... Y de una comunidad judía que no debe permitir este abandono... Aquellos “locos”, como los denomina la sociedad, presentan enfermedades mentales que con un tratamiento adecuado podrían –en algunos casos– reintegrarse a la sociedad. El desconocimiento de que haya judíos es preocupante... y algunos de ellos están desde hace más de 30 años.
Otra pregunta que surge es, ¿por qué no hay un Alcohólicos Anónimos en la comunidad judía? Si un judío sufre esta enfermedad hoy debe ir a centros de atención y ayuda que se brindan en iglesias y parroquias. Sin entrar en detalles, la comunidad debería tener su propio grupo.
La exclusión social es uno de los problemas para los que la humanidad no ha dado una respuesta todavía y que en los próximos años será un detonante difícil de controlar. Como un volcán dormido, hoy existen números que indican que la mitad de la población mundial está debajo de la línea de la pobreza (sufre marginalidad). Deja al descubierto a la sociedad y la deja vulnerable, según señala Bernardo Kliksberg en el libro La lucha contra la pobreza en América Latina.
En el Judaísmo se pueden citar numerosos comentarios al respecto: “El mensaje judío de los profetas proclama que la preferencia divina no se hallaba con los poderosos, sino con los débiles e indefensos; no de éxitos militares, sino de la aplicación de la justicia recta, que diera posibilidades a todos” (Abraham Heschel).
Dice en Vaikrá (Levítico), el tercer libro de la Torá (Pentateuco), en la Parashat Kedoshim, que se lee después de Pesaj: “No permanezcas inactivo mientras la vida de tu prójimo esté en peligro” (16). Es decir, no te desentiendas de la sangre de tu propio hermano. Continúa “Ama a tu prójimo como a ti mismo”... regla fundamental de la Torá. En esencia, todos los judíos somos parte de una misma esencia y única raíz. Hoy vivimos en un mundo, en una sociedad egoísta e insensible. Para la ética judía, la pobreza no es un problema de los pobres sino de todos. Según Maimónides, “Él más alto de los niveles de Tzedaká (Caridad) es el del que acude en ayuda del judío necesitado, tomándolo como socio o proveyéndole de una tarea que pueda hacer hasta que se recupere y no necesite acudir más a la ayuda”. Para Maimónides, las redes de protección social son una “obligación que debe asumir toda comunidad judía”.
Este artículo es un pedido de auxilio para aquellos lectores con sensibilidad, que puedan y quieran ayudar de alguna manera. Es necesario hablar de estos temas. Por eso, alentamos a colaborar con el Programa Leoded ya que necesita de vuestros aportes y/o donaciones para seguir adelante con sus proyectos, ya sea para contratar enfermeras, doctores o asistentes que se encarguen de estas personas. Y desde Generación J te invitamos a reflexionar, a tomar conciencia de lo que pasa, que ayuden ya que falta mucho por hacer.

Agradecemos a D.Q.por su colaboración en este informe

Número 4

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