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Periódico Judío Independiente
A 18 años del atentado contra la embajada
Con las manos vacias

Por Luciano Stilman/ Comunidades
En los próximos días se recordará la primera de las dos tragedias. La justicia esta lejos al igual que la verdad

El próximo 17 de marzo se conmemorará un nuevo aniversario del brutal atentado contra la Embajada de Israel, un atentado que se llevó 29 vidas y marcó para siempre a otras 242 personas que no olvidarán jamás lo que ocurrió aquella trágica tarde.

“La causa está abierta, pero tengo la sensación que debe haber estado activa dos o tres meses tras el atentado. Después de eso hubo una especie de status quo en el trabajo de la Corte Suprema de aquella época. El tema se quedó ahí y nada más”, comienza a contar Jorge Cohen, quien en ese entonces era jefe de prensa de la Embajada y sobrevivió a la explosión, aunque Marcela Droblas, una joven de 27 años que se desempeñaba como empleada administrativa y muy querida por él, no corrió la misma suerte.

¿Y porqué la causa y la búsqueda de la verdad y atrapar los responsables de un ataque tan brutal nunca fue prioridad en la Argentina? “No puedo saber esto. Yo puedo suponerlo, pero no se las causas ni las conozco. Está claro que la Corte se ocupó porque era su ámbito.Me parece que hay una multiplicidad de causas; bien puede decirse que el tema a la Corte de aquella época le quedó grande, y quizás no hubo demasiado entusiasmo por diversas partes para que se investigue o pedir que se investigue” remarca Cohen.

Sin lugar a dudas, la voluntad y el entusiasmo para no dejar impune la causa no fue una de las mayores virtudes del gobierno menemista ni de la Corte Suprema. Lea Kovensky, actual secretaria del agregado cultural de la Embajada de Israel y por ese entonces secretaria del agregado militar, quien también salvó su vida en el atentado, nos contó que para la opinión publica “al ser un atentado contra una embajada, todo quedó como algo internacional, de otro país. Creo que hay dos aspectos a tener en cuenta: por un lado es cierto que el atentado llevado específicamente contra una embajada, contra un país, por una situación conflictiva que se está dando hasta el día de hoy en Medio Oriente. El otro, es que se hizo por una serie de factores que permitieron que se lleve a cabo: hubo temas de inteligencia y de seguridad interna que no funcionaron; de justicia que no funcionaron, antes, durante y después del atentado. Hay toda una parte que nos corresponde como sociedad investigar. Es cierto que en el atentado fallecieron ciudadanos israelíes, pero también muchos argentinos. Acá se perdieron y truncaron vidas humanas, y lamento que como ciudadanos de este país la gente no vea lo importante que es resolver este tema”.

La doctora Rita Janá, abogada representante de las víctimas del atentado junto a Ignacio Irurzún, explicó que “la causa estaba bastante alicaída, realmente no había querellantes ni nada, y estaba muy cerca que se decidiera que había prescripto toda la acción. Entonces nos convocaron para trabajar en el tema y la primera cuestión fue presentar al señor Susevich en ese histórico momento como querellante. Fue admitido por la Corte y aceptado, no había ningún otro, no se porqué la Embajada de Israel no se presentó, y empezamos a trabajar como querellantes. Luego se fueron agregando muchas personas que habían sufrido el atentado, desde pérdidas de familiares o heridas a gente que está viva, pero con gravísimas consecuencias como significan todos los atentados. Si bien la Corte no decretó que esto es un delito de lesa humanidad exclusivamente, pero se le dio una vuelta parecida a eso, de manera que no prescribe la acción. Hoy no tenemos una respuesta, pero a lo mejor, dentro de 15 años hay averiguaciones, y si la causa está prescripta y cerrada no hay más posibilidades”.

A pesar que el tiempo no se detiene, la doctora Janá confía en el trabajo que están haciendo y pese a las casi dos décadas transcurridas desde el atentado continúan con la búsqueda de información: “Se está investigando dentro de las líneas investigativas que se pueden tener, tengamos en cuenta que se han perdido 15 años que es mucho para una causa de esta naturaleza, porque hay muchas pruebas que históricamente hubiéramos tenido en el momento de ocurrido los hechos y hoy no las tenemos más o no las podemos rastrear. No obstante, estamos remando los hilos de lo que podemos hacer. Por lo pronto hay tres personas que están con pedido de captura internacional, que todavía no hay respuesta, pero se han enviado todos los oficios al mundo para la captura de esta gente, si es que viven, y han sido admitidos como querellantes todo el resto de la gente que se está presentando”.

Otro de los temas que envuelven a la investigación del atentado contra la embajada es la diferencia abismal a la hora de la investigación en contraposición con el atentado a la AMIA, en 1994, que después de muchísimos hechos de corrupción pudo encausarse nuevamente y lograr muchos avances.

“Por un lado está todo el tema político de por medio”, explica Lea, “el segundo atentado fue hecho a una institución argentina, y a veces el número de muertos influye en la cabeza de las personas. Por otro lado, los sobrevivientes y familiares de la AMIA se movieron de un modo diferente, nosotros tuvimos otras características: somos mucho más silenciosos, tranquilos, no salimos a la prensa del modo que salieron ellos, no hicimos actos públicos una vez por semana, nos movimos de otro modo y eso también creo que fue llevando. La poca diferencia de tiempo también hizo que una cosa se tapara con la otra”.

“A mi me parece que esta diferencia también se da en espejo con otras; acaso una parte mayoritaria de la sociedad percibió el primer atentado como una cosa externa, habida cuenta que fue contra una embajada, contra ‘otro país’”, narra Jorge Cohen. “En cambio el atentado contra la AMIA fue percibido como un atentado contra una institución argentina, claramente, una mutual conducida por argentinos de tercera y cuarta generación. Me parece que en el caso de la AMIA ya no había excusa posible, no se podía decir ‘esto le pasó a otros’, en el caso de la AMIA nos pasó a todos, aunque en la embajada también nos pasó a todos. Hubo una percepción social, en el primer atentado, de carácter excusatorio: ‘le pasó a otro’, ‘no tenemos nada que ver’, ‘fue una acción internacional’ y había una sensación que los que hicieron el atentado eran alienígenas que venían de otro planeta, pero en realidad los que hicieron los atentados estaban acá, por lo que hablar de local o internacional me parece una diferenciación inadecuada. Lo mismo pasó en la justicia, también se dio una diferenciación en ese ámbito”.

De todas maneras, al igual que Lea Kovensky, el ex jefe de prensa de la Embajada remarcó la importante diferencia en el accionar de las víctimas y de los familiares: “De inmediato se formaron grupos de familiares en el tema de la AMIA, cosa que no pasó en lo de la Embajada, la causa quedó huérfana, por decirlo de una manera, mientras que en el AMIA se ocuparon los familiares y ciertos políticos. El tema de la Embajada se quedó ahí, como en la justicia. De todas maneras, lo seguimos recordando y lo haremos el próximo 17”.

¿Después de 18 años todavía puede haber un trabajo en la parte judicial? “Nosotros estamos trabajando en dos frentes”, aseguró la doctora Janá. “En la Corte, por supuesto, con muy buena experiencias hasta ahora. Va lento pero vamos andando, en 15 años no hubo nada y ahora hay. Por otro lado, estamos trabajando cerca del Gobierno porque de esta gente nadie se ha acordado, ni los indemnizaron ni nada y hay ahí sí un antecedente en el Congreso de la Nación de la causa AMIA, entonces se está pidiendo que haya una asimilación en cuanto a las indemnizaciones”, remarcó.

“Si uno tiene intención y voluntad de hacerlo lo puede hacer”, se esperanza Lea cuando faltan días para que se cumplan 18 años sin justicia. “El tiempo, si bien es un factor, todavía se pueden hacer cosas. Si hubiera voluntad e interés que esto se resuelva y aparezcan los culpables eso se puede resolver, sin ninguna duda lo creo así”. Por su parte Jorge no es tan optimista: “Cada vez estamos más lejos, cada día un día más lejos, y va a ser muy difícil que se esclarezca. Cada 17 un aniversario más, también de la impunidad, que ya es mayor de edad. Hace rato que es mayor de edad”.

“Amigos que no olvidaremos, hoy, de pie y en posición de firmes, les presentamos nuestro saludo, los recordamos y prometemos. JAMAS OLVIDAREMOS”, recordaron Eva y Dany Biran, un 17 de marzo de 2001.

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